jueves, 21 de noviembre de 2013

Hoy se presenta el primer actor Ignacio López Tarso con su “Macario, el ahijado de la muerte”, en la Plaza de Aranzazú.


Debido al contratiempo que hubo ayer en la Ciudad de México y  por consiguiente por causas de fuerza mayor al Festival de Letras  tuvo que suspender la presentación del primer actor, Ignacio López Tarso con la lectura dramatizada en atril, “Macario, el ahijado de la muerte” que se presentaría el día de ayer, 20 de Noviembre.
 
Por lo cual, el Festival Internacional de Letras, San Luis, que organiza el Ayuntamiento de la capital, a través de la Subdirección de Cultura Municipal, que pertenece a la Dirección de Desarrollo Social,  anuncia que será repuesto esta presentación,  este jueves 21 de Noviembre a las 19:30 horas en la plaza de Aránzazu.
 
Se les recuerda que  la entrada será gratuita, para que el público interesado pueda asistir a disfrutar de esta puesta en escena con uno de los actores más representativos del teatro, el cine y la televisión. 
 
En este contexto y con el propósito de celebrar los 54 años de la realización de la película, “Macario, el ahijado de la muerte”, el primer actor Ignacio López Tarso, a sus 88 años interpretará este personaje, en el cual a través de la entonación de su voz, y de la lectura en atril del guión de Emilio Carballido, que a su vez adaptó del cuento de Bruno Traven, dará vida a esta figura literaria.
 
En esta puesta en escena honra también el trabajo del realizador Roberto Gavaldón y de su emblemática película de 1960 la cual cuenta la historia de Macario, quien es un leñador muy pobre que vive cerca del monte; agobiado por la terrible miseria en la que vive y cercana la festividad del Día de Muertos, Macario desea comerse un guajolote sin tener que compartirlo con su familia.
 
Para Ignacio López Tarso, éste es un homenaje no merecido, pues él sólo hace lo que le gusta, por lo que aceptó con gusto realizar nuevamente esta obra bajo el concepto de teatro de atril, en donde el vestuario que utiliza es una indumentaria sencilla: zapatos, camisa y pantalón negro, con la cual inicia la narración de esta historia.
 
“Aparezco en escena y digo soy Macario..., y de esa manera empiezo a envolver a la gente en esta historia, con mi entonación vocal, de manera que con unas maletas podemos llevarla a cualquier lado, sobre todo a las escuelas y a provincia”, explicó el actor. La puesta en escena, al igual que la película, cuenta la historia de Macario y su travesía por el cerro, en la búsqueda de un lugar adecuado para disfrutar su guajolote.
 
Ese mismo día recibe la visita de Dios, el diablo  y la Muerte, quienes le piden que comparta su alimento, sin embargo solo a la muerte le obsequia la mitad, ésta en agradecimiento le da a Macario agua mágica con la propiedad de curar. La única restricción de no usarla es que tiene que pedirle permiso a ella para sanar al enfermo.
 
Al final Macario se da cuenta de que el regalo fue sólo una prueba para él.
 

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