Por: Roberto A. Valenciano Capín.
In sempre memoriam de Eduardo López Lemus
Mérida, Yucatán.Bajo la fortaleza, el resguardo y la frondosidad de este roble que evoca ser no solo esta energía creadora que transforma todo, sino también este punto de partida y detonador de este despliegue dancístico en esta vigésima primera edición del Festival Nacional e Internacional de Danza Contemporánea Oc`- Ohtic- Lo bailamos, lo danzamos- .
Dio inicio este novenario danzario en estas tierras yucatecas, se llevó a cabo la entrega de la primera Medalla Oc’Ohtic al maestro y gran gestor en la creación de este festival, Jorge Domínguez.
Un emocionado y abrumado Jorge Domínguez al recibir esta importante medalla, quien dijo sentirse muy conmovido por algo que no esperaba, al reconocer que "los bailarines somos animales del presente, porque somos gente que vive el momento y que estamos todo el tiempo pendiente de lo que hacemos en ese instante. Somos una construcción de tiempo etéreo y de un tiempo fugaz que desaparece en el mismo tiempo en que lo que ejecutamos, en aquello que hacemos y no tenemos siempre la noción de lo que ha sucedido detrás de nosotros. La única verdadera noción que yo tengo de mi trabajo es la enseñanza de mis maestros, de toda la tradición que me acompaña, que me ha construido, el trabajo de mucha gente detrás de mí que logro tantas cosas para que yo y el momento tuviera la oportunidad de transmitir hacia adelante, hacia otros bailarines y hacia otro público el trabajo que se va acumulando". "Me parece un acierto formidable esta idea del roble, porque finalmente la cultura es eso, es una semilla que se planta y que con mucha paciencia se va cultivando y que todos los días tenemos que estar cuidando, estar alimentando para que vaya creciendo. El modo en que nosotros trabajamos es esta paciente construcción del árbol que somos cada uno de nosotros" agrego el homenajeado.
Por su parte, el promotor Frank Fernández realizó la lectura de la semblanza en homenaje in memoriam a la prima ballerina assoluta Maya Plisetskaya, quien fue uno de los más importantes símbolos en el ámbito de la danza clásica y poseedora de un soberbio port-des-bras o movimiento de brazos.
Indudablemente es una invitación no solo para los meridanos sino invitados a celebrar y festejar esta fiesta de la danza contemporánea, aunque es importante destacar que este ballet es una obra fundamental no solo en la producción dancística del siglo XX sino también, un ballet de tradición pero que da estos visos a esta vertiente renovadora del lenguaje dancístico.
En primera instancia, prevalece esta vocación de este encuentro dancístico en estas tierras yucatecas, cuyo punto neural ha sido el ofrecer esta amalgama de lo más actual y excelso del quehacer dancístico tanto nacional como internacional, de ahí que el presentar dicha obra, es indudablemente converger en estos puntos nodales del encuentro entre lo clásico y lo contemporáneo, así como ser parte infalible en el devenir histórico que converge en esta zona peninsular en cuanto a este rubro dancístico.
Referirse a esta Suite, en donde Carmen no es la historia de la mujer fatal, diabólica, coqueta, seductora; como se ha querido interpretarla, sino Carmen es el concepto de la mujer apasionada, que encuentra en la sociedad que la rodea un marco estrecho de comportamiento.
Un escenario de un ruedo, coronado por una docena de singulares sillas y una bicolor manta con la imagen de este bravío toro fue el detonador en donde se desenvuelve esta Carmen, mujer hermosa y sensual, pero terrible en sus pasiones, quien trabaja como cigarrera en la fábrica donde ha reñido con una de sus compañeras, por lo que es arrestada por el capitán Zúñiga. Carmen seduce al sargento José para que éste olvide su deber y la ayude a escapar, convirtiéndolo además, en contrabandista y ladrón. Más tarde, la gitana se enamora del joven torero Escamillo. José, al verse traicionado por Carmen, la mata de una puñalada.
Aun así, Carmen juega con los sentimientos de tres hombres: Don José, el torero Escamillo y Zúñiga. Los famosos protagonistas de la novela de Merimée están ubicados en una plaza de toros, que simboliza la vida. El toro de lidia y el destino de Carmen se unen en un siniestro personaje.
Es de destacar el esfuerzo de la dirección de danza de SEDECULTA, en cuanto al esfuerzo, dedicación en cuanto a esta reposición de este ballet, así como la ayuda desinteresada de Sonia Calero, viuda de Alberto Alonso en la puesta en escena de la misma.
Tanto la coreografía como el libreto son del maestro cubano Alberto Alonso, sobre la novela de Próspero Merimée (novelista romántico francés). El ballet fue creado por Alonso a pedido de la bailarina rusa Maya Pliseskaya.
Una primera noche de aquella idea loca, audaz y que se ha hecho visible en el mundo entero, "la cual está alimentada por una gran tradición que no es solamente de lo contemporáneo sino también de todo lo que ha construido en el pasado y es lo que nos tiene en este presente, siempre viendo hacia el futuro" comento acertadamente el Mtro. Jorge Domínguez.
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