Nicolás Alvarado escritor y comunicador nacional, conductor del programa "La dichosa palabra" del Canal 22, dijo en entrevista colectiva a los medios, que un periodista debe saber escribir y hacerlo bien, dominar su profesión, al tiempo que debe saber de lo que está preguntando, además de ser un investigador a fondo de temas de impacto social.
Lo anterior, luego de participar en la inauguración de la XXXV Semana del Humanismo organizada por la Facultad de Filosofía y Letras, que se dio en el marco del 50 Aniversario de esta prestigiada institución universitaria.
Para Alvarado, "un periodista de verdad debería poder escribir sobre lo que sea”, se debe tener una formación completa sobre diversos temas, acomodar las palabras y hacer interesante la redacción de tal forma que atraiga la atención y tengas el privilegio de que te puedan y quieran leer, dijo.
El destacado comunicador, que ofreció una conferencia sobre el tema: "La literatura y las humanidades en los medios audiovisuales: retos y oportunidades", dijo que el periodista moderno requiere de una formación universal, leer literatura, acercarse a los clásicos, sin dejar de lado el acontecer cotidiano, los sucesos sociales, ver cine, informarse de todo, en fin dijo: “tendría que ser alguien con una necesidad ecuménica como detonador vocacional”.
Un periodista debe por obligación y ética profesional, documentarse exhaustivamente para poder tener el calificativo de periodista profesional, y desafortunadamente, “eso es algo que pasa poco en nuestros días entre nuestros periodistas", agregó.
Emocionado, pero tranquilo, aceptando pacientemente las preguntas de los reporteros, el comunicador que aparece como relámpago en el programa de Carlos Loret de Mola de Televisa, agregó que “el periodista tiene que saber conmover, perturbar y mover fibras con su trabajo literario”.
A pregunta expresa, rechazó categóricamente la objetividad, que a su parecer daña la labor del periodista, “pues el que escribe debe hacerlo desde su propia realidad”.
"Se puede aspirar a la veracidad, a la justicia moral, comprender, como decía Kapuscinski, un buen periodista es alguien que quiere comprender. Por supuesto que no hay objetividad periodística y no hay buen periodismo sin estilo", dijo.
En relación con la lectura, señaló que “en México se lee poco y mal. No se presta la atención requerida, no sólo en los textos, tampoco en la televisión. A la realidad, al entorno cotidiano, se le presta poca atención, no se fijan en las sutilezas y pequeños detalles que hacer grande el periodismo, asentó.
Por otro lado, dijo: "tenemos la idea de que la lectura es aburrida, perniciosa; pero la lectura es buena, edificante". Desde esta postura, criticó la campaña del Consejo de la Comunicación que invita a leer 20 minutos al día, y no se trata de eso, de hacer obligatorio algo que debe ser placentero. La gente, los jóvenes, los niños deben leer cuando les resulte atractivo, para eso deben educarse, para disfrutar de la lectura, leer cuando se les antoje, no entrar en una ”tortura china” que nos limite y haga aburrido algo que se debe disfrutar, agregó.
Sobre el Periodismo cultural, hay poco, expresó, además hay un mal periodismo cultural, se hace mejor en medios femeninos, sociales, dijo, “los periodistas se preparan más para obtener el Premio Nacional de transcripción”, en base a boletines que simplemente se trascriben, "no hay periodismo de investigación", estos problemas desembocan en que los periodistas preguntan muchas veces, de algo que no saben o no conocen, como voy a preguntar sobre un libro al autor, si no lo he leído, es trágico, asentó.
Sobre la similitud entre TV y medios digitales, dijo que la hay y no, los digitales son parcialmente conscientes, abiertos, la TV es vertical, maneja un discurso de arriba a abajo, los digitales son horizontales, les gusta a los jóvenes, entran y al menos leen en las redes y se comunican.
