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OAXACA, Oax. (apro).- Con una lucidez asombrosa a sus 95 años de edad, la maestra Arcelia Yañiz Rosas recibió el título de licenciada en Periodismo y su respectiva cédula profesional.
“Estoy aquí como siempre, viva, actuante, con deseos de seguir participando en esta profesión que nos honra a todos, el periodismo”, dijo al recibir el documento, el pasado viernes 11.
Con la historia de Oaxaca y México contada entre sus dedos durante 80 años, Yañiz Rosas aseguró que toda persona que ejerce la profesión con sentido social y humano “es alguien que logra el bien para los demás, y la persona que hace eso vivirá eternamente, no muere”.
Título en mano, abrumada por los elogios, radiante de felicidad, calificó ese momento como “trepidante”, porque “los aplausos, las palabras, la sinceridad, el reconocimiento, la experiencia, son cosas que no se logran en un día, pasan años para que uno las comprenda, las participe y las viva”.
“Es maravilloso, volví a nacer”, apuntó al recibir el diploma en la biblioteca Francisco de Burgoa, donde relató un pasaje de la historia de México, cuando entrevistó al general Lázaro Cárdenas.
Con apenas 19 años de edad, tres años después de haber iniciado su actividad periodística, Arcelia decidió trasladarse a la ciudad de Puebla y se dirigió a las instalaciones del periódico La Opinión. La condición para darle una plaza fue entrevistar al presidente Lázaro Cárdenas.
“La encomienda –rememora doña Argelia– era un reto para mí, mientras ellos pensaban que con esto yo desistiría”.
Por supuesto que consiguió la entrevista, que fue publicada a ocho columnas en el diario de la Angelópolis.
“Desde muy niña siempre supe que quería escribir, y cuando entrevisté al general Lázaro Cárdenas me preguntó que qué quería ser en la vida. Le dije: quiero ser escritora.
“Me dijo: ¿dónde va usted a estudiar? en España le dije, en la Universidad de Salamanca, que dirigía el filósofo Unamuno. Llamó a su asistente, dio mi nombre y dirección (para apoyarla en su sueño), pero vino la Guerra Civil Española y se vino abajo el proyecto, pero entonces dije: he perdido una oportunidad, pero tengo que ocuparme de la sociedad”.
En Puebla presentó todo un repertorio de crónicas de un manicomio. “Al final lo presenté a la sociedad poblana y el hospital psiquiátrico llegó a tener hasta presupuesto.
“Entonces comprendí que nosotros, los periodistas, somos algo maravilloso: es alguien que logra el bien para los demás y la persona que hace eso vivirá eternamente, no muere”, sintetizó.
Visiblemente alegre confesó: “Me siento muy emocionada. Yo había ya ideado palabras y palabritas, pero sobran, aquí está la verdad, está el humanismo, la experiencia, los amigos, la familia, todo aquello que hace del hombre un ser vivo, un ser participante en una sociedad que cada día es diferente. Me emociona mucho y siento que no estoy en onda, como dicen los jóvenes, para decir lo que realmente deba decirse”.
Añadió: “Me han inhibido los aplausos, los reconocimientos, pero estoy aquí, como siempre, viva, actuante, con deseos de seguir participando en esta profesión que nos honra a todos: el periodismo”.
Antes, Teodoro Rentería Arróyave, director de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (Fapermex), confesó: “Hoy es un día histórico, me rindo a sus pies maestra Arcelia”.
Y la subdirectora de Acreditación de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Alejandra Reyes Guzmán, entregó a la maestra Arcelia Yañiz el título y cédula como licenciada en Periodismo.
“Mucha gente se queja de trabajar, pero en realidad lo bueno es tener capacidad para desarrollar una actividad, yo lo haré hasta cerrar los ojos”, sostuvo la periodista.
Arcelia Yañiz Rosas nació en esta ciudad el 18 de agosto de 1918. Estudió taquimecanografía en lo que entonces era el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca.
Por su cuenta y voluntad se hizo periodista cuando contaba con apenas 16 años de edad. Hoy tiene más de 80 años ejerciendo la profesión.
Durante esas ocho décadas ha colaborado en El Oaxaqueño, La Opinión de Puebla, El Mundo de Guadalajara, y las revistas Iris de Tehuacán, Bellas Artes y Oaxaca Gráfico. También editó la revista Síntesis Gráfica y hasta ahora continúa publicando en El Imparcial de Oaxaca.
En los medios ha fungido como reportera, redactora por 10 años y directora por cinco más. “Cuando uno huele la tinta nunca puede dejarla”, dijo. Esto hizo que su vida transcurriera entre sus tres grandes pasiones: el periodismo, el teatro y los libros.
“En el periodismo no debe verse la vida de las personas, sino quién tiene la razón cuando denuncia”, declaró a Las Caracolas, suplemento feminista que edita el periódico El Imparcial.
Como periodista, Arcelia Yañiz acompañó en 1953 a la profesora Patrocinio Zaragoza a una reunión del Congreso Nacional Femenino, en la ciudad de México, para presenciar –en compañía de mujeres de todo el país– la aprobación del derecho de las mujeres al voto. A la mañana siguiente, la nota fue: “Las mujeres se fajaron los nylones”.
Yañiz fue integrante de la Junta de Ayuda a España en 1936, y participó en el Ateneo Adalberto Carriedo, del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, así como en la Asociación Folclórica Oaxaqueña. Fue integrante de la Sociedad de Escritores Revolucionarios encabezada por Darío L. Vasconcelos, regidora en el H. Ayuntamiento Obrero de la ciudad de Puebla y representante del Sindicato de Redactores de la Prensa.
Enviudó muy joven, con cuatro hijos, y eso la obligó a desafiar las costumbres de la época: en las mañanas era reportera, en las tardes daba clases en la escuela de Bellas Artes y en las noches iba al periódico, resalta en la semblanza.
Arcelia Yañiz Rosas ha recibido diversos homenajes y reconocimientos, entre los que destacan las medallas ‘Andrés Henestrosa’, en 1996, y ‘Donají’, otorgada en 1998 por el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez. En 1988, el gobierno del estado hizo entrega a la periodista de la medalla ‘Benito Juárez García’ del Premio Estatal de Periodismo en la categoría de Trayectoria Periodística. Además, fue nombrada Mujer del año en 1996 por un Comité Especial de Premiación de la Mexican-American Opportunity Foundation, en la ciudad de Los Ángeles, California, Estados Unidos.
En 1981 se hizo acreedora a la medalla Magdalena Mondragón, por el ejercicio ininterrumpido del periodismo durante 50 años, y en diciembre de 2008 fue distinguida con el Premio al Mérito Ciudadano por su trayectoria como escritora y decana de periodistas por el Consejo de Participación Ciudadana. Un año después, en enero de 2009, el Congreso de Oaxaca le otorgó el Premio de Periodismo Cultural “Andrés Henestrosa”, y en ese mismo año recibió el Premio México de Periodismo 2009 de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos.
Desde 1985 fue nombrada directora de la Biblioteca Pública Central “Margarita Maza de Juárez”. Inquieta e incansable, en diciembre de 2008 la periodista presentó el libro Teatro en Oaxaca, con lo que cumplió uno de sus grandes sueños: contar la historia de una de sus pasiones, en la que ha sido maestra y mecenas durante decenios.
El año pasado, en 2012, presentó un nuevo libro: Oaxaca de mis Amores: cosas, casos y personajes.
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