jueves, 30 de enero de 2014

“Quiero ser el mejor bailarín del mundo”: Esteban Hernández

 
 
Por: Emiliano Balerini Casal/Milenio
 
A los 12 años rechazó la posibilidad de interpretar el papel de Billy Elliot —el famoso niño que se convirtió en bailarín a pesar de la familia de escasos recursos de la que provenía, y de la cual se hizo una película homónima— en Broadway, porque su sueño era estudiar en la escuela del Ballet Real de Londres. Tuvo tan claro ese objetivo que con el paso del tiempo se convirtió en el primer mexicano en graduarse de esa institución.
 
De visita en su natal Guadalajara, Esteban Hernández, hoy bailarín del Ballet de San Francisco, habla en entrevista con MILENIO de gustos, inquietudes y anhelos que tiene respecto a una profesión que le inculcaron sus padres desde pequeño.
 
Esteban, el menor de los dos hermanos Hernández que hoy llaman la atención en la danza mexicana y mundial —el otro es Isaac, quien es primer bailarín del Ballet Nacional de Holanda—, está considerado como uno de los prodigios de esta disciplina, según la crítica especializada.
 
El joven se toma su tiempo. Analiza su carrera desde sus inicios y se da el espacio que considera necesario para responder a cada cuestionamiento que se le hace. Se percibe tranquilidad en sus palabras.
 
¿Por qué quisiste seguir la tradición familiar de ser bailarín?
Veía a mi papá dándoles clases a mis hermanos y hermanas en el patio de mi casa. Había algo que me atraía en sus movimientos, así que le dije que me enseñara a bailar danza clásica.
 
¿Alguna vez pensaste dedicarte a otra carrera?
Sí: también me hubiera gustado ser pianista. Cuando era más joven lo tocaba. En realidad estoy feliz con mi carrera. Todavía me acuerdo cómo leer música, y de vez en cuando me acerco al piano. Mis compositores favoritos son de la época romántica: Serguéi Rajmáninov y Franz Liszt.
 
¿Cuál es tu sueño como bailarín?
Ser primer bailarín del Ballet Real de Londres y el mejor del mundo. Después darle la oportunidad a la gente de ver ballet de forma diferente.
 
¿Te sientes presionado al saber que tu hermano Isaac está considerado uno de los mejores bailarines del mundo?
No; siempre he visto nuestras carreras como algo diferente. Aunque somos hermanos y los dos somos mexicanos, nunca he sentido ninguna clase de presión para tratar de superarlo. Sí hay competencia sana, pero es bueno que exista porque nos ayuda a mejorar.
 
¿Por qué rechazaste el papel de Billy Elliot que te ofrecieron interpretar en una obra de Broadway?
Eso fue antes de que me fuera estudiar a Londres a la escuela del Ballet Real. Tenía 12 años y me ofrecieron interpretar ese papel. En ese momento vivía una etapa crucial de mi entrenamiento, en la que si no me concentraba en la danza clásica mi técnica no sería buena. Hacer el papel de Billy Elliot hubiera sido una experiencia bonita, pero no era lo que yo quería, ni era lo mejor para convertirme en un bailarín profesional.
 
¿Cómo llegaste al Ballet de San Francisco?
El último año de escuela en Londres, los alumnos suelen buscar compañías con las que creen que pueden trabajar. Tenía varias ofertas en agrupaciones de Inglaterra, y decidí ir a San Francisco después de ver el calibre de su compañía, su repertorio y posibilidad de crecimiento.
 
¿No tuvo nada que ver los antecedentes de tu hermano en ese ballet?
 No, para nada. Mi hermano ha hecho su carrera y yo la mía. Contacté al Ballet de San Francisco a través de una carta en la que les decía que me gustaría integrarme con ellos, y unos días después me respondieron que me ofrecían un trabajo.
 
¿Cómo cambió tu forma de bailar después de estar en la escuela del Ballet Real?
Siento que ha cambiado bastante mi físico y mi forma de ver el ballet, pero no tanto mi técnica. Aprendí el estilo inglés y la limpieza de sus movimientos. También pude aprender que el ballet no solo son pasos, sino que hay una integralidad en lo que haces, por lo que debes dejar algo de ti en el escenario. De lo que se trata es de ser un artista completo y no solamente un bailarín.
 
¿Qué opinas de la danza clásica en México?
No conozco mucho, pues casi no he vivido aquí. Lo que veo es que va en buen camino, está en mejor nivel que en años anteriores. Le ha ayudado que cada vez es más popular y la puede ver más gente, a través de programas de televisión como Ópera Prima. No sé por qué las autoridades culturales no apoyan más la danza. Me da tristeza que la cultura en general no se apoye, pero creo que se debe a que la gente no está tan interesada en la artes, le gusta más el futbol y cosas comunes. De ahí que sea importante tratar de mostrar el ballet al público en general, para que vean de qué se trata.
 
¿Crees que para que destaque un bailarín mexicano es mejor irse del país?
A mí me ayudó mucho irme porque pude ver otros estilos y bailarines. Irte te permite medirte con lo que pasa en el mundo. Las competencias internacionales me ayudaron a conocer movimientos que no sabía que era posible hacer.

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