Eso no nos hace escritores ni críticos, hay profesionales en esa ramas, lo digital desplaza cada vez más al papel, se lee, pero se trata de leer bien, saber leer, terminó diciendo, aunque las redes sociales son como la pornografía, banalizan las relaciones personales.
Lo anterior, luego de participar en la inauguración de la XXXV Semana del Humanismo organizada por la Facultad de Filosofía y Letras, que se dio en el marco del 50 Aniversario de esta prestigiada institución universitaria.
Para Alvarado, "un periodista de verdad debería poder escribir sobre lo que sea”, se debe tener una formación completa sobre diversos temas, acomodar las palabras y hacer interesante la redacción de tal forma que atraiga la atención y tengas el privilegio de que te puedan y quieran leer, dijo.
El destacado comunicador, que ofreció una conferencia sobre el tema: "La literatura y las humanidades en los medios audiovisuales: retos y oportunidades", dijo que el periodista moderno requiere de una formación universal, leer literatura, acercarse a los clásicos, sin dejar de lado el acontecer cotidiano, los sucesos sociales, ver cine, informarse de todo, en fin dijo: “tendría que ser alguien con una necesidad ecuménica como detonador vocacional”.
Un periodista debe por obligación y ética profesional, documentarse exhaustivamente para poder tener el calificativo de periodista profesional, y desafortunadamente, “eso es algo que pasa poco en nuestros días entre nuestros periodistas", agregó.
Emocionado, pero tranquilo, aceptando pacientemente las preguntas de los reporteros, el comunicador que aparece como relámpago en el programa de Carlos Loret de Mola de Televisa, agregó que “el periodista tiene que saber conmover, perturbar y mover fibras con su trabajo literario”.
A pregunta expresa, rechazó categóricamente la objetividad, que a su parecer daña la labor del periodista, “pues el que escribe debe hacerlo desde su propia realidad”.
"Se puede aspirar a la veracidad, a la justicia moral, comprender, como decía Kapuscinski, un buen periodista es alguien que quiere comprender. Por supuesto que no hay objetividad periodística y no hay buen periodismo sin estilo", dijo.
En relación con la lectura, señaló que “en México se lee poco y mal. No se presta la atención requerida, no sólo en los textos, tampoco en la televisión. A la realidad, al entorno cotidiano, se le presta poca atención, no se fijan en las sutilezas y pequeños detalles que hacer grande el periodismo, asentó.
Por otro lado, dijo: "tenemos la idea de que la lectura es aburrida, perniciosa; pero la lectura es buena, edificante". Desde esta postura, criticó la campaña del Consejo de la Comunicación que invita a leer 20 minutos al día, y no se trata de eso, de hacer obligatorio algo que debe ser placentero. La gente, los jóvenes, los niños deben leer cuando les resulte atractivo, para eso deben educarse, para disfrutar de la lectura, leer cuando se les antoje, no entrar en una ”tortura china” que nos limite y haga aburrido algo que se debe disfrutar, agregó.
Sobre el Periodismo cultural, hay poco, expresó, además hay un mal periodismo cultural, se hace mejor en medios femeninos, sociales, dijo, “los periodistas se preparan más para obtener el Premio Nacional de transcripción”, en base a boletines que simplemente se trascriben, "no hay periodismo de investigación", estos problemas desembocan en que los periodistas preguntan muchas veces, de algo que no saben o no conocen, como voy a preguntar sobre un libro al autor, si no lo he leído, es trágico, asentó.
Sobre la similitud entre TV y medios digitales, dijo que la hay y no, los digitales son parcialmente conscientes, abiertos, la TV es vertical, maneja un discurso de arriba a abajo, los digitales son horizontales, les gusta a los jóvenes, entran y al menos leen en las redes y se comunican.
Eso no nos hace escritores ni críticos, hay profesionales en esa ramas, lo digital desplaza cada vez más al papel, se lee, pero se trata de leer bien, saber leer, terminó diciendo, aunque las redes sociales son como la pornografía, banalizan las relaciones personales.
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