viernes, 7 de junio de 2013

Esculturas de Hersúa en el Federico Silva




El Museo Federico Silva Escultura Contemporánea invita a la inauguración de la exposición “Hersúa Geometría Natural”. Por primera vez en San Luis Potosí la obra de uno de los escultores mas importantes en la Historia de las Artes en México. Inauguración 7 de junio 20:30 horas. Museo Federico Silva en el corazón de San Luis Potosí. Jardín de San Juan de Dios.

Manuel de Jesús Hernández Suárez, por todos conocido como HERSÚA. Es uno de los escultores más importantes de Latinoamérica. Fue fundador de dos importantes grupos experimentales: Arte Otro (1969) y grupo Ur (1974), además de participar en los inicios del No Grupo. En 1971 escribió, junto con Realth de León, el Manifiesto del arte otro. En él, ambos se declararon en contra del círculo vicioso de un arte elitista y hermético, que colaborara en la dominación política sobre las mayorías pasivas. Desde aquellos años, Hersúa apostó por un lenguaje abierto y dirigido a un espectador activo, y por una renovación del arte público monumental en México.

Al mismo tiempo, sus obras muestran un amplio conocimiento de la escultura mexicana del siglo XX. Pero también de la arquitectura, la escultura y el urbanismo prehispánico, al punto que algunos críticos han sostenido que los planos inclinados en Gwendolyn se organizan de acuerdo a los ángulos característicos de la arquitectura maya.

En 1985, Hersúa recibió la invitación de realizar una propuesta escultórica para el IV Gran Premio Henry Moore, organizado por el Utzukushi-Ga-Hara y el Hakone Open Air Museum. Dicha obra no sólo sería aceptada y financiada, sino que habría de resultar ganadora de uno de los premios, señalando junto con otras la presencia del escultor en el extranjero. Actualmente la escultura de gran formato, Gwendolyn, pertenece al recinto antes mencionado, ubicado en Japón. Su versión en pequeño formato forma parte de una colección privada en la ciudad de México.

En 1987 recibió por parte de la UNAM un reconocimiento por sus 10 años de investigador, un año más tarde realizó escultura Hened en el Second International Sculpture Simposium de Australia y en 1989 la escultura Frida en el Simposium Internacional de Escultura de Baconao en Santiago de Cuba. En 1993 participó con la Escultura IWONA en Europalia 93 en Bruselas, Bélgica. En 2013 se le otorgo el reconocimiento de Ciencias y Artes por parte del Gobierno.

La obra de Hersúa invita a preguntarse hasta qué punto la escultura se ha vuelto arquitectura. Destacan por su dinamismo geométrico y sus logrados efectos estéticos tanto ornamentales como afectivos. Las esculturas de Hersúa invitan al espectador a transitarlas, a recorrerlas, a modificarlas, a entrar en su proceso de construcción y deconstrucción, así como a penetrarlas de diversas maneras utilizando el intelecto y la sensibilidad. En palabras de Hersúa:
 
 “En las esculturas tienes las dos posibilidades. Si te introduces en alguna de las obras, las relaciones que entabla tu cuerpo y la cercanía de las partes de la obra permiten cierta intimidad. La intimidad se da en un espectador activo cuando el productor, aparte de tener un conocimiento, hace uso en forma inteligente de los materiales.”.

Entre sus obras más importantes destaca Semicubiacan, un proyecto de ciudad en el Museo de Arte Moderno, ciudad de México (1977); Espacio escultórico del Centro Cultural Universitario, ciudad de México (1979); Símbolo de las ciencias y humanidades en la Unidad Bibliográfica de la UNAM, ciudad de México; la realización de la escultura Ave Dos en el Centro Cultural Universitario de la UNAM (1980) Obtuvo el Hakone Price en 1985 con la obra Gwendolin en The Utsukushi-ga-hara open-air museum, Tokio Japón. En 1986 realizó la escultura Ovi en el jardín del Museo de Arte Moderno, ciudad de México.
 
