jueves, 29 de diciembre de 2016

Compila textos cartas de Frida Kahlo a su madre Matilde Calderón





Por Manuel Bello Hernández



Su voz cotidiana, su psicología, su visión del quehacer artístico y, sobre todo, su desbordante intuición estética, es lo que se percibe en 54 cartas de la pintora mexicana Frida Kahlo (1907-1954) en el libro “Tu hija Frida. Cartas a mamá”.



Se trata de una compilación del venezolano Héctor Jaimes, quien a través de cerca de 200 páginas, presenta la correspondencia inédita de Frida a su madre Matilde Calderón; un primer lote de 11 cartas que van de 1923 a 1930, escritas en México, y el segundo entre 1930 y 1932, desde las ciudades de San Francisco y Nueva York.



En entrevista con Notimex, el catedrático de Literatura y Cultura latinoamericanas en la Universidad Estatal de Carolina del Norte comentó que son cartas que Kahlo le regaló a su médico de cabecera, de nombre Leo Eloeser, a quién conoció en San Francisco.



“El doctor al final muere y su secretaria las donó o vendió al National Museum of Women in the Arts de Washington. Son cartas que nadie había trabajado y publicado”, aseguró.



Su valor, explicó, es que Frida las escribió de adolescente, cuando estaba en la preparatoria en México y son cartas donde ella le anuncia que verá por primera vez a Diego Rivera y le dice a su madre Matilde que asistirá a una conferencia del artista.



Cuenta que en el segundo grupo de las cartas hablan de una mujer ya casada con el pintor, y a quien acompaña durante sus viajes por Nueva York y San Francisco, producto de dos murales que le encargaron en dichas ciudades.



“Las cartas son para mí, las más importantes de Frida Kahlo, porque la artista habla o bien escribía con confianza, con naturalidad, de una manera libre a la madre. No se anduvo con poses, pretendiendo nada, sino que habla con confianza, de cosas cotidianas, si es que su madre requería de dinero.



“Habla de la vida de ambos por San Diego y Nueva York conociendo personalidades y artistas, y menciona a su madre algo interesante, dice: mama voy a empezar a pintar más, porque aquí me muero de aburrimiento”, destacó el compilador.



Para el también autor de “Filosofía del muralismo mexicano”, Frida hizo la anterior afirmación, derivada de su soledad en San Francisco, mientras Rivera se la pasaba pintando, ella comienza a pensar de una forma seria.



“También menciona el aspecto de una posible exposición, en agrupar cuadros y presentar una muestra”, dijo el experto para quien en las cartas se refleja una visión de cultura de la artista.



“Su deseo constante de regresar a ver a su madre, hay un amor profundo en las cartas hacia su madre, y desde el punto de vista documental, el lector puede ver la reproducción de algunas de las cartas, a puño y letra”.



En las misivas, dijo, existía una relación de madre e hija, de picardía, de camarería muy íntima, diferente a la que tenía con su padre, hablamos de una Frida adolescente.



Destacó que las cartas hablan de la visión que tiene Kahlo sobre el quehacer artístico, es decir, “comienza a pintar, a descubrirse como persona, su identidad artística sale y pareciera que se estuviera forjando en estas cartas esa creatividad que se podría ver de manera directa en sus cuadros.



“Aquí se puede ver de manera más íntima. Las cartas ayudan a complementar, a darle más elementos de interpretación de cómo era el proceso creativo de Frida Kahlo”, indicó.



Según el experto, a partir de estos 54 documentos, la crítica hacia la pintora tendrá que redefinirse.



NTX/MBH/MCV


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