Por: Renato Galicia Miguel
De acuerdo con el escritor argentino Ricardo Piglia (Buenos Aires, 1940), el "Internet ha puesto al periodismo en una situación nueva y lo está cambiando de una manera muy visible porque el acceso a la información se ha generalizado", de forma tal que hoy en el oficio "nos movemos un poco a ciegas".
Para el autor de la novela "Camino de ida" (Anagrama), "por momentos hay tanta información que todos nos sentimos desinformados".
En todo caso, lo que "valoro mucho del periodista es la capacidad de captar la noticia en el momento que sucede y la actitud de darla a conocer".
Por otro lado, "la aparición de la crónica ayudó muchísimo a darle al periodismo un campo nuevo: pienso en Carlos Monsiváis y Juan Villoro, María Moreno o Martín Caparrós", como ejemplos del quehacer periodístico "que escapa a la inmediatez de la noticia".
No hay que olvidar que Emilio Renzi, ese personaje recurrente de las novelas de Ricardo Piglia y su alter ego también, trabaja de periodista, y que en él "he puesto una de mis vidas posibles, pues también pude haber sido periodista".
Por principio, continúa Piglia, la de periodista "es una de las maneras que tenemos los escritores de ganarnos la vida", pero además, "respeto mucho a los periodistas que nada más trabajan como tales y que enfrentan los problemas relacionados con las transformaciones de la profesión: la cuestión de las antiguas escuelas que eran las grandes redacciones del pasado frente a las escuelas de periodismo actuales", digamos.
Ricardo Piglia estuvo presente en la 33 Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO) para ofrecer diferentes charlas, incluida la del cierre de la FILO, así como la presentación de su más reciente novela, la ya citada "Camino de ida", y su participación en el homenaje al escritor Sergio Pitol. Y este 14 de noviembre brindará en el Tec de Monterrey, allá en Nuevo León, la conferencia "¿Qué será la literatura?".
—¿Y qué es la literatura, maestro Piglia?
—Al decir qué será la literatura, hacemos un pequeño desvío, tratamos de no definir la esencia de ella. La interrogante clásica consiste en preguntar qué es. Así se la han planteado Sarte y tantos otros que han intentado sin demasiado éxito, quizá.
"La pregunta qué será tiene dos sentidos: el cómo imaginamos el futuro de la literatura y otro un tanto extraño, como si fuera la pregunta de un chico, pues los niños de repente hacen preguntas sobre cuestiones que todo el mundo conoce y producen una cierta distancia. Así, la idea es no definir la esencia de la literatura, pero tampoco tomarla como algo vago, sino reflexionar sobre sus distintas alternativas".
—Entonces, ¿qué será la literatura?
—La respuesta está relacionada con reflexiones sobre la literatura y la técnica. Si miramos cómo ha reaccionado aquélla frente los cambios técnicos del pasado, quizá tendríamos una idea de qué es lo que está pasando ahora y cómo podríamos imaginar su futuro.
"Pienso que la literatura está ligada a una actividad que la define desde su origen: la lectura. Y respecto a las muchas cuestiones referentes a la literatura actual está la circulación de infinidad de textos a una velocidad notable".
Explica: "la lectura mantiene una temporalidad muy ligada al cuerpo. A su vez, el lenguaje se encuentra muy vinculado a la concepción del tiempo. Es con el lenguaje donde aprendemos, a través de la conjugación de los verbos, a establecer una relación de pasado, presente y futuro".
En ese sentido, "el lenguaje nos imprime una relación con la temporalidad que no es la misma que tenemos con la imagen".
Así, "cuando se dice que una imagen vale más que mil palabras, significa que descifrar aquélla es instantáneo, mientras que para hacerlo con mil palabras se necesita un tiempo".
Para Ricardo Piglia, ésa es la cuestión sobre la cual "tenemos que reflexionar. ¿Es posible acelerar la temporalidad de la lectura? No lo creo. Seguimos leyendo a la misma velocidad que en tiempos de Aristóteles".
Tal vez algún día inventen un chip que permita "leer a mayor velocidad y entonces la masa de textos que circula hoy será accesible; mientras tanto, leer nos llevan un tiempo que es un momento de reflexión, una pausa que debemos valorar".
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