Por: Roberto A. Valenciano Capín
Indudablemente se conjuga la constancia, la
fraternidad, el compartir sus conocimientos y su música, aunado al amor con y
para este arte del jazz, es como el contrabajista y compositor Richye Vega nos
presenta su primer trabajo discográfico bajo el proyecto -Electrasto-.
Una de las justificaciones de este proyecto es volverse un acercamiento de la gente al jazz, "al tener estos tintes de rock, tintes de funk y este medio eléctrico. Entonces eso cuando lo escucha un rockero por ejemplo, que no tiene que ser precisamente músico, pero le llama la atención porque hay sonidos así, entonces se acerca un poquito a indagar un poco más para allá de porque esto suena así, porque suena algo diferente a lo que se escucha normalmente se escucha en el rock y, entonces ahí envuelves a la persona y empieza a meterse un poquito al jazz. Creo que tiene esa doble intención".
En este remontar en el tiempo, se sincera y comenta. "Fíjate que cuando yo empecé a aprender jazz, empiezas por lo que escuchas y siempre tratas de imitar lo que escuchas, son tus ídolos, pero ya esto es un poco más digerido te vas a lo que escucharon ellos, de donde viene eso que escuchaban ellos hicieron. ¿Qué es la historia del jazz?, que viene de la fusión de la música africana y la armonía europea y da por resultado esto. De ahí empecé a indagar mucho, por ejemplo Thelonius Monk, se me hacía muy diferente su armonía como muchos otros, como también son las improvisaciones de Keneth Garret, en donde te dicen en dónde vienen esas escalas".
"Ya las estudias y te das cuenta que
justamente vienen del impresionismo para acá, en momentos, el nacionalismo,
viene incursionando Béla Bartok, quien hace su propia música sinfónica con su
folclor, entonces todo esto empieza a fluir como una fusión nueva y da como
resultado el nacionalismo".
Al apuntar que en el jazz
es lo mismo, "el folclore obviamente norteamericano, pero ya se empezó a
hacer mundial. En el jazz ahora hay un nacionalismo. En México tenemos artistas
como Enrique Nery, como el Mtro. Jorge Martínez Zapata, Héctor Infanzón que
hacen música mexicana con toques de jazz.
Todo esto le provocó
estudiar e indagar sobre la armonía de Bartok, de Stravinsky, de Debussy,
"a mi manera debía incluir esas enseñanzas que aún siguen en mi búsqueda,
que no para nunca. Trate de incursionar un poquito de este proyecto y mis
composiciones no tan tradicional del jazz, sabes como la forma estándar sino ya
un poquito con acordes de ese tipo".
"Para mí una buena canción es la perfección en ese sentido que lo he escuchado en grandes compositores, es primero tejer una buena melodía y que te diga algo, porque la música al fin al cabo es un diálogo, es un lenguaje que se tiene que entender, yo siempre me voy por ese lado".
En este remontar en el tiempo, se sincera y comenta. "Fíjate que cuando yo empecé a aprender jazz, empiezas por lo que escuchas y siempre tratas de imitar lo que escuchas, son tus ídolos, pero ya esto es un poco más digerido te vas a lo que escucharon ellos, de donde viene eso que escuchaban ellos hicieron. ¿Qué es la historia del jazz?, que viene de la fusión de la música africana y la armonía europea y da por resultado esto. De ahí empecé a indagar mucho, por ejemplo Thelonius Monk, se me hacía muy diferente su armonía como muchos otros, como también son las improvisaciones de Keneth Garret, en donde te dicen en dónde vienen esas escalas".
Fue muy enfático al
comentar que "si uno quiere ser como sus ídolos hay que buscarlos y desde
ahí partir para tú crear una nueva propuesta y, no solamente quedarte con un
estándar que es lindísimo, pero también es proponer y decir quien fue Ricardo
Vega; puede ser que no trascienda, pero lo busqué.
"Para mí una buena canción es la perfección en ese sentido que lo he escuchado en grandes compositores, es primero tejer una buena melodía y que te diga algo, porque la música al fin al cabo es un diálogo, es un lenguaje que se tiene que entender, yo siempre me voy por ese lado".
Al reconocer que le
encantan las melodías," me fascinan cantar las melodías, me fascina ser
como esta parte de lo romántico,no sé, hasta cierto punto. A mí me encanta
Chopin por ejemplo, sus melodías son lindísimas e increíbles, pero también me gusta este lado de proponer
nuevas armonías y confusiones que están sucediendo en nuestra actualidad, que
para mí en lo particular sería lo ideal".
Un disco que fue apoyado por parte del Programa de Apoyo a las Coproducciones Discográficas que la Secretaria de Cultura de San Luis Potosí.
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