sábado, 15 de agosto de 2015

La danza bizarra de Parrao va a Bellas Artes





Por: Alida Piñón

William S. Burroughs (1914-1997) era abiertamente homosexual, se casó dos veces, a la segunda esposa la mató; tuvo una tensa relación con su hijo, quien murió de una sobredosis; nunca sonreía y se le reconocía como una persona seria. En su suma, el escritor estadounidense era un “sujeto fragmentado” con una intelectualidad que lo mantenía a flote.



Su obra y su personalidad han influenciado al coreógrafo Raúl Parrao, quien le rinde un homenaje en la obra Inter-Z-on-E=Universo-E/x, una pieza que desde su estreno el año pasado ha sido catalogada como provocadora, desbordada y vanguardista.



Ahora, en una versión pulida y revisada, con dos nuevos intérpretes de los 12 originales, se presentará en el Palacio de Bellas Artes el 21 y 22 de agosto.



“Burroughs hablaba de la sociedad y sus adicciones al sexo, al dinero, al poder, a una gran cantidad de cosas. Hemos llegado a un punto en el que la ciencia ficción es poco frente a lo que pasa, ya no sabemos quién gobierna a quién”, explicó en entrevista el coreógrafo.



La obra es un collage expresionista que expresa la naturaleza desdoblada de Burroughs; un laberinto de interzonas que enmarañan el rastreo de su vida y obra, su mundo interno y sus relaciones interpersonales, así como su tránsito entre Estados Unidos, México y Sudamérica, y Londres, París, Roma y Tánger.



“El mundo alterado me gusta para crear mis personajes. Ahora es Burroughs y su mundo a través de la mirada de un yonki, de un ser alterado por las drogas”, explicó.



Parrao, quien fundó hace 30 años la compañía Ux Onodanza Danza Bizarra, es actualmente director del Centro de Producción de Danza Contemporánea con cuyos bailarines desarrolló su más reciente obra.



Desde su incursión en la danza se le ha identificado como un transgresor y revolucionario de la danza.



“Pongo mucha atención en los procesos. A los bailarines les exijo un trabajo físico fuerte, pero también un trabajo de investigación para que comprendan a lo que queremos llegar, pero también les pido que se enfrenten a sus propios pudores. En este caso, abordar a Burroughs es también adentrarse en la obscenidad, en la vulgaridad, en lo abigarrado, en lo grotesco y en lo burdo. Así que debo esperar que el bailarín haga a un lado sus pudores”, dice.



Y agrega: “Lograr esto requiere de esfuerzos que frente a los ojos de otros nos coloca en lo experimental, pero no es mi intención. No es lo que busco al momento de crear”.



Los rumores. 

Hace unos días comenzó a circular la versión de que dejaría la dirección del Ceprodac. Parrao lo desmiente, por el contrario, renovará el contrato por otros cuatro años. “Esos rumores me encantan porque son inverosímiles. Hace años se dijo que había muerto en un accidente, luego se dijo que contraje el Sida, también que era amante de directivos y que gracias a ello me daban temporadas y obtenía beneficios. Es rica la imaginación de las personas. Hay un teléfono descompuesto. Además ahora hay otro fenómeno, el de las redes sociales. Habrá una continuidad por otros 4 años y la intención es de llegar a más cosas. Cuando recibí la invitación, el Ceprodac pasaba por un momento crucial, fue criticado. Yo esperé a que avanzara en el proyecto, a que se estableciera para iniciar un proceso creativo. Se han hecho una veintena de obras de otros coreógrafos y una mía. Ya quedó claro que no es la compañía de Parrao”, explica.



Sobre las críticas que han recibido algunas de las obras que se han creado en Ceprodac, reconoce: “ha habido tropiezos”.

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