No obstante la severa situación en la que han arrinconado a artistas yucatecos, por determinados personajes de la administración pública, comienzan a aflorar trabajos de gran calidad cuyos resultados son la presencia permanente de una institución que da sentido y representatividad al arte y a los artistas yucatecos: el ICY.
José Luis Chan Sabido, Graciela Torres Polanco y el autor de estas líneas, hicieron amarres intergrupales y consiguieron llevar a escena Danzas de México, espectáculo con música en vivo que convocó –como espectadores- a grandes representantes de la escena y la música nuestra, como Ligia Cámara, Luis Pérez Sabido, Tomás Ceballos, Pedro Carlos Herrera, Enrique Vidal y Samuel Herrera.
Danzas de México presentó obras de nuevo sentido coreográfico y que tienen como meta crear un lenguaje harto difícil en la coreografía universal que es el del humor bailado en zapatillas de puntas y con la mixtura del lenguaje clásico y contemporáneo. Reír o sonreír, no es lo habitual en el ballet, sin embargo en ese horizonte Mestiza Power y Alto Contraste (ambas coreografías con música de Arturo Márquez), rompieron ese canon y brindaron al público asistente esa faceta artística tan poco utilizada en el ballet.
Para destacar lo notable de estas obras, nada mejor que la opinión expresada por el periodista Samuel Herrera: “Por primera vez aprecié un diseño coreográfico exclusivamente interpretado por varones, me refiero a Alto Contraste, obra impregnada de humor interpretado por seis bailarines de la CDCY”.
Las anteriores palabras tienen un significado especial ya que el señor Herrera, no solamente ama al ballet sino que además es público de todas las Compañías Nacionales e Internacionales que se presentan en nuestra ciudad capital.
Es tiempo de reír y hacerlo en los derroteros del arte, es una forma de desconocer las situaciones absurdas en que, los políticos y los grandes capitalistas, colocan a las sociedades del mundo entero. Lo trágico de la vida lo actuamos no sólo en cada acto de nuestra cotidianeidad, sino que buscamos el lado opuesto de esas situaciones, o las reacciones podrían resultar catastróficas para el individuo y la colectividad.
El primer número del programa, Mestiza Power, narra la realidad globalizadora de las mestizas yucatecas que han asimilado e integrado el móvil a su modelo de vida. El confort ha provocado que las venteras rurales y citadinas incorporen a su indumentaria las viseras, las cachuchas o los lentes para el sol. La idea coreográfica surgió de la obra teatral homónima de Conchy León. Esos implementos son utilizados en un tono lúdico y el sentido dramático de las intérpretes, Montserrat Castellanos, Lisseth Ruiz, María José Canto y Mónica Arceo hicieron que la píeza arranara bravos de parte de los asistentes.
La barra de entrenamiento de ballet, es un instrumento fundamental para el bailarín de cualquier género de danza. Ella es un instrumento que resulta indispensable para cualquier ejecutante y aparece en la vida de un danzarin desde temprana edad y nunca desaparece de ella. Se ha llegado a decir que la barra es la tercera pierna del bailarín. Nadie en el mundo entero se imaginaría una clase sin una barra. Debido a ello a la barra se le respeta, se le quiere y se acude a ella para todo, hasta para sanar lesiones y adquirir rasgos físicos que la naturaleza hubiera negado a algún bailarín.
Toda esa realidad se plasmó, con gran ingenio, en Alto Contraste, que demanda de los bailarines una gran capacidad histriónica. Emmanuel Gutiérrez, Pablo Mercader, Juan González, César Pérez, Matthew Denegrevaugth y Roger Pech, lograron armonizar todas sus cualidades actorales y brindaron un trabajo que refresco la solemnidad del Peón Contreras.Montserrat Castellanos, Tatiana Arcila, Lisseth Ruíz, Mabel Pavia y María José Canto y Mónica Arceo, desde distintas temporadas y espectáculos coreográficos han escrito con sus cuerpos musicales bellas páginas de la historia coreográfica de Yucatán. Cada una de ellas han sido celebradas por la crítica local y sus expresiones y virtudes danzarias han sido reconocidas por los amantes del ballet.
José Luis Chan, al frente de la Orquesta Juvenil Daniel Ayala Pérez, realizó un trabajo consciente y de gran esfuerzo, debido a que no todas las piezas que interpretó su agrupación musical, van acorde a la edad y tiempo técnico de sus ejecutantes. A pesar de ello, cada pieza interpretada por la Daniel Ayala Pérez, tuvo la dimensión necesaria para ser interpretada por los integrantes de la CDCY.
José Luis Chán desarrolló una labor incansable para brindar un efecto musical acorde a su compromiso de hacer las cosas bien por el bien de Yucatán.Graciela Torres Polanco hechizó con su diseño de iluminación cada obra coreográfica. Los signos de sus trazos luminotécnicos enriquecieron el contenido de la literatura coreográfica, agregando impacto y belleza a las propuestas, ya míticas, ya históricas, ya lúdicas u oníricas, de la Compañía de Danza Clásica de Yucatán.
El Instituto de Cultura de Yucatán, mostró el amarre de nudos, de tres de sus trabajadores artísticos. José Luis Chan, Graciela Torres y Víctor Salas.
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