miércoles, 2 de septiembre de 2015

Ballet Independiente y el danzar de Raúl Flores Canelo en tierras potosinas

 
Por: Roberto A. Valenciano Capín
 
Nuevamente se corrobora la fraternidad y este lazo dancísticos con los potosinos de una de las compañías referentes de la danza mexicana como es Ballet Independiente, al  venir a conmemorar sus 49 años de diseminar esta particular cosmovisión de ver, vivir y crear danza del Mtro. Raúl Flores Canelo. 
 
 
El punto de encuentro, este histórico foro del Centro de Difusión Cultural "Raúl Flores Canelo" del IPBA.
 
Una noche de encuentros y reencuentros que sin más nos remite a "Aquí estamos, esto somos... nuestra trayectoria no es una mera referencia para lograr el presente". Palabras de Raúl Flores Canelo, a partir de la cual, actualmente está decana compañía se ha dedicado al rescate y difusión del legado de la obra coreográfica del Mtro. Flores Canelo, ahora bajo la dirección artística de Elisa Rodríguez.
 
En esta ocasión, el Ballet Independiente ofreció un programa integrado por tres de sus obras:-El bailarín- (1988), -Tres Fantasías Sexuales (1981) y-Auras (1987).
 
Se emprendió esta travesía con la coreografía -El Bailarín- a partir de esta conjunción tanto del despliegue y demostración de esta parte técnica, como su capacidad de ejecución  y fuerza, siempre bajo la premisa de que el hombre perfecto, es el bailarín, así como ser complementada con  esta parte dialogante a través del vate jerezano Ramón López Velarde, quien dice que "el bailarín comienza en sí mismo y concluye en sí mismo... su alma es paralela de su cuerpo".
 
Indudablemente, una obra que conlleva a sí mismo al espectador a conocer estos resquicios fundacionales del bailarín, al desnudarlo y así descubrir a través de sus movimientos, sus conversiones, las formas de afrontar la obra misma, sus miedos y su lealtad a sí mismo e infaliblemente a este arte tepsicoriano.
 
En esta ocasión asumen  con tal aplomo y arrestos esta joven generación de bailarines las exigencias mismas de la obra. 
 
Tres fantasías sexuales (1981) como apunta el programa de mano " las fantasías reprimidas del hombre llevado a sus sueños", éstos últimos plasmados en: Fantasía Cazador Nocturno. Una pieza en donde la sutileza permea en este encuentro en su primer momento se  convierten en furtivos para después volverse en este intuitivo y causal/casual encuentro  amoroso/pasional, lleno de tal sutileza y encanto en cuanto a este despliegue dancístico entre dos jóvenes núbiles.
 






Para contraponerse con esta Fantasía de la Redentora. Una pieza divertida, en donde converge esta parte devota representada por la misionera que trata de educar a un nativo, quien se dirime ante sí misma al ser  asediada por esta incesante tentación de lo profano, plena y llana sexualidad del indio que resueltamente no cae pero aun así ya fue tentada.
 
Y concluir con esta juguetona e inquietante sueño de un albañil de tener una aventura amorosa con esta chica que cautiva por sus encantos, la cual trabaja en la realización de actividades domésticas, a pesar de todo despliegue de seducción, estas luchas de poder de su género  y afrenta de sus compañeros de trabajo,  solamente le queda solamente el resuello y desencanto en su propio sueño de esta Tragedia del Maistro Albañil.
 
 
Para finalizar esta velada dancística con la presentación íntegra de la obra -Aura-(1987), al solo presentarse en ocasiones anteriores dos partes: Aura negra y azul en estas tierras potosinas.
 
 
Un interesante despliegue de esta evocación de las tonalidades del aura que puede irradiar cada ser humano, de acuerdo con su condición; al ser trazada en siete escenas en donde en cada una converge un color: Blanco, azul, amarillo, verde, negro y rojo.
 
Una claridad y esta propensión a este encantamiento entre un equilibrado planteamiento entorno a estos valores energéticos, estos resonadores hechos movimientos con tal precisión y  de suma resonancia en el espectador.
 
Es importante destacar este hecho histórico que se dio en esta noche de danza en esta tierra de Lila López, al contar con la presencia de dos ex bailarines que bailaron por primera vez las obras-  Tragedia del Maistro Albañil- y- Auras-, nos referimos a Antonio Fuentes y Elisa Rodríguez.
 
 
Definitivamente, presenciamos una cátedra de ver, entender y disfrutar la danza, gracias a un Ballet Independiente que ha logrado y brindado a la compañía un nombre y un estilo propio, de igual manera ha logrado una amplia aceptación del público, así como el reconocimiento y colaboración de otros creadores como directores escénicos, artistas plásticos, cineastas, escritores y coreógrafos tanto mexicanos como extranjeros.
 
 

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