El bailarín y coreógrafo Jorge Alfredo Ríos Fernández audicionó y fue seleccionado para recibir adiestramiento en el Ballet de Camagüey, una compañía fundada en 1967 que posee prestigio internacional y que además cuenta con un repertorio conformado por 250 obras, desde las más tradicionales hasta las más vanguardistas.
En entrevista para esta casa editorial, Jorge Alfredo dice emocionado que el ingreso al Ballet marca un parteaguas en su vida profesional, pues tendrá la oportunidad de perfeccionar su técnica con Regina Balaguer, quien actualmente es la directora de esta compañía. Originario de Minatitlán, Alfredo ha tenido desarrollo técnico con diferentes maestros, además de que se ha desempeñado como coordinador escénico y docente de ballet en Vera-Danza Estudio, mientras que en el campo de la coreografía ha llegado a completar una veintena de obras, que incluyen danzas creadas para él mismo con estilo contemporáneo, clásico y neoclásico. Como director artístico de Vera-Danza no sólo organizó presentaciones, sino que también llevó a cabo cuatro festivales, de los que acepta sentirse muy satisfecho. En cuanto al área de la docencia, expresa que como maestro su misión es ver cumplidos los sueños de sus alumnas y que no hay nada más gratificante que ayudarlas para que tengan un buen desempeño en escena, al que antecede un amplio trabajo de investigación, porque analiza las habilidades de cada una de las chicas. ¿Pero cuándo inicia esta vida disciplinada y llevada con pasión hacia la exploración de la danza? Alfredo rememora que el camino ha sido difícil tanto en el aspecto profesional como en el personal, pues una de las primeras barreras que tuvo que derribar fue la enfocada a dos prejuicios en específico: "del arte no se vive y los niños no entran a una escuela de ballet". Pese a estas ideas, el impacto que en Alfredo deja una presentación de danza a través de la televisión -cuando apenas tenía siete años-, así como ver a su hermana bailar, le hacen tomar el valor de asistir clases en una escuela del sur del estado; posteriormente ingresa a la Facultad de Danza de la Universidad Veracruzana, donde al no cumplirse sus expectativas opta por dejar estos estudios e inscribirse a la escuela Royal Ballet, donde adquiere todo el conocimiento técnico para poderse formar como un bailarín profesional. Detalla que en esta entidad permanece desde 2005 hasta 2011 y que al término de los grados profesionales empieza el método cubano con el primer bailarín Orlando Nelson, quien le brinda un panorama mucho más profesional en lo que es la danza clásica y neoclásica. El también coreógrafo especifica que en la Escuela Cubana de Ballet de Coatepec cursó dos años y que paralelamente fue acogido por Vera-Danza, a cargo de Jorge Luis Ortiz Alarcón y Daniel E. Acevedo Ytuarte, donde se le da una enseñanza escénica y donde posteriormente realiza el montaje coreográfico completo de los programas, entre los que se encuentra El cascanueces, más otras presentaciones. Quien ha llegado a ser bailarín solista puntualiza que este recorrido por lo que ha sido su incursión en la danza le hace darse cuenta de la importancia que han tenido en su vida los maestros Jorge Luis Ortiz, Daniel Acevedo, Margarita Vargas Ortega y, especialmente, Orlando Nelson, quien cuando supo del interés que tenía por unirse a una compañía profesional en México le sugirió que mejor audicionara para el Ballet de Camagüey, una escuela con una técnica más sólida, más limpia y pura. Alfredo Ríos ha ofrecido presentaciones de concierto en la localidad, el Estado y otras entidades federativas representando a la danza de Veracruz y ahora cumple la meta de hacerlo fuera del país. Mañana partirá a Cuba, donde la estancia será por tiempo indefinido. Este tiempo, dice, será de arte, estética, música y baile para continuar alimentando el alma.
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Es un espacio que va en la búsqueda y a la vez de la difusion de aquellas voces creativas en cuanto al despliegue de su forma de ver y exponer el mundo en que vivimos. De ahí que hablen por si mismo, desde su trinchera que puede ser musical, dancístico como literario, no solamente en este no tan agreste terreno del Tunal Grande, sino más allende de...
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