El Taller Coreográfico de la Universidad Nacional Autónoma de México (TCUNAM), fundado y dirigido por Gloria Contreras, ofrecerá un programa en memoria del fotógrafo Francisco Murguía (1935-2015), los días 23 y 25 de este mes.
Las funciones en el Teatro Arquitecto Carlos Lazo y en la Sala Miguel Covarrubias, respectivamente, forman parte de la Temporada 94 de la agrupación que ofrecerá piezas musicalizadas con obras como “Blues cósmico”, de la cantante Janis Joplin (1943-1970), a quien recuerda a 45 años de su muerte.
En esta pieza, Contreras retrata la pasión y la fuerza de la llamada dama blanca del blues, icono de una generación que rechazó el estilo de vida americana y sus valores.
Con apenas cuatro álbumes, su carisma la convirtió en uno de los grandes nombres de la contracultura de los años 60. Su irrupción en la escena musical supuso una revolución, demostrando la fuerza de las bandas de la Costa Oeste estadounidense.
Su sonido estuvo dentro de una generación comandada por grupos como The Doors, Jefferson Airplane, Grateful Dead, Santana o Sly and the Family Stone.
El programa también incluye “Cánones”, de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), una danza en la que Gloria Contreras explora la forma musical del cánon hasta sus últimas consecuencias, creando repetidas sucesiones de diseños corporales perfectamente sincronizados.
“La boda” que trata sobre la primera noche de un joven matrimonio, donde habrá un “Pas de Deux” montado al segundo movimiento del concierto para piano y orquesta número 21 de Mozart.
Posteriormente se presentará “Danzas al opus 28”, de Federico Chopin (1810-1849), coreografía integrada por 10 pequeñas danzas para solistas y pequeños grupos de bailarines, que busca encarnar diferentes estados de ánimo, ante distintas circunstancias de vida.
Considerado como una de las maravillas de la literatura pianística por su fascinante variedad en contenido anímico, timbre, textura, forma y extensión
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Las presentaciones concluirán con la pieza “Cuarteto Rasumofsky 3”, de Ludwig van Beethoven (1770-1827), un ballet de cuatro movimientos, el primero de ellos interpretado por dos tríos que intervendrán en escena alternativamente, creando un ambiente introspectivo.
El segundo movimiento trata sobre una historia de amor que será interpretada por un dueto, ellos cuentan con todo lo necesario para ser felices pero de manera inexplicable se atormentan uno al otro y terminan separándose.
El torbellino sincronizado de la coda trae al escenario a todos los integrantes del ballet, en un solo ímpetu extienden los brazos hacia arriba, para concluir con un agradecimiento por la alegría de vivir.
Francisco Murguía (1935-2015) fue reconocido nacional e internacionalmente por la sensibilidad y precisión de su trabajo artístico. Más de tres generaciones de bailarines fueron captados por su lente, dejando como legado registros únicos e invaluables.
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