miércoles, 15 de abril de 2015

Sobria presentación de la ópera "La isla deshabitada" de Haydn en el Teatro de la Paz

 
Fotos: Cortesía de Edgar Gutiérrez Calvillo y Francisco Acosta.
 
Por: Roberto A. Valenciano Capín
 
Bajo un sugerente titulo de la  L’isola disabitata (isla desabitada), ópera en un solo acto del compositor Joseph Haydn se presento por primera vez en el Coloso de Villerías y de esta manera proseguir con esta tradición que le ha dado estos Festivales de ofrecer como una posibilidad escénica a los potosinos a través de este arte operístico.
 
Como diría acertadamente su directora concertante invitada, la Mtra. Grace Echaurri, con estas óperas tan sencillas y encantadoras, es indudablemente "una forma de que te guste la ópera y hasta te enamores de la ópera", al enfatizar que puede ser que te pase con esta que por cierto es reestrenada en San Luis Potosí.
 
De ahí que esta puesta escénica tenga por si misma  mas esta canonjía de todo tiene más que ganar y nada que perder, al apostarle a ofrecer no solo una ópera de cámara bajo los argumentos reales de ser una obra de bajo presupuesto y de alta calidad tanto en sus protagonistas, en el cual se le dio prioridad al talento potosino y también a quienes están detrás de este hecho escénico. 

Una trama en donde converge la inocencia, la ingenuidad y el amor incondicional que se desarrolla en una pequeña isla encantada, en la que dos mujeres solas, sobreviven por 13 años sin compañía masculina, creyéndose traicionadas y abandonadas y que después de ese lapso  dos hombres llegan a rescatarlas. ¿Quiénes? El marido, Gernando, que supuestamente había abandonado a su recién esposa Constanza, junto a su hermana Silvia, quien acompañado de un amigo Enrico, aclararan el embrollo: no hubo tal abandono, sino un desafortunado incidente donde el galán fue secuestrado por piratas mientras las dos mujeres descansaban en un breve receso en una cueva de la isla. Una naciente historia de amor, un reencuentro entre dos esposos y el volver a soñar y tener proyectos de vida.
 
 Un reparto integrado para esta representación escénica por un elenco conformado por: Vanessa Asenjo (Constanza), Itia Domínguez (Silvia), Daniel Cerón (Enrico) y Jaime Torres (Gernando), bajo la batuta de la también reconocida mezzo-soprano, Grace Echauri, directora orquestadora en esta ocasión al frente de la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí.
 
Es de destacar en primera instancia, una imponente obertura, cuasi una sinfonía como comentara la Mtra. Grace en razón a este parte instrumental, que sin más se da como este cortapisas de lo que será esta ópera, para proseguir con estos reletardos  recitativos pero interesantes que se entrelazan con estos solos musicales en donde la genialidad del compositor hacen que sea una ópera dinámica, interesante y entretenida, indudablemente incita y provoca el recrear el imaginario.

Así como esta  funcionalidad de una escenografía discreta pero puntual,  que  logra remontar indudablemente al espectador de situarse en una isla, a pesar de este dispar oleaje que sin duda le da esta cierta inmovilidad, aun así, resuelta favorablemente con  la sutileza en la incorporación de soles o lunas, palmeras,  así como poder disfrutar del transcurso del tiempo, así como la ominosa intromisión de unos muy improvisados y de fantasmagórica presencia de estos piratas con trajes rojizos, quienes desafortunadamente no tuvieron la capacidad de aprovechar la presencia y quedar en un efímero papel  como ocurrió también con el uso de los títeres  en este hecho escénico.
 
Así como el desacierto en cuanto al vestuario de Constanza y Silvia, al lucir vestidos de recién llegadas a la isla no tomando en cuenta que llevan trece años a la intemperie sobreviviendo.
 

 
Voces acordes a los papeles representados que van desde este tono más dramático en la voz de la soprano Vannesa Asenjo que resuelve y asume con acierto y cautela, así como esta picara voz para cumplir con certeza esta parte cómica y divertida, quien fue de menos a más tanto en la voz como su parte actoral de la mezzosoprano Itía Domínguez.
 
Por su parte, Daniel Cerón (Enrico) y Jaime Torres (Gernando), cumplieron cabalmente su cometido, con voces con carácter y presencia escénica.
 
En cuanto a la OSSLP, se le vio asentada en una interpretación solvente a pesar de ciertos desaciertos en la puntualidad de sus entradas, pero aun así se destaca por la brillantez y limpieza de los solistas, siempre bajo la fuerza y puntualidad de la batuta de la Mtra. Echaurri.
 
Pero lo más importante de esta puesta escénica  es no solamente el crear y dar este apoyo tanto en la exposición en el hecho escénico al talento potosino, sino también este importante rubro como es la creación de públicos que desafortunadamente no tuvo muy buena recepción de los potosinos y visitantes, pero aquellos que dieron fe de este hecho histórico reconocieron el trabajo en cuanto a esta puesta en escena.
 
También hay que destacar la dirección de escena de Horacio Almada, la escenografía y títeres de Mauricio Trápaga, un diseño e iluminación de estos dos últimos así como vestuario a cargo de Adriana Ruiz, todos bajo la producción ejecutiva de Grace Echauri y Horacio Almada en este proyecto estrenado en nuestro país en abril del 2013 en la Sala Miguel Covarrubias de la Ciudad de México, beneficiado con el Apoyo a la Producción Musical 2012, recibido mediante el estímulo fiscal para la producción de proyectos musicales, como resultado de la colaboración interinstitucional entre la Cámara de Diputados, la UNAM y el INBA. Y ahora apoyada por la Secretaria de Cultura para el XV Festival San Luis.

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