martes, 9 de marzo de 2010

El videoarte fue limitado y ahora está a la baja, dice Carlos Jáurena


Por: Juan Carlos Talavera

Los creadores del videoarte ahora se dedican a otros géneros: Carlos Jáurena.

Para Carlos Jáurena, el videoarte es una técnica limitada que ha llegado a cansar a muchos artistas contemporáneos: "Ya no veo esa fascinación por el videoarte, los artistas no lo ven como una obra terminada que pueda ser exhibida, sino como una herramienta para documentar acciones. Es una manifestación artística que va a la baja".

Artistas que antes los elaboraban, detalló, ahora se dedican a otro tipo de expresiones, como la instalación, el performance o la pintura, explicó el director del Ex Teresa Arte Actual. Y recordó que el videoarte tuvo su boom en la última década del siglo XX y los primeros años del siglo XXI; sin embargo, son obras que pueden ser copiadas fácilmente, a diferencia de otras técnicas más difíciles de replicar como la instalación y el performance.

No obstante, aclaró, la decadencia del videoarte no se debe al miedo de los artistas por ser copiados, sino a la búsqueda de nuevas formas de expresión. "A los artistas contemporáneos les gusta construir objetos en los que modifican el significado de los objetos, privilegiando la inutilidad del arte o la falta de utilidad de ciertas estructuras sociales, eso depende del discurso", señaló.

En opinión del también curador y artista visual, existen dos tipos de artista conceptual: aquellos que utilizan una sola técnica a lo largo de su vida y nunca cambian su forma de expresión, y quienes se interesan más por los conceptos, y de acuerdo a las ideas que evocan, eligen la técnica adecuada para transmitir mejor sus ideas.

En ocasiones los artistas conceptuales se han vinculado con científicos e ingenieros, explicó Jáurena, que son personas que no tienen nada que ver con el arte, con quienes forman un equipo para desarrollar algún proyecto conjunto partiendo de la idea y el interés del artista.

LIMITADO EL VIDEOARTE. Carlos Jáurena señaló que el videoarte, independientemente de los recursos que utiliza para su producción, como locaciones, objetos, escenografía y personajes de todo tipo, enfrenta un problema: "como producto final termina por mostrarse en una pantalla. Es solamente luz".

En cambio, las instalaciones además de ser tridimensionales pueden incluir la participación del público, donde manipulan o transitan en el interior de la instalación. Aunado a esto, pueden incluir sabores, colores, texturas, que el video no proporciona, aseguró.

Diferencias. Un público no avezado en los detalles de las artes conceptuales podría confundir el concepto de videoarte con el de videoperformance, explicó el también artista visual.

El videoarte es una pieza artística que no necesita apegarse a la realidad, utiliza elementos escenográficos y permite la creación de personajes para transmitir una idea. El videoarte puede echar mano de la ficción, ya que el artista no se representa a sí mismo, expresó.

En cambio, el videoperformance es una obra que hace un artista, donde utiliza su cuerpo, interpretándose a sí mismo, en el que busca transmitir una idea por medio de una acción; es un performance hecho para la cámara y no para un público. En el videoperformance el artista no inventa personajes ajenos a él; es él mismo, indicó.

A diferencia del videoarte donde muchas veces se utilizan recursos de utilería para simular sangre y dolor, en el videoperformance no hay cabida para la simulación. "Si el artista decide causarse dolor o daño físico, éste debe ser real", señaló.

Finalmente, recordó que un ejemplo extremo de videoperformance es el caso del artista neoyorquino Ron Athey, quien inserta 15 agujas en su frente, formando una corona de espinas. Pero al retirarlas se baña en sangre y muestra una estampa impactante que se suma al hecho de ser seropositivo. "Su discurso es muy fuerte porque dice: `en este momento soy un peligro para todos ustedes'", expresó.

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