Conocido como el "antipoeta" más influyente en la literatura hispanoamericana contemporánea, controvertido y eterno candidato al Premio Nobel, el escritor chileno Nicanor Parra cumplirá este 5 de septiembre 103 años de prolífica existencia.
En el marco de este aniversario, el hermano mayor de la dinastía Parra lanzó su más reciente libro “El último apaga la luz” (2017), que incorpora una compilación de sus textos completos, en un deseo de mostrar al público de habla hispana al Parra estrictamente literario, y que se espera llegue a finales de año a países como España, Argentina, Perú, Uruguay y México.
Para celebrar su cumpleaños, en Francia, la editorial Seuil y la Maison de l’Amérique Latine acaban de publicar una monumental selección bilingüe de las obras del poeta chileno, bajo la coordinación del escritor chileno Felipe Tupper y con la traducción de Bernard Pautrat.
Nicanor Parra Sandoval llegó al mundo el 5 de septiembre de 1914, en San Fabián de Alico, una aldea cercana a la ciudad chilena de Chillán, a 400 kilómetros al sur de Santiago, la capital del país.
Fue el primogénito de una familia de clase media provinciana, constituida por su padre, el profesor de música Nicanor Parra Parra, un bohemio incurable, y su madre Rosa Clara Sandoval Navarrete, con notorias aficiones musicales, quienes crearon una dinastía de artistas en diferentes ámbitos.
De acuerdo con un artículo biográfico difundido por el portal electrónico de la BBC Mundo, la mayoría de sus nueve hijos se dedicaron a la música, entre ellos la célebre cantautora Violeta Parra (1917-1967) y el músico Roberto Parra (1921-1995).
Por su parte, el portal del Instituto Cervantes recordó que Nicanor Parra realizó sus estudios primarios y secundarios en las ciudades de Laurato y Chillán respectivamente.
En 1932, luego de abandonar la casa paterna, viajó a Santiago, donde en el Instituto Nacional Barros Arana (INBA) hizo el último año de la enseñanza secundaria, para después ingresar al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, en el cual se graduó como profesor de Matemáticas y Física en 1937.
Aunque en 1935 publicó el cuento “Gato en el camino”, en la Revista Nueva; fue justo en 1937 cuando oficialmente inició su labor literaria, con la publicación de “Cancionero sin nombre”, el cual fue relegado por el propio autor a su prehistoria poética, destacado por su estilo antihermético, en el ámbito de una corriente que propugnó por el retorno a la claridad expresiva.
En 1940, se casó con Ana Troncoso, con quien tuvo tres hijos, luego tendría tres más, con otras dos mujeres.
Posteriormente, en 1943 ingresó gracias a una beca de Institute of International Education a la Universidad de Brown en la que se especializó en Mecánica Avanzada, de regreso a su país, en 1948, fue nombrado director interino de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile, añade el portal “biografíasyvidas.com”.
Un año más tarde, de nuevo gracias a una beca, esta vez por parte del Consejo Británico, se trasladó hasta Inglaterra, donde hizo cursos en Cosmología en la Universidad de Oxford.
Regresó en 1951, para seguir con su labor docente en la Universidad, hasta que la Fundación Guggenheim le condujo de nuevo a Estados Unidos para continuar sus estudios en el campo de la física, lo que supuso una intensa actividad investigadora que no le impidió desarrollar el ejercicio poético.
De acuerdo con el portal de la BBC Mundo, mientras en Estados Unidos, Parra había profundizado las lecturas de Walt Whitman (1819-1892), en Inglaterra se nutrió de la obra de John Donne (1572-1631), William Shakespeare (1564-1616), William Blake (1757-1827), T.S.Eliot (1888-1965), Ezra Pound (1885-1972) y Franz Kafka (1883-1924), a quien consideró su "maestro absoluto".
En 1954, poco después de su regreso de Europa, publicó en la revista chilena “Extremo Sur”, un conjunto de 20 poemas que décadas más tarde Parra también excluiría de su “Obra gruesa”, los "Ejercicios retóricos", notablemente influidos por Whitman.
Sin embargo, ese año surgió su segundo libro “Poemas y Antipoemas” constituido por tres partes, “Cantos a lo humano”, “Poemas” y “Antipoemas”, el cual fue acogido como una obra revolucionaria en el ámbito de la poesía hispanoamericana de aquellos años.
Lo anterior le bastó para ser conocido como el "antipoeta" por excelencia, que se confirmó en “La cueca larga” en 1958.
Para el portal de la Universidad de Chile, a pesar de que Parra demoró en dar con su fórmula antipoética, una vez descubierta la tradujo en efectos renovadores, elaborando libros como “Versos de salón” (1962), “Canciones rusas” (1967) y “Obra gruesa” (1969).
Su producción continuó con obras como “Artefactos” (1972), “Sermones y prédicas del Cristo de Elqui” (1977), “Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui” (1979), “Chistes para desorientar a la policía” (1983), “Coplas de Navidad” (1983), “Poesía política” (1983) y “Hojas de Parra” (1985).
Los cuales revelan no sólo la riqueza de las premisas del sistema antipoético, sino también su capacidad sorprendente para hacerlo evolucionar sin alterar sus líneas esenciales, y que han sido traducidas al inglés, alemán, portugués, francés, italiano, sueco, noruego, esloveno, croata, checo, holandés, ruso, árabe y catalán.
En 1971 dirigió un taller de escritores en la Universidad de Columbia en Nueva York. Entre sus obras más recientes se encuentran “La Sagrada Familia” (1997), “Lear, rey & mendigo” (2004), “Discursos de sobremesa” y “Obras públicas” (2006), así como “Antiprosa” (2015), el último apaga la luz” (2017).
Nominado muchas veces sin éxito al Premio Nobel, como autor ha conseguido algunos de los premios más importantes en su natal Chile y alrededor del mundo como el Nacional de Literatura de Chile, el Internacional de Literatura Latinoamericana, el Juan Rulfo (1991), el X Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
Patrimonio Nacional de España y Universidad de Salamanca (2001), el premio Bicentenario (2001) y el Premio Cervantes (2011) al conjunto de su obra, así ha sido nombrado Doctor Honoris Causa de la Universidad de Brown (1991), de la Universidad de Concepción, Chile (1996) y de la Universidad del Bio-Bio, Chile (2001).
Además de que depositó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes un legado que permanecerá guardado hasta el 5 de septiembre del 2064.
Su trabajo poético ha sido estudiado en varias de las más importantes universidades de Estados Unidos, donde se han filmado incluso dos películas sobre su vida y su obra, partiendo de varios de sus recitales.
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