Por: CÉSAR DELGADO MARTÍNEZ
La desastrosa desigualdad que se vive en México, también se
refleja en la educación y la cultura.
Ahora que
seguramente el partido oficial el PRI (Revolucionario Institucional) y sus
aliados, aprobarán la creación de la Secretaría de Cultura; una vez más
quedarán en el olvido infinidad de municipios; que no tuvieron voz en los foros
que organizó la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados.
La voz que
se escuchó y fuerte fue la de los artistas que forman el clan de los protegidos
por el gobierno, los exquisitos que siempre son apoyados, porque sirven
puntualmente a los dictados de la clase política cultural.
Esos artistas
que sin tener los conocimientos del caso, arremetieron contra el Instituto
Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y sus delegaciones sindicales.
Lo que no
entienden esos defensores de la élite artística, es que si el Instituto no
cumple con sus objetivos, es porque no se le ha dado el presupuesto que debería
tener. La educación y la investigación
siempre han sido golpeadas, negándole el apoyo que requieren.
Por si esto
fuera poco, casi siempre los altos funcionarios del INBAL, nombraron directores
de escuelas y centros de investigación a incondicionales, que se dedicaron a
violar constantemente la normatividad vigente, a agredir a académicos y a
trabajadores y a violar sus derechos humanos.
El carácter
nacional que alguna vez tuvo el INBAL, hace por lo menos cinco sexenios se
perdió, precisamente por la falta de voluntad política para atender a todo el
país y la negociación de un presupuesto para este fin.
La voz de los
trabajadores de la cultura que viven en las capitales de los estados una vez
más no se escuchó. Quienes laboramos en
un municipio somos los doblemente ninguneados. ¿Cuánto tienen que aportar los
municipios para que haya una Compañía
Nacional de Teatro y una Compañía Estatal de Teatro a pesar de que nunca les
"veremos el polvo"?
La realidad
nos dice que la educación y la cultura nos pueden apoyar a los mexicanos a
salir del hoyo en el que nos ha metido la clase política, donde prevalece la
violencia, el narcotráfico y la corrupción institucional. Pero la educación y
la cultura fuertemente unidas. Los artistas de la élite lo que quieren es
conservar sus privilegios. Aquí hay dos proyectos de nación. Uno de los que
controlan el país y otro de los ciudadanos que buscamos vivir en una democracia
donde se respeten los derechos humanos, incluyendo a la educación y la cultura.
Casa de los Almendros, territorio libre de Nayarit.
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