lunes, 25 de julio de 2016

Centro Universitario de las Artes fomenta el habito de la lectura




El índice de lectura en México no es tan bajo como apuntan las encuestas nacionales, pues no se considera la literatura chatarra que es consumida por los mexicanos, opinó Ana Laura Corpus, tallerista de fomento a la lectura del Centro Universitario de las Artes de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, quien dijo que existe el reto de encaminar a los lectores a experimentar nuevas opciones de lectura.



Esto durante el Seminario de lectura que se llevó a cabo en el CUART, donde se incluyeron el ciclo “Paz en la Huerta y otras Revueltas”, que tuvo el objetivo de fomentar la lectura con las obras de autores mexicanos como Octavio Paz, Efraín Huerta y José Revueltas, que en 2014 cumplieron el centenario de su natalicio y que dejaron un gran legado para la literatura del país e internacional.



En el taller se tocaron diversas temáticas donde se acerca o se fomenta el gusto por la lectura de estos autores, hablando un poco de su vida, de cómo su obra impacta en la actualidad y la trascendencia de su obra.



Dijo que se realizaron otras actividades como lectura en voz alta sensorial, en la que se experimentó la lectura a través de los sentidos, exceptuando la vista. “Normalmente estamos en un mundo visual, entonces todo lo atrapamos o aprendemos a través de la vista y cuando anulamos la vista, hacemos que afloren los otros sentidos, lo que permite sentir la lectura de otra manera”, dijo.



Así mismo comentó que la formación que se tienen en México respecto a la lectura es de rechazo, ya que se ve como una obligación y, aseguró, lo que se busca en este tipo de talleres es enganchar a los alumnos al placer de leer, ya que no hay exámenes, preguntas, fichas bibliográficas, sino aprender a disfrutar la lectura.



En México, las personas sí leen, pero literatura chatarra, por lo que el reto es acercar al público a otro tipo de textos, esto con la participación de promotores de lectura, padres de familia, docentes, bibliotecarios y todos los que tienen influencia en la formación de los niños, principalmente.



“Hay que respetar los derechos del lector. Que se lea lo que se quiere leer y hasta donde se quiere leer. Más que una imposición es empezar a sentir el gusto por la lectura, como puede ser por una telenovela o un partido de futbol”, finalizó.

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