Por: Roberto A. Valenciano Capín
"Es indiscutible que la figura y obra de Julián Carrillo es uno de los paradigmas más complejos de la historia del arte del siglo XX, pues representa como ninguna otra personalidad las antípodas de la creación sonora: por un lado seguidores apasionados a ultranza que defienden los postulados del potosino con vehemencia científica y por el otro detractores virulentos que minimizan y hasta ridiculizan las teorías carrillianas con respecto a las posibilidades del microtono o fracción infinitesimal del tono. A lo anterior tenemos que sumarle otra consideración importante a la labor creativa de Julián Carrillo: su total apego a la ciencia matemática en su discurso compositivo, lo que lo convierte en un músico-matemático o un matemático-músico, que propicia su estudio desde esa otra arista vital para entender su trabajo."
Es como fue el punto de partida de esta segunda de seis conferencias para conmemorar no solo los 150 años de su natalicio, así como también los 50 años de su muerte y los 120 años de la enunciación de la teoría del sonido 13.
En esta sesión bajo el título "Valoración
histórico-estética de Julián Carrillo a 140 años de su nacimiento" que diserto el Mtro. Luis Fernando Padrón Briones en la sala de conferencias del IPBA.
Una disertación que contribuyo a situar y a la vez contribuir a la reconstrucción de muchos de los pasajes vitales de este músico-matemático o un matemático-músico a través de esta propuesta a partir de la cronología de don Julián y ciertos aspectos de su creación musical en relación a los contrastados aspectos estéticos que se suscitaron a lo largo de sus nueve décadas de vida.
Destacó Padrón Briones que dentro del aspecto cronológico es sin lugar a dudas "un filón interminable para
estudios, investigaciones, tesis y monografías. Nacido en el último cuarto del
siglo XIX, en la plenitud de la "paz porfiriana" –hecho que marcará
de manera definitiva su vida-, luego de las interminables y desangrantes luchas
que trataban de darle un rostro nuevo al conglomerado humano llamado México, en
el pequeño municipio de Ahualulco en el corazón del altiplano potosino, ya lo
sitúa en una coyuntura compleja, una práctica ausencia de la praxis sonora
tradicional europea en su entorno primario, pues la oferta musical se limitaba
a ciertas músicas tradicionales de fiesta conocidos popularmente como "piteros" y alguna que otra banda de
alientos que se contrataba para el mismo efecto".
Preponderó que es importante detenerse y destacar dos aspecto de la
personalidad de Carrillo: "su facilidad para aprender y su acuciosidad en el
estudio que serán características de sus años venideros, pues en muy poco
tiempo ya destaca como violinista competente que consigue incluso interpretar
con solvencia piezas virtuosísticas muy en boga en esos años: las fantasías
sobre temas de ópera" ante la pobreza musical que se vivía en ese tiempo en
San Luis, a lo que se sumaba la ausencia de centros de educación académica, "eran
solamente ejecutantes que transmitían su conocimiento práctico a los jóvenes
aprendices, una especie de núcleos gremiales al estilo de los siglos XIV o XV".
Una parte relevante en su vida fue el considerarse ser un hijo del sistema " papel que él acepta de muy buena gana, para el gobierno de Díaz representa sin duda, un triunfo la confirmación de que su política europeizante da frutos maduros y redondos y para Carrillo es la oportunidad de demostrar que sus capacidades sonoras son altas. Por desgracia los vaivenes revolucionarios darán al traste con la estabilidad de Carrillo".
Al respecto, el ponente argumenta que Julián Carillo es también hijo de este proceso de creación en el puntual sentido de la mexicanidad, a pesar de la laxitud existente en ese entonces del concepto de México.
Sin lugar a dudas, otra faceta importante en la vida del nativo de Ahualulco es La Europa que encuentra Carrillo a su llegada es
un auténtico caldo de cultivo, las dos últimas décadas del XX, verán aparecer
las más profundas audacias compositivas: Wagner, Debussy, Schönberg,
Stravinsky. Pronto la búsqueda melódica romántica, será sustituida por una ruptura
tímbrica extrema. Esto como frase de una síntesis musicológica desde el siglo
XXI es muy fácil, pero en realidad, lo que se vivía artísticamente en la Europa
de esos días eran múltiples y contrastadas ideas estéticas, no había una
homogeneidad en cuanto al discurso creativo, cada centro de estudio contaba con
lenguajes específicos, así no era lo mismo
París con sus constantes innovaciones y rupturas, Reynaldo Hahn, Claude
Debussy, pero también con su ortodoxia
manifestada en la Schola Cantorum de
César Franck y sus alumnos así como la vieja tradición pianística de Antoine
François Marmontel y Camille Saint-Saëns en el Conservatoire."
A partir de este momento de su regreso de Carrillo a México se mueve en un constante crecimiento, lo mismo dirige el Conservatorio, que la Orquesta Sinfónica, que da conciertos y promueve la ejecución de composiciones modernas en un afán por difundir las nuevas tendencias y corrientes imperantes.
Así como cuestionó la relación de Julián Carrillo con el gobierno de Victoriano
Huerta al considerarse también músico del sistema y de existir " un profundo velo en torno a esos años que debemos ir develando", que infaliblemente deviene en volverse en no solamente un punto coyuntural sino también, en el momento para investigar, no juzgar y a la vez entender este desarrollo musical a partir de esta época.
En este sentido, fue muy enfático Padrón Briones al considerar que el verdadero discurso nacionalista esta en Julián Carrillo, al existir una relación muy fuerte con este discurso entorno al concepto del nacionalismo, pregonado por Justo Sierra en el último periodo del porfirismo.
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