Por Alida Piñón El Universal
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En el 2007 Esteban Hernández fue invitado para protagonizar Billy Elliot, en Broadway, una obra que cuenta la historia de un chico londinense que sueña con ser bailarín y estudiar en la prestigiosa escuela Royal Ballet. El contrato era por dos años y la suma total de ganancias sería de diez millones de dólares. No aceptó. Dedicarse a ese trabajo significaba renunciar a la carrera de ballet pues, irremediablemente, tendría un desgaste físico que ya no le permitiría sostener el rigor que requiere la disciplina.
Después de esa declinación, Esteban, de 17 años, ingresó en septiembre del 2010 al Royal Ballet de Londres en Gran Bretaña, siendo el primer y único mexicano becado en dicha Institución. Cosas del destino, se convirtió en el protagonista de su propia película.
"Lo hablé con mis papás y decidimos que eso me distraería del ballet clásico y no aceptamos. De esa decisión salieron muchas cosas buenas, mi sueño, como en la película, era llegar al Royal Ballet, así que en lugar de estar en Nueva York interpretando el sueño de otro, yo lo viví en carne propia y me fui al Royal", dice en entrevista.
El 14 de agosto se presentó en el Palacio de Bellas Artes, en el marco de la gala Un momento para soñar, que tuvo como protagonista a Isaac Hernández, su hermano, de 21 años, considerado el mejor bailarín joven del mundo. Su participación fue una sorpresa para la audiencia y fue uno de los bailarines más ovacionados.
Sus estudios los empezó desde que era un niño que cursaba el preescolar, a los 10 años de edad decidió que el ballet sería su vida. Desde entonces, son múltiples las medallas y reconocimientos que ha obtenido alrededor del mundo. En un año egresará de la academia y buscará conseguir su sueño: ser un icono en la historia de la danza.
¿Cuál fue tu primera reacción al enterarte de que tu hermano y tú, estarían en el Palacio de Bellas Artes?
Al principio fue un poco difícil de creer porque no existen eventos de esta magnitud para la danza. Después sentí emoción y felicidad.
-Hace unos meses vinieron a Monterrey, ¿qué dices a la distancia de esa función?
Nos fue muy bien, fue nuestro debut bailando juntos en México y creo que fue el comienzo de este proyecto, después de vernos allá pensaron que también podríamos venir a la ciudad de México.
-¿Qué te dijo tu familia después de ver al bailarín en el que te has convertido?
En Monterrey fue la primera vez que me vieron como un bailarín profesional. Desde que estoy en Londres he cambiado bastante en mi forma de bailar y, sobre todo, en mi presentación en el escenario, se me nota mucho la diferencia, se me ve más maduro y parezco una persona mayor, ya no soy un niño. Esto es lo que me ha dicho mi familia.
-¿Cuáles son las enseñanzas más grandes que has tenido en el Royal Ballet, como persona y como bailarín?
Como persona a ser más exigente porque allá estoy prácticamente solo, vivo con otros estudiantes pero finalmente estoy solo, me ha ayudado bastante vivir lejos de mi casa porque me estoy preparando para mi futuro. Como bailarín he aprendido mucha técnica, pero sobre todo he sentido la parte artística, algo que no había experimentado. He tenido muchas presentaciones allá y creo que he madurado como bailarín.
-Isaac, tu hermano, siempre ha estado acompañado por alguien de la familia. Tú, en cambio, no. ¿Crees que esta situación marca una diferencia en la carrera que están teniendo?
No creo que haya mucha diferencia porque él estaba con mi hermana, pero siempre dependió de sí mismo.
-Has visto la evolución de tu hermano. ¿Qué opinas sobre él?
Es una estrella, es un bailarín totalmente diferente que no se ve en muchas partes.
-Isaac opina que entre ustedes hay una sana competencia. ¿Estás de acuerdo?
Sí, claro. Somos hermanos y es como un juego, es como si estuviéramos en la misma clase y empezamos a decir cosas como "ya salto más que tú", "tú puedes hacer eso y yo no", "yo hago más piruetas". Sí hay una competencia, pero es un juego.
