Por: Roberto A. Valenciano Capín
Indudablemente, una noche llena de esta generosidad musical que compartió Cecilia Toussaint, al presentar ante su gente potosina su más reciente producción discográfica "Faro" en el Coloso de Villerias.
Indudablemente, una noche llena de esta generosidad musical que compartió Cecilia Toussaint, al presentar ante su gente potosina su más reciente producción discográfica "Faro" en el Coloso de Villerias.
Con esta peculiar bienvenida, un intermitente sonido y corroborado por esta luz de este faro que sin cortapisas traza estas aristas musicales de lo que se suscitó en este concierto.
Como diría en una entrevista a un medio nacional. “Faro es una forma muy romántica de decir que espero que esto sea una luz que guie para llevar a buen puerto”.
A pesar de este retraso de casi cuarenta minutos, éstos se difuminaron al salir y darse este empático hechizo encuentro con su público, quien dio cuenta de su proceso creativo que vive actualmente como intérprete, en la que no solamente muestra los diferentes matices y colores de su voz, sino también los refrenda en esta constante experimentación sonora que oscila entre el rock, el blues, el bolero y estos ritmos afroantillanos, sin olvidar estos toques jazzísticos y esta acostumbrada decantación en cuanto a esta preocupación en cuanto a las letras de las canciones.
Para esta nueva aventura son solo musical sino también de esta pauta de vida como es y seguirá siendo su perseverancia y hacer bien las cosas, aunado al decir sentirse muy especial al compartir en el escenario con su hijo músico y por ende de su hermano Enrique con quienes comparte gozosamente esta noche.
Simplemente vino a compartir su nuevo disco e entrelazarlos con canciones imprescindibles de su repertorio, a pesar de estas pausas que las entrelaza con esta bastedad de !gracias¡ por este espontáneo bravo, el cálido aplauso de su público, su gente potosina, así como también agradecer por hacer música con sus compañero musicales: Enrique Toussaint en el bajo, Ángel Chacón en la guitarra, Jorge Chacón en la guitarra, Pepe Moranti en el piano, Ricardo Salvador en guitarra y teclados, Juan Gedovius en las percusiones y Julián André Toussaint.
Un espectro sonoro y letrístico que se complemento con la proyección de unos interesantes grabados realizados por el artista poblano Joel Rendón.
Así como desplegar toda esta energía y magnetismo escénico refleja en esta intensa como el blues; esta parte de cantar con mucho placer y muy rockeramente un bolero, así como la fuerza y la certeza del rock, sin olvidar esta parte más libre con estos ritmos afroantillanos, es lo que permeo en esta noche en el Coloso de Villerías.
Como diría en una entrevista a un medio nacional. “Faro es una forma muy romántica de decir que espero que esto sea una luz que guie para llevar a buen puerto”.
A pesar de este retraso de casi cuarenta minutos, éstos se difuminaron al salir y darse este empático hechizo encuentro con su público, quien dio cuenta de su proceso creativo que vive actualmente como intérprete, en la que no solamente muestra los diferentes matices y colores de su voz, sino también los refrenda en esta constante experimentación sonora que oscila entre el rock, el blues, el bolero y estos ritmos afroantillanos, sin olvidar estos toques jazzísticos y esta acostumbrada decantación en cuanto a esta preocupación en cuanto a las letras de las canciones.
Para esta nueva aventura son solo musical sino también de esta pauta de vida como es y seguirá siendo su perseverancia y hacer bien las cosas, aunado al decir sentirse muy especial al compartir en el escenario con su hijo músico y por ende de su hermano Enrique con quienes comparte gozosamente esta noche.
Simplemente vino a compartir su nuevo disco e entrelazarlos con canciones imprescindibles de su repertorio, a pesar de estas pausas que las entrelaza con esta bastedad de !gracias¡ por este espontáneo bravo, el cálido aplauso de su público, su gente potosina, así como también agradecer por hacer música con sus compañero musicales: Enrique Toussaint en el bajo, Ángel Chacón en la guitarra, Jorge Chacón en la guitarra, Pepe Moranti en el piano, Ricardo Salvador en guitarra y teclados, Juan Gedovius en las percusiones y Julián André Toussaint.
Un espectro sonoro y letrístico que se complemento con la proyección de unos interesantes grabados realizados por el artista poblano Joel Rendón.
Así como desplegar toda esta energía y magnetismo escénico refleja en esta intensa como el blues; esta parte de cantar con mucho placer y muy rockeramente un bolero, así como la fuerza y la certeza del rock, sin olvidar esta parte más libre con estos ritmos afroantillanos, es lo que permeo en esta noche en el Coloso de Villerías.
Un ejemplo de ello, fue indudablemente esta conversación musical que dio entre bajo y voz bajo al versionar este -Cáete cadáver - de la inspirancia de Jaime López.
Más de 30 años de carrera la respaldan, indudablemente se ha convertido en una de las máximas exponentes de la música mexicana y principal representante del rock en nuestro país y como lo apunta cabalmente Lumen. Flujo cultural San Luis. "Regresa la Toussaint y regresa fuerte y hermosa, sencilla y suprema; maravillosa y soberbia. Un gozo escucharla tan entregada y apasionada".
Una noche de agradecimiento por volver a compartir, estas canciones viejas y hasta esas ahora inéditas, canciones que permanecerán y replicaran en la memoria, a lo mejor ya lo han hecho sin darnos cuenta.
Más de 30 años de carrera la respaldan, indudablemente se ha convertido en una de las máximas exponentes de la música mexicana y principal representante del rock en nuestro país y como lo apunta cabalmente Lumen. Flujo cultural San Luis. "Regresa la Toussaint y regresa fuerte y hermosa, sencilla y suprema; maravillosa y soberbia. Un gozo escucharla tan entregada y apasionada".
Una noche de agradecimiento por volver a compartir, estas canciones viejas y hasta esas ahora inéditas, canciones que permanecerán y replicaran en la memoria, a lo mejor ya lo han hecho sin darnos cuenta.
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