Por: Roberto A. Valenciano Capín.
Una Rana Santacruz sumamente emocionado y sorprendido por la cálidez y recepción tanto del público como de los integrantes de la Sinfonietta universitaria con este singular concierto que ofrecieron en el Teatro del Centro Cultural Bicentenario de la UASLP.
Un espacio que fue lugar reunión de todas las edades para disfrutar de un proyecto bajo un estilo definido, quien retoma las raíces de la música mexicana, acompañada de una narrativa interesante que las proyecta y dimensiona dentro de su propia contemporaneidad.
Gracias también a la indiscutible dirección del Mtro. Llyod Butler quien le dio ese pulso, rigor y temperamento, viéndose reflejado en la sobria interpretación tanto en acompañar a Rana Santacruz como por sí misma, al ofrecer dentro de este tenor, como aperitivo : El danzón No. 2 del compositor Arturo Márquez y - el Huapango- de José Pablo Moncayo y de esta manera festejar el centenario de su natalicio.
Gracias también a la indiscutible dirección del Mtro. Llyod Butler quien le dio ese pulso, rigor y temperamento, viéndose reflejado en la sobria interpretación tanto en acompañar a Rana Santacruz como por sí misma, al ofrecer dentro de este tenor, como aperitivo : El danzón No. 2 del compositor Arturo Márquez y - el Huapango- de José Pablo Moncayo y de esta manera festejar el centenario de su natalicio.
Un recital en donde de inmediato se gestó su empatía de este compositor y multinstrumentista con su público, ahora sus cómplices, gracias también a su sencillez, su buen sentido del humor, así como la invitación a través de anécdotas y comentarios para transitar juntos en esta travesía musical que en momentos la fusionaba con la orquesta universitaria y solamente con su proyecto. Cabe destacar los arreglos realizados por el músico potosino Armando Corado Judd.
Bajo la particular tónica de pasión y convicción que distingue tanto a Rana Santacruz como su banda de amigos músicos, lograron lo que pocas veces sucede, la plena interacción y complicidad de provocar que cantarán desde sus asientos, aullar, reírse y agradecer con un gran aplauso tanto de darse como de que las autoridades universitarias para la realización de este proyecto.
Con una forma muy particular de hacer sus letras que van desde lo amor, la tragedia con su puntual humor y el humor mismo que en momentos llega a ser irónico, claro, influenciado por la riqueza de la música mexicana y otros géneros como el Bluegrass, el country, etc.
Se destacan por el aplauso y reacción del público que se dieron cita a este espacio cultural: - si no estas-, -déjala entrar-, - Tacho el gacho-, -el ranchero punk-, su canción más conocida e infaltable- cajita de barro- por cierto se la dedicó a su padre que estaba presente en el concierto, - si me ves llorar- y - el funeral de Tacho el gacho-.
Por cierto, un público agradecido a través de un extenso y cálido aplausos para este músico mexicano radicado en el Brooklyn Nueva York, quien de igual forma agradeció este gesto para regalarles al interpretar: - de que manera te olvido- y su- cajita de barro-.
Pero no quedó ahí, al salir al lobby de este Centro Cultural Universitario y ser recibido por su gente, en donde los agradecimientos, las felicitaciones se dieron al por mayor, claro, sin faltar firmar discos, dar autográfos y tomarse la foto.
Un evento de la División de Difusión Cultural de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Universidad de Ohio Northern y la Sinfonietta Universitaria.
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