Por: MMS|Redacción
El promotor cultural Graham McKenzie y el compositor James Dillon disertaron, entre otros temas, sobre el concierto que ofreció el Ensamble del Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea (Cepromusic) con un repertorio elegido por McKenzie especialmente para la ocasión, en la que se escucharon, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, dos estrenos en México y una pieza de Rebecca Saunders, todas obras británicas, como parte del XXXVII Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez y del Año Dual México-Reino Unido.
McKenzie resaltó que la curaduría del programa fue integral en su conjunto, en un concepto que acentúa “la estética de Huddersfield”. McKenzie es director artístico y ejecutivo del Huddersfield Contemporary Music Festival (HCMF), el encuentro de música contemporánea, nueva o experimental más importante del Reino Unido, y el cual se desarrolla en esa localidad de Inglaterra. El invitado hizo hincapié en la construcción de los programas como un concepto integrado a partir de lo que los compositores desean transmitir.
Durante su intervención, destacó que se ha quedado sorprendido por la cantidad de espacios en la ciudad de México para conciertos e instalaciones: “Son increíbles. Ojalá los tuviera allá; sería perfecto. Me entusiasmaron muchísimo los espacios y las posibilidades de ampliar el programa entre Huddersfield y México; de introducir a los compositores y ensambles mexicanos al mercado del Reino Unido y europeo, y de formar alianzas y contactos, lo mismo que traer música británica de compositores emergentes que no son tan conocidos”.
Integrante activo en la celebración del Año Dual México-Reino Unido, McKenzie compartió que este año el HCMF cumple su 38º aniversario. “Es un festival muy concentrado, pleno de actividades durante los diez días que dura. Podemos encontrar entre 15 y 10 conciertos en un solo día.
“En este espacio la definición de música contemporánea es muy amplia. Incluye desde un ruido hasta música de orquesta y todo lo que va de un extremo a otro. Lo mismo podemos encontrar arte basado en instalaciones o arte sónico. En este sentido somos proactivos, involucramos a los compositores más jóvenes y llevamos la música a las personas, por ejemplo, a áreas industriales.
“La idea es viajar a través de la música con diversas formas de escucharla y acceder a ella, no solo ofrecer los conciertos. De 2005 a la fecha, el porcentaje de público joven se ha incrementado del 3 al 25 por ciento. Estos cambios han sido eficaces”.
El HCMF se realiza “para atraer a las personas que les gusta el arte en vivo, la cultura contemporánea, y conjuntarlas. Hemos logrado un público de galería, por decirlo de alguna manera.
“La integración de un programa inicia con alguna idea; algún compositor, por ejemplo. Todo comienza a fluir y a combinarse, y de ahí parte mi intervención. Los caminos que sigue la gente o las selecciones que hace tienen sentido, y eso es importante para mí. A lo largo de los diez días de festival tratamos de llegar a la gente. Es el público el que captará cierta lógica en los conciertos.
“Siempre hablo de ser curador y no programador. Se trata de la relación con los artistas y el compositor. Si tenemos sinergia, los ayudo a que el público perciba la propuesta en ese momento en particular. Tal vez nos lleve de dos a tres años cristalizarlo. Sin embargo, se fortalece una relación de confianza entre el curador y el compositor para producir el proyecto”.
Respecto a la obra de Matthew Wright, cuya pieza Totem for Den Haag fue estrenada mundialmente por el Ensamble del Cepromusic, McKenzie afirmó que sorprende. “Es una verdadera invención con mucha técnica, sensibilidad, habilidad y capacidad. Existe un cimiento muy sólido en lo que hace y es experimental en la manera en la que se acerca a su proceso musical. Es fantástico estar con Matt. No nos vemos mucho en el Reino Unido, pero hemos trabajado en un par de proyectos juntos. Seguro habrá más próximamente".
Mientras que de Rebecca Saunders –autora de Stirrings Still I, también interpretada por la agrupación–, compartió que es muy conocida incluso fuera de Huddersfield. “En Londres, por ejemplo, la encontramos en salas grandes cuando programan música contemporánea. Quizá tenga un atractivo más comercial. Ella y James Dillon son los dos compositores con los que estamos asociados. Son una excelente muestra de lo que hacemos allá”.
En su oportunidad, James Dillon compartió que inició su experiencia con la gaita escocesa, luego pasó al rock –etapa que duró poco en su vida– y, “como muchos adolescentes, pinté, escribí poesía, toqué música y en algún momento fui a la escuela de arte. Más tarde abordé la música de la India y me sorprendió su método para transmitir el conocimiento, basado en mnemónicos.
“Cuento con varios trípticos. Me gusta trabajar en ciclos, dípticos o trípticos. Con esto busco una magia y cierto tipo de cohesión”, afirmó al referirse a su pieza New York Triptych, segundo estreno mundial en el concierto que ofreció el Ensamble del Cepromusic en el marco del Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez.
“Mis trípticos más recientes asumen una referencia histórica muy específica. La pieza de este concierto es la tercera de tres trípticos. Cada uno toma el nombre del lugar en el que se comisionaron: el primero, Lovaina; el segundo, Oslo, y el tercero, Nueva York”.
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