En memoria del Mtro. Eduardo López Lemus
Por: Roberto A. Valenciano Capín
Un lenguaje dancístico que alienta y a la vez detenta a ser parte del mismo, es lo que ofreció en esta noche, el oficio del crear danza por la compañía Contempodanza bajo la dirección de la Mtra. Cecilia Lugo.
Un Coloso de Villerías que se envolvió en esta propuesta dancística "Azul como una ojera de mujer".
El hilo conductor de Azul… como una ojera de mujer es un par de zapatos rojos, elemento que simboliza el deseo, eso que no nos permitimos tener por considerarlo una frivolidad.
Sin más remite a este caleidoscopio que parte de y hacia esta templancia de lo femenino en ambos sexos, para dejarse impregnar por la sustancialidad de remitirnos a ese juego del tiempo, una estética, al transportar a la época de la elegancia, el glamour y las boquillas para fumar cigarros y el entender su propio entorno, esencia que conlleva la propuesta de Cecilia Lugo.
Tres miradas, tres historias que observan desde diferentes ángulos el deseo, prohibido, permitido y gozoso.
Delirio (La pérdida).
Inspirada en la cuarta carta del texto de "las Cartas de una monja portuguesa", texto real escrito en el siglo XVII por la monja portuguesa Mariana Alcaforado.
Parte inicial de este proceso de creación a partir de la partitura sonora del compositor mexicano Eduardo González, compuesta a partir de este texto, consiste en un coro de voces en vivo que a contratiempos o clímax muy puntuales van re- creando este dialogo a través de un interesante trazado de movimientos e intenciones que empieza a desentrañar esta travesía creativa.
En momentos se sentía con ciertos letargos a pesar de la calidad de movimientos y a pesar de un fracturado diálogos propuestos no solo por los bailarines sino por el temperamento mismo demarcado en este ejercicio.
Pero rescatado por este “Ensayo de una pasión” (El erotismo), resuelve con acierto a través de este discurso que transita entre lo amoroso y el desamor, una reflexión que nos habla de la fragilidad y la potencia de la pasión amorosa. La concreción de la posibilidad de ensayar una y otra vez la ilusión del amor.
Resume con una puntual totalidad, al desentrañar fluidamente este lenguaje y este sello muy de Contempodanza; un lenguaje corporal que tiene la cualidad de su fluidez, precisión y pasión, parte sustancial de sus trabajos dancísticos.
En donde la Pasión queda como no solamente una seriación de gestos sino parafrasear y crear puntuales frases e imágenes en movimiento entorno a esta paradoja existencial que consume y descubriéndose a la vida al mismo tiempo. Sutileza, precisión y refrescantes atmosferas.
Y terminar con “Azul…, como una ojera de mujer” (La seducción).
Este pleno juego amoroso, expresado a través del glamour de una época pasada, y nos ubica en una atmósfera de nostalgia que nos recuerda la vida y la música del México de los años cincuentas. Su sintonía y a pesar de utilizar sabiamente el cliché para darle ese plus de un velado riesgo, para quedar como ese puente de encuentro entre la complejidad del amor y las relaciones humanas y el espectador.
Un viaje, seductor y apasionante, por los sueños y realidades de este ahora personaje que es uno, así como ser buen regreso de esta forma de entender-se y percibir- se la danza a través del ojo y pulso de la Mtra. Cecilia Lugo, después de una ausencia de varios años por esta gran fiesta de la danza latinoamericana, como es el Festival de Lila López y como no lo rememora la Mtra. Cecilia Lugo, "somos parte de este festival", al recordar que fueron una de las compañías que iniciaron este proyecto de esta gran fiesta de la danza junto a otras compañías y la visión de la Mtra. Lila López.
Los bailarines intérpretes son: Guadalupe Acosta, Irvin Guerrero, Gabriela Gullco, Marely Romero, Ugo Ruiz, Leonardo Schwartz e Itzel Zavaleta, Denia Hernández, Gloria Hernández, Helena Cerón,
Los bailarines intérpretes son: Guadalupe Acosta, Irvin Guerrero, Gabriela Gullco, Marely Romero, Ugo Ruiz, Leonardo Schwartz e Itzel Zavaleta, Denia Hernández, Gloria Hernández, Helena Cerón,
Graciela Navarro y Margarita Garrido.
Todo bajo el detonante de la música inspirada del Flaco de oro, Agustín Lara, interpretada por Toña “La Negra” y Alejandra Moreno.
El diseño sonoro, de Joaquín López Chas; música original coral, de Eduardo González; “Mambo a la Bracque”, de Javier Álvarez; música de Amira Amaouri, Adam Hurts y Tan Dun.
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