El doctor Luis Jaime Cortez, musicólogo que participó en la recuperación de las 25 partituras para piano del compositor duranguense Silvestre Revueltas. Foto cortesía del Inbal y archivo
Por: Ángel Vargas
El descubrimiento y recuperación de 25 obras para piano escritas por Silvestre Revueltas (1899-1940) en su juventud temprana, cuyo estreno mundial derruye mitos en torno de la vida y la obra del que es uno de los compositores más importantes y célebres de México, al tiempo que abre nuevos derroteros en la historia de la música y la cultura nacional.
En ello coinciden los musicólogos del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical (Cenidim) Carlos Chávez que participaron en esos trabajos, efectuados como parte de un proyecto de largas miras emprendido desde hace un par de años por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), con el apoyo de la investigadora Eugenia Revueltas, hija del legendario músico duranguense, de quien este 2024 se celebra su 125 aniversario natal.
Según Víctor Barrera, director del Cenidim, el impacto de este descubrimiento es incalculable, al representar un avance significativo en el rescate del patrimonio cultural del país, además de enriquecer el conocimiento sobre la trayectoria de Revueltas y preservar un legado invaluable para futuras generaciones.
“Estas composiciones ofrecen una mirada íntima al desarrollo del pensamiento musical de Revueltas.
Documentando su exploración de formas, estilos, consonancias y disonancias, revelan un valioso eslabón que permite observar y conectar la continuidad entre la música mexicana de finales del siglo XIX y las nuevas tendencias musicales que prevalecían en las primeras décadas del siglo XX, mismas que llevarían a la consolidación del periodo nacionalista, del cual ese músico fue figura preponderante.
Evidencia de vacíos
Para Luis Jaime Cortez, quien encabezó el equipo que hizo el hallazgo y recuperación de ese corpus, se trata de un acontecimiento digno de ser celebrado, pero también evidencia cómo hay un vacío, hasta hoy, de comprensión y conocimiento de la figura de Silvestre Revueltas.
El doctor Víctor Barrera, musicólogo que participó en la recuperación de las 25 partituras para piano del compositor duranguense Silvestre Revueltas. Foto cortesía del Inbal y archivo
Es un material que, aseguró el musicólogo, permite romper muchos mitos en torno a su vida y obra, cambiar perspectivas de la historia de la música mexicana y completar la visión que se tiene sobre este compositor.
Entre los mitos que se derrumban, mencionó la idea romántica de que el creador duranguense comenzó a componer hacia 1930 y que sólo lo hizo durante la última década de su vida, alentado por su homólogo Carlos Chávez; que no escribió obras para piano, porque desconocía el instrumento, y que la parte sustantiva de su formación musical la hizo en Estados Unidos.
“Pensábamos eso y de pronto la aparición de estas obras –la primera fechada en mayo de 1915 y la última en enero de 1924– nos revela una etapa de Revueltas completamente insólita. Nos hace ver que él ya se pensaba a sí mismo como compositor en 1915, cuando sólo tenía 15 años.”
Según el investigador, los manuscritos de esas 25 piezas pueden leerse en clave biográfica, y permiten deducir varias cosas, como si fueran cartas o diarios, además de apreciarse, en términos musicales, el fin del romanticismo mexicano y el comienzo del modernismo. Incluso, dijo, hay una pieza, Capricho húngaro, que suena al Mikrokosmos, de Béla Bartók, 20 años antes de que el autor húngaro escribiera ese conjunto de obras para piano.
“Es muy interesante ver cómo Revueltas no se conforma con decir: ‘ya encontré este camino y voy a repetirlo’. Cada obra es un proceso de experimentación radical. En algunos casos, uno oye ecos de los románticos mexicanos; en otros, hay un franco debussysmo.
“Mucho se había dicho en la historiografía tradicional que Revueltas tuvo en cierta época algo de debussysta; lo sabíamos de algún modo, se comentaba, pero no teníamos la evidencia que ahora tenemos en obras maestras de ese periodo”, agregó.
Luis Jaime Cortez contó que la suerte jugó un papel esencial en el hallazgo de esas piezas para piano, ya que, como en La carta robada, el cuento de Edgar Allan Poe, estuvieron antes a la vista de muchos investigadores, pero no las vieron.
Se encontraban, refirió, en un cuaderno de apuntes que forma parte del archivo de Silvestre Revueltas, conjunto al cual ha tenido acceso el equipo del Cenidim desde hace dos años gracias a la generosidad de Eugenia Revueltas, tras dos décadas de estar en la UNAM.
Proyecto de largo alcance con el Inbal
La directora del Inbal, Lucina Jiménez, informó que esa dependencia firmó un acuerdo de cuatro años con la hija del compositor para un proyecto de largo alcance con ese acervo, que, a la par del hallazgo de esas partituras inéditas, ha permitido la digitalización total del mismo, además de que se editará la obra íntegra del autor en 42 tomos, en versión impresa y digital, y se grabará todo ese material musical para ponerlo a disposición del público.
El primero de esos tomos contiene las 25 piezas para piano y será presentado en septiembre, lo mismo que su respectivo álbum. Para finales de año, se hará lo propio con los tomos dos y tres, con obras para violín y piano, y para voz y piano, detalló la funcionaria, quien aseguró contar con presupuesto abierto, sin límite, para esta iniciativa.
Si bien este proyecto significará la edición y grabación de cien por ciento de las obras del archivo, Luis Jaime Cortez no descartó la aparición de más material inédito. Incluso, comentó que se sabe de una pieza que el compositor escribió para tocarla con su hija Eugenia, cuando ésta era niña, así como una serie de pequeñas libretas en las que el duranguense hacía anotaciones para sus obras.
Esos cuadernillos fueron sustraídos por una investigadora alemana en la década de 1960, cuando el archivo era custodiado por Rosaura Revueltas, hermana del compositor, y sólo se conserva uno, con los apuntes para Sensemayá, aclaró.
El estreno mundial de las piezas para piano de Silvestre Revueltas estará a cargo de los pianistas Mauricio Nader, Salomé Herrera y Rodolfo Ritter, quienes participaron asimismo en el proceso previo de su revisión, edición y grabación. En realidad, sólo será el estreno de 24, porque una, Tragedia en forma de rábano, ya fue tocada y grabada.