La Prima Ballerina Assoluta cubana, Alicia
Alonso, desea poder visitar pronto los EEUU con el Ballet Nacional de Cuba,
comentó en entrevista concedida a la agencia española EFE.
Acerca del trascendental momento que viven
su país natal y Estados Unidos, Alicia Alonso desea que se sigan estrechando
lazos y se propicie un flujo de intercambio cultural más intenso a un lado y
otro del estrecho de La Florida.
"Si los intercambios culturales se
facilitaran nosotros estaríamos más que contentos y satisfechos de decirles (a
los estadounidenses) que sí. Nos gustaría visitar pronto EEUU con el Ballet
Nacional de Cuba. Tenemos grandes amigos allí", afirmó con total seguridad.
La carrera de Alonso despuntó precisamente
en 1938 cuando se presentó en varios musicales de Broadway en Estados Unidos.
"Me decían que, como era cubana,
bailara rumba, que lo haría muy bien. Yo les decía que la bailaba bien porque
la sentía, igual que el ballet. Ésa ha sido mi lucha", dijo la legendaria
coreógrafa, que ya para 1940 había logrado unirse a las filas del Ballet
Theatre de Nueva York, como primera bailarina.
Asimismo, confesó que después de 95 años de
existencia, la danza sigue ocupando un lugar primordial en su vida y se hace
algo tan primordial como “comer o respirar”.
Alonso, directora y principal coreógrafa
del Ballet Nacional de Cuba (BNC), expresó que el paso del tiempo se vuelve
insignificante ante el deseo innato de bailar. "Siempre tengo deseos de
bailar y ahora más que nunca (…) Yo me pongo a bailar como una loca porque es
que he bailado desde que tengo nueve años. El baile ha sido mi vida
entera", afirmó la Giselle cubana en entrevista con la agencia española
EFE.
Desde su despacho personal en la Escuela
Nacional de Ballet, Alonso comentó que se encuentra pendiente de los ensayos
para la próxima gira que el BNC realizará por diversas ciudades de España.
Las presentaciones por la nación ibérica se
mantendrán en cartelera por dos meses a partir de septiembre e incluirá
montajes "imprescindibles" de la compañía como "El Lago de los
Cisnes" o "Don Quijote".
De igual forma, rememoró con cariño sus
primeros viajes a España, país que la acogió de pequeña con su familia, por el
trabajo de su padre, y donde inició con desde muy niña su romance con la danza
clásica.
"Lo primero que aprendí de baile fue
danza española, con castañuelas y todo. Me encantaba y me sigue gustando",
explicó Alonso, aunque lo que más le llamaba la atención era "colocarse
las puntas y bailar ballet clásico".
Pese a su pérdida de la visión y demás
dificultades que genera el paso del tiempo, la consagrada bailarina cubana
acude cada mañana a los ensayos de sus devotos estudiantes y aporta nuevas
ideas y movimientos a la coreografía.
"Uno no puede estar nunca satisfecho
con cómo baila, uno tiene que exigirse más y más. Al cuerpo humano hay que
hacerlo trabajar más", afirmó.
Alicia, como le llaman con cariño en su
país, trasciende como una leyenda viva del ballet cubano y universal, así como
una figura indiscutible de la escena cultural de Cuba.
Sobre su legado, Alonso consideró que se
resume en "el clasicismo, una técnica muy limpia. He sido siempre muy
estricta con las posiciones del cuerpo, las piernas estiradas, el cuello, el
movimiento preciso de los brazos. Creo que eso es muy lindo".
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