Ciudad de México • Una activista mexicana se disfrazó de empleada e ingresó a un expendio de café de la cadena Starbucks para vender gorditas de chicharrón con el objetivo de mostrar ”cómo este tipo de empresas transnacionales cuidan su imagen anglosajona”.
La joven, quien compartió su foto en la página de Facebook “Activismo Cultural sobre el Agave y derivados”, afirmó que la idea fue espontánea, pues iba pasando frente al establecimiento y se le ocurrió ingresar y comerse su gordita de chicharrón dentro del lugar, para luego fingir que vendía a sus clientes este antojito.
“Y que me meto al Starbucks a comerme mi gordita de chicharrón, le pedí su mandil a una chica y un plato del lugar y listo ahora: Se venden gorditas en Starbucks", escribió la activista.
Lo más triste, explica la joven en un post, es que comprobó algo más desagradable aún, pues “¡nuestros compatriotas se quejaban del olor a cebolla y de que comíamos gorditas!”. Y es que dentro del lugar, la activista mexicana explica que mientras algunos se paraban a preguntarle si allí lo habían comprado, las personas más sensibles la veían con desprecio, ya que se incomodaron por el olor que se desprendía del platillo mexicano.
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