Juan Acha; importante crítico de arte, decía con respecto a la obra de Hersúa:
“Para bien o para mal, Hersúa ha concebido sus obras para espacios a cielo abierto”
“…en su escultura todavía subsiste, en su calidad de sistema, problemas propios por resolver hoy centrados en el real y concreto espacio transitable. Esto aproxima a la escultura a la arquitectura y al paisaje”
Es de esperarse, por consiguiente, que las generaciones venideras prosigan las exploraciones emprendidas por escultores, diseñadores urbanos y arquitectos de hoy, acerca de los efectos estéticos del espacio transitable. De aquí resulte fácil inferir la importancia, para el futuro, de la escultura de Hersúa como guía o inspiración.
En su obra, manifiesta su inquietud por el hombre, el medio ambiente, lo urbano, la arquitectura y su relación con lo habitable, los niños y el uso del lenguaje del color.
En Frida, el Espacio Escultórico que realizó en Santiago de Cuba, hay concordancia entre el monumento y el espacio de su entorno  y este se abre para que el visitante lo recorra, se sienta dentro de la obra y se apropie de ella y la cuestione y se cuestione y con ello cumplir con la función social que toda obra de Arte debe tener.
La obra de Hersúa, pretende provocar al espectador para que se integre a ella y que sus características estéticas y escultóricas motiven su imaginación, sentimientos y formas de interpretarlas.
Usa nuevos materiales en su escultura, lo que le permite participar con esta en los espacios reales y concretos, pero además los estructura (obra y espacio) logrando con esto que su escultura sea transitable.
Ha sido merecedor de importantes premios y reconocimientos como el Gran Premio Henry Moore; con su obra “Gwendolyn” y en ella vuelve su preocupación por el papel que juega el público  “La escultura transitable  a diferencia de la Oriental, no tiene como propósito la contemplación porque en ella se integra el espectador al recorrerla.
Hersúa no solo es un productor de Arte y un Escultor de reconocido prestigio nacional e internacional; es también un hombre comprometido con su tiempo, con su sociedad y con el arte.
Nace en Cajeme (Cd. Obregón) Sonora, y se cría Guasave Sinaloa, aunque procede de una numerosa familia, desde entonces él se considera un solitario. A propósito de la soledad, Hersúa dice: “somos totalmente cuando estamos en soledad”.
Es su padre quien compra a Hersúa su primer estuche de pinturas  y pinceles.
Vivió en el campo, de ahí su gusto por los grandes vacíos. Desde su niñez gozaba con ir al mar y disfrutar de aquella inmensidad.
Al terminar su secundaria decide dejar a su familia, pues le gustaba la aventura  y decide probar suerte en diferentes lugares, incluyendo a los Estados Unidos.
En 1964, se marcha a la Cd. De México en donde vivió por un tiempo, con uno de sus hermanos; un amigo de éste que estudiaba dibujo publicitario en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (E.N.A.P) de la U.N.A.M, lo invita para que ingresara a dicha plantel para estudiar pintura.
En su primer año, en la E.N.A.P, obtiene el primer lugar en el concurso de autorretratos, organizado por dicha institución.
Para 1968, tiene su primera exposición individual en Cd. Juárez Chihuahua, como parte de los festejos culturales organizados por los XIX Juegos Olímpicos celebrados en México. Pero para ese entonces la pintura ya no le atraía y cuestionaba el anquilosamiento de la academia desde el punto de vista pedagógico y de sus programas de estudio, entre otras cosas. Desde entonces y tal vez desde su primera juventud se le consideraba como un rebelde.
Funda, el grupo experimental “Arte Otro”, en 1969, junto con Sebastián, Luis Aguilar Ponce y Eduardo Garduño.
El discurso filosófico-político-estético de Hersúa plantea que el espectador debe integrarse de manera más activamente en el discurso estético de la obra de arte, elaborando su propia interpretación, propone que el espectador pase de ser un observador pasivo, para convertirse en activo.
La exposición tendrá una vigencia del 7 de junio al 25 de Agosto 2013.

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