Por: Roberto A. Valenciano Capín
Llega a la mano y oídos de los chavitos potosinos, “El carnaval de la lectura” de la agrupación musical “Bandula”. En el que se busca atraer con una libertad creativa a través de las canciones el libre transito hacia las maravillas plasmadas en los libros y ser a la vez una invitación a soltar el hilo de la imaginación, a partir de los personajes planteados en estas historias que enriquecerás una travesía sin fin.
A pesar de ser una nueva edición de esta producción musical, realizada por la Secretaría de Cultura de San Luis Potosí, a través del programa “Alas y Raíces a los niños potosinos aun así es un disco que atrapa desde sus primeros acordes no solo por este marasmo musical, al entretejerlo sabiamente con el sabor alegre y muy bailable, aunado con la sonoridad y el permanente lúdico juego con las palabras, el significado, la imagen, la rima y el ritmo de Emilio Lome, quien de esta forma construye un mundo donde los niños se descubren a si mismos y los adultos recuperan el duendecito de la infancia que siempre estuvo ahí, guardado, muy adentro de su corazón.
Igualmente, para aquellos despistados y no tanto, este “Carnaval de la Lectura” es una invitación a ser parte de las aventuras que los esperan a través de la canciones y ala vez los impulsa a ser parte de la maravillas plasmadas en los libros; una forma muy acorde para ayudarlos a entender y soltar el hilo de la imaginación, a partir de los personajes planteados en estas historias que enriquecerás una travesía sin fin.
Una inigualable oportunidad para descubrir cosas nuevas entre emociones, aromas, colores, texturas, sabores, imágenes pero, sobretodo de navegar con su propia magia al oyente por las aventuras muy peculiares que van desde “El perro que hablaba perfectamente el castellano y con acento urbano ante el Gato que pese a su mustia apatía no decía ni siquiera miau” hasta que fue aclarado este misterio por una seria investigación que dio como resultado que el gato era un experto en ventriloquia o, las divertidas y extraordinarias historias de Gregorio Caballero ocurridas en sus diarias travesías por el mar, las discrepancias entre una desafiante hormiga y un elefante, donde este último se bañaba apaciblemente, la peculiar forma de albergar un nido de la cigüeña en la cabeza de Mariana porque no le gusta que su mama la cepillara para que se viera peinada o simplemente transitar por las fabulosas aventuras del Dr. Zipper y su guitarra eléctrica.
Así es que Bandula se abre como una sorpresa en el horizonte de música infantil, porque cada pieza que interpreta hunde sus raíces en lo mejor de la tradición latinoamericana, caribeña y africana.
Con una serie de discos grabados: “Que chevere guateque”, “EL Carnaval de la lectura” y “El Arcoíris por los derechos de los Niños y de las Niñas”.
Bandula es esta banda joven de músicos que ponen su talento al servicio de una sola idea: hacer música divertida, festiva, alegre, inteligente y de calidad para los niños; a la vez que se transforma en un proyecto creativo que le apuesta a la inteligencia de los pequeños y, por qué no, de sus papás.
Un esfuerzo que se ve plasmado en este CD gracias al apoyo de Deborah Chenillo Alazraki por impulsar este proyecto, así como la Coordinación Nacional de Desarrollo Cultural infantil, al Departamento de Fondos Especiales y Programas Estatales, pero sobre todo a los autores de los cuentos que los integran; Emilio Lome-el perro que hablaba y el gato que no decía miau y la fábula del elefante y la hormiga -, Emma Romeu-Gregorio y el mar-, Fidel González-Amaranta y El nido de la cigüeña-, Francisco Hinojosa-Yanka Yanka- y Juan Villoro con las aventuras del Dr. Zipper y la fabulosa guitarra eléctrica. Y claro dejen que esa pegajosa musiquita revuele en sus oídos y vayan siempre en la búsqueda de nuevas aventuras bajo el arrullo de este carnaval de la lectura.
El material discográfico esta dirigido a niños y niñas y tiene con tema central la lectura. El disco se puede adquirir el Casa del Poeta Ramón López Velarde a un costo de 100 pesos. El espacio cultural se encuentra en la calle de Vallejo número 300 en el Barrio de San Miguelito.
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