Por: Reyna Paz Avendaño
Las anécdotas de los montajes teatrales hechos con pocos recursos y omitiendo la burocracia cultural fueron recordadas por el dramaturgo y escritor Hugo Hiriart (Ciudad de México, 1942) en compañía de su amigo Tony Castro, a quien le agradeció su amistad y su compañía en obras donde impera lo festivo.
“Tony es mi mejor amigo, hemos trabajado juntos en muchas cosas. Dice Aristóteles que la mayor felicidad para un ser humano viene de la amistad, es la que nos da una felicidad más extendida y yo tengo ese gustazo”, expresó Hiriart en el homenaje que le rindió la Feria Internacional del Libro de Guadalajara por su cumpleaños número 80.
El autor de “El arte de perdurar” y “Disertación sobre las telarañas” mencionó que Tony lo ha acompañado en sus proyectos escénicos. “El teatro siempre es festivo, es una cosa preciosa y es barato comparado con el cine y con cualquier otra cosa, el teatro es muy barato”.
Tony Castro explicó a los asistentes que cuando los autores escriben sus obras, el siguiente paso es buscar un director para el montaje y después llega el estreno, sin embargo, con Hiriart nada es así.
“Hugo comienza una obra de teatro con algo que le llama la atención o con la intuición, recuerdo que hizo muchas obras donde sólo tenía una escena, entonces entraba con el equipo de actores e iba construyendo la historia. Así pasó con “El caso de Caligari y el ostión chino” (1999)”, narró.
Hiriart aseveró con risas y confesó que desde el primer día que montó una obra sumió a los actores en perplejidades. “Me decían: ¿qué hacemos? Y yo me mostraba avaro en explicaciones para que ellos fueran solitos… aunque a veces con eso puedes llegar a un lugar que no tenga nada de artístico, al fango teatral tan peligroso”.
El dramaturgo homenajeado comentó que su primera obra le costó mucho trabajo escribir: “La ginecomaquia” (1972). “Liguori en la cantina me dijo: ponle la ginecomaquia por la `Gatomaquia’ de Lope de Vega y fui obediente. Me acuerdo cuando estrené la obra que entró Liguori cantando a la función y me di cuenta que estaba totalmente borracho, pero lo quería tanto que me dio gusto, además yo también era muy borracho, ¿qué le hacemos?”.
Hiriart expresó que uno de los grandes libros de Lope de Vega es en el que cuenta sus aventuras de joven. “Es una joya de la literatura, él tenía una novia, estaba en ayuno de fondos, entonces hacía esta cosa que a todos les parecía abominable: decirle a su mujer que le pidiera prestado a la amante; la mujer que era obediente de su macho lo hacía”.
El también Premio Nacional de Ciencias y Artes (2009) recordó que inspirado en el poeta del Siglo de Oro hizo una obra en tres días. “Y nos salió muy mal, pero después se compuso”.
Tony Castro explicó que hacer una obra implica procesos largos porque conseguir el financiamiento no es sencillo.
“Pero Hugo decía: eso está mal porque uno invierte la mayor parte de su vida teatral en problemas burocráticos, hay que ir a hacer teatro. Entonces nos habían invitado a un festival en Puebla la siguiente semana que dijo eso y Hugo exclamó que si Lope de Vega pudo hacerlo en tres días, nosotros también”, narró.
En esa época Hiriart dirigía el Teatro de Santa Catarina de la UNAM, agregó. “Ahí, hasta principios de los 90, estábamos produciendo obras de bajo presupuesto. Hugo decía que no se preocuparan por las becas porque lo importante era hacer teatro y eso fue bueno para el teatro, pero aquella obra nos salió tan mal y no sé cómo, pero Hugo nos consiguió otra función en Tlaxcala, fuimos y ya no estaba tan mal, empezó a mejorar”.
A petición del editor Martín Solares, Hiriart narró el momento en que cambió un diálogo a mitad de una función. El actor debía decir: pagarás esto muy caro, pero respondió: pagarás esto en cómodas mensualidades.
“Me empecé a reír como desesperado. El teatro permite todo, por ejemplo, puede estar la gente viendo y piensa que así está pensada la obra, cuando así no es el guion”, confesó el dramaturgo.
NOVELA EN PROCESO
Hugo Hiriart indicó que actualmente realiza una novela cuya escritura le ronda en su cabeza.
“Aquí a Guadalajara me enfermé entonces me llevaron a hacer una resonancia magnética, las odio, me han hecho muchas porque hubo un tiempo que estaba mal de la columna vertebral, me acosté, me relajé completamente, empecé a imaginar y una de las novelas que no he terminado llegó a mi mente, vino de visita. Entonces con la máquina comenzaron a pasar escenas que me decían que no me precipitara”, dijo.
Esa novela la inició Hiriart hace dos años. “A los jóvenes que quieren escribir les aconsejaría trabajar diario y poco, avanzar muy despacio y regresar, no dejar su texto como empieza, no, que lo vayan apapachando como uno lo haría con su novia”.
Además de esa novela, Tony Castro le recordó a Hiriart que su obra Descripción de un animal dormido (1994) no se ha publicado.
“Cuando estabas escribiendo ese ensayo tan padre que se llama “Sobre la naturaleza de los sueños” donde la tesis era que todos soñamos, entonces cualquiera puede escribir de los sueños sin ser especialista, de manera paralela hicimos una obra que se llama "Descripción de un animal dormido" que no está publicada y debería estarlo”, señaló.
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