-¿Cuál es el sueño que te gustaría cumplir?
Esto, compartir el escenario con mi hermano y con algunas de las estrellas más grande del mundo en mi país. He estado con otras estrellas en otras partes, yo quería estar aquí, en México.
-¿Cómo te imaginas en unos 5 ó 6 años?
Quiero ser un icono de la danza en el mundo. Ser un ejemplo para los estudiantes y para cualquier persona interesada en la danza y en el arte.
-¿Qué estás haciendo para conseguirlo?
Preparándome para llegar a ser el mejor, una vez que lo logre empezaré a trabajar más.
-¿Es cierto que en Londres hay más respeto hacia el artista?
Sí, en toda Europa es así. Los bailarines no son sólo estrellas para el público conocedor, sino para toda la gente. Allá puedes decir que eres un bailarín de ballet y la gente se asombra, piensan que es un honor conocernos. En otras partes no es así, como en México y en Estados Unidos.
-Eso se refleja también en los apoyos y en la difusión de la disciplina.
Sí, claro, el gobierno les da dinero a las compañías y por eso tienen más presentaciones y son más valoradas.
-¿Cuánto tiempo te falta para graduarte y qué pasará después, ingresarás a la compañía?
Estoy en mi segundo año y son tres, me falta uno. El plan es entrar al Royal Ballet, pero eso depende de muchas cosas, por ejemplo, ahora van a cambiar de dirección y puede estar buscando diferentes cosas. No es seguro que pueda entrar. Así que tendré que buscar una compañía que se acomode a mis necesidades, quiero tener la libertad de hacer cosas, por ejemplo, si hay una función en México, yo pueda viajar.
-¿Qué bailarín encontrarán las compañías que busques?
Esteban, como bailarín, es Esteban. Es decir, podré estar interpretando un personaje y contando una historia, pero lo que se en el escenario soy yo.
-¿Eso implicará tener una gran seguridad en ti mismo?
Sí, para poder estar seguro en el escenario necesitas, primero, tener una gran técnica en el ballet. También necesitas confiar en ti y disfrutarlo. Últimamente he aprendido que mientras más disfrutas lo que haces, más fácil es. Cuando te preocupas mucho y te estresas, no sirve de nada. Si estás preocupado no puedes ser como tú eres.
-¿Crees que finalmente se está reconociendo la labor de la familia Hernández?
Espero que sí, si esto es el inicio, no me imagino a dónde vamos. De aquí tenemos que ir para adelante.
-¿Cuándo decidiste que tú también querías ser profesional?
Empecé a bailar porque veía a mi hermano Isaac, decidí que también quería bailar, pero no había pensado en hacerlo de manera profesional, hasta después de dos años de estudiar. A los 10 años supe que esto es lo que quería hacer en mi vida.
-Hasta ahora, ¿cuál es la función que más recuerdas?
La del 2004, en Cuba, se hizo un encuentro de academias de ballet. Yo era muy joven para participar en la competencia, tenía 10 años, pero me invitaron a participar en la gala de apertura y en la de clausura. Hice una variación y la gente me empezó a aplaudir, tuve un sentimiento increíble que me cambió la vida, supe que eso es lo que quería hacer.
-Has tenido momentos en los que cuestionas las decisiones que has tomado.
Claro, siempre hay batallas dentro de uno mismo. Siempre quieres ser mejor de lo que eres, nunca estás satisfecho, esto puede ser bueno o malo, no puedes dejarte llevar por la negatividad porque te arrastraría, pero si esas dudas te motivan a ser mejor que el día anterior, te ayuda a mantenerte peleando para seguir adelante.
-¿Cómo te sientes en la danza contemporánea?
En la escuela la exploramos mucho, no sólo desde la perspectiva del maestro sino también de nosotros mismos, nos ayuda mucho porque nos permite explorar nuestra creatividad. Si puedes hacer clásico, puedes bailar contemporáneo, hay gente que cree que son dos cosas distintas. A mí me gusta el contemporáneo por la libertad que te da, no te tienes que preocupar si diste un mal paso.
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