El coreógrafo Boris Eifman, quien fundó su propia compañía en 1977 con la evidente intención de romper con las estrictas reglas del academicismo ruso, revelando un férreo deseo de independencia, tiene el proyecto cercano de crear un ballet basado en la vida de la artista mexicana Frida Kahlo (1907-1954).
Así lo informó esta tarde aquí la promotora cultural Arcelia de la Peña, quien apuntó que en anteriores visitas de Eifman a México le ha dejado ver esa inquietud, dado que él, como todos los rusos, es un apasionado del arte y de la cultura de México; le gustan sus calles, sus personajes y su vida diaria, apuntó.
De la Peña dijo a Notimex, en el marco del anuncio de la puesta en escena del ballet "Giselle roja" en el Palacio de Bellas Artes los días 29 de febrero y 1 y 2 de marzo, que Eifman ha recorrido junto a ella las calles de la Ciudad de México y ha quedado sorprendido por su comercio, colores y sensaciones.
El coreógrafo estudia, mientras tanto, detalles de la vida de Frida Kahlo, cuyo nombre real y completo es Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, (Ciudad de México, 6 de julio de 1907-13 de julio de 1954), destacada pintora, quien ha trascendido al mundo, por haber sido esposa del muralista Diego Rivera (1886-1957).
La vida de Kahlo encaja en la obra que desarrolla Eifman, quien con un estilo propio frente a los aficionados a la danza clásica y a la danza contemporánea, resiste a las corrientes y a las modas para imponer una forma de expresión personal. Describe la composición creadora de la manera siguiente: "…todo reside en la estética, pero la belleza formal del gesto no es un fin en sí...".
Eso no significa que la cualidad plástica de la coreografía es menos importante que el hecho de encontrar cierta intensidad dramática en las situaciones.
"No se puede entender la belleza como una noción abstracta. Cuando creo un movimiento, es con la idea de crear una emoción, expresando un sentimiento. Y dicha emoción pasa necesariamente por una necesidad estética", asegura él.
Boris Eifman, un artista inspirado, de naturaleza apasionada, decidido a proseguir en su búsqueda de la perfección. Tras haberse peleado durante largos años contra la rigidez del sistema, es totalmente consciente del lugar que ocupa en su propio país. Hoy su Ballet-Teatro cuenta con 60 bailarines.
También posee su Centro Coreográfico fundado por el Estado y la Ciudad de San Petersburgo. Se trata de la única compañía en Rusia capaz de producir una o dos creaciones al año a pesar de las dificultades permanentes del país, lo que constituye una prueba más de la fuerza creadora de Eifman, amante de la vida.
Desde 1990, su compañía realiza frecuentemente giras por Alemania, Israel, Polonia, España, Austria, Suiza, Francia, Turquía y Holanda. Su fama ha ido creciendo con sus nuevas creaciones, en particular en Estados Unidos. En 1997, presentó su creación "Giselle roja" con gran éxito en San Petersburgo.
Por primera vez, en octubre de 1997, el Teatro del Bolshoi de Moscú le abrió sus puertas. Fue para Boris la ocasión de presentar sus tres recientes obras: "Tchaikovsky", "Giselle roja" y "Hamlet ruso" que relata la vida del Zar Pablo I. Tuvo mucho éxito y la prensa rusa le llamó "precursor de la danza en Rusia
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