martes, 7 de abril de 2009

Se presentó la coreografía " Mi pasión...mi muerte" de Nucleodanza contemporánea.


Por: Roberto A. Valenciano Capín


Como parte de las actividades culturales de semana santa y de pascua 2009 que organiza el H. Ayuntamiento potosino a través de la dirección de Cultura, se llevó a cabo la presentación de la coreografía " Mi pasión....Mi muerte" a cargo de la compañía de danza contemporánea del SEER, Nucleodanza, bajo la dirección de la Mtra. Guadalupe Orellana, al tener como escenario la Plaza de Fundadores.


Apesar de ser originalmente planteada para ser presentada entorno de la arquería del excelso edicifio del ahora Centro Cultural Municipal-ex Palacio Municipal-, pero gracias a los amigos de los Antorchistas, no solamente éste sino todos los eventos programados para esta semana cultural fueron trasladados a la Plaza de Armas, de ahí que en primera instancia se perdió la sustancialidad escénica de esta puesta en escena siendo y más se conjungó con antecederle toda la algarabía juvenil a través de un show musical muy divertido y ameno, con coreografía y todas la cosa a cargo de la decana estudiantina guadalupana que dirige el Ing. César Díaz de Sandi, quien logró hacer placentera su participación en esta semana cultural en la capital tunera.


Pero bueno, al referirnos a la obra propuesta por la veterana compañía de danza contemporánea potosina se puede circunscribir de inmediato a estar planteada desde la danza-teatro, al trazar partes sustanciales de la vida de Jesús, donde la inherencia del peso mismo de este ícono religioso recae en una exploración corporal tan delirante para encaminar al espectador en estas épocas de reflexión.


Desde los primeros trazos de esta pieza escénica, se intuía por el respaldo del trabajo conocido por esta conjunción de maestros, bailarines y coreógrafos; Guadalipe Orellana y Francisco Torres, especialmente, al intuírse de antemano de tratarse de un escabroso pero delicado tema como es este tema religioso, pero con la certeza de los lineamiento de un libre tratamiento creativo por parte de la dirección de Nucleodanza, lo cual para desfortuna de unos, cayó en el garlito y hasta cierta comodidad de transitar bajo una línea histórica o anecdótica por demás conocida, quedando de esta forma bajo el escrutinio de una literalidad que incide en una puesta que va de un crecendo a decrecendo.


A pesar de la disfuncionalidad del espacio, al tener muchos distractores, así como un pobre diseño de iluminación y por lo tanto un deficiente sonido entorno a esta propuesta coreográfica, se lograron a pesar de estas viscitudes algunos destellos de carga simbólica interesantes bajo la construcción de unas limpias secuencias de movimiento que contribuyó a diluir la obviedad de la inmediata lectura a través de los 15 bailarines en escena, en contraposición de las truncas metáforas buscadas por sus creativos.


Por lo tanto, sin dudar, pone de relieve que a pesar de tratarse de un tema por demás conocido y respetado, no consigue captar la atención y de promover una serie de sensaciones que inciden a la reflexión premeditada o, simplemente excitar la memoria, nuestra memoria si es el caso, ya que indiscutiblemente no se concretan los clímax que conlleva la historia trazada por esta compañía, para quedar sutilmente solamente en trazos, como ocurre en la sección de las Magdalenas y el momento de la lapidación de un Jesús, inspido, sumiso y volverse una "entidad atrapada" en su propia interpretación, quedando a deber la carga sustancial que conlleva el bailarín que conlleva este importante papel.


De esta forma, faltaron más elementos en escena, tanto bailarines como elementos a fines, para darle más sustancialidad a los espacios y tiempos que contribuyeran en una dinámica drámatica y generar a la vez más resoluciones en la sutileza que conlleva la misma, al verse reflejada en ciertos momentos trazadas en este trabajo coreográfico, aunado a la definición de los cuerpos dancísticos, éstos no fueron más sustantivos para clarificar las diferentes calidades del movimiento y energías, pero si quedar definidos sus personajes, a pesar de no conmover y ser parte de la misma muchas de las veces, como fueron los casos circunstanciales desde la flagelación, las caídas de un inherente peregrinar de Jesús en su sufrimiento por la humanidad, para casi concluir el gran paradigma de la crucifixión, una imágen de una gran fuerza visual, pero desafortunadamente fue resuelto de una forma por demás complaciente y de desolación creativa, al ser representado al Salvador clavado en una vil cruz y para acabarla terminar con el clásico sacudimiento terrenal por su muerte, hecho vilemente bajo de una pésima estrategia lumínica.


Aun así, esta experiencia escénica reveló también que no se puede arribar a productos más acabados con los actuales esquemas de producción y creatividad delimitados, a fin de cuentas, para unos será de su gusto esta puesta en escena, para otros, simplemente lo veremos como un trabajo a medias, como alguien diría por ahí, un huesito a pedido del cliente de una compañía dependiente del sistema para el sistema.

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