Mexicanos y canadienses dedicaron en Toronto una gran ofrenda a los inmigrantes fallecidos en el intento de buscar una vida mejor, ya sea en el Mar Mediterráneo o en la frontera Canadá-Estados Unidos.
Este fin de semana se llevó a cabo en el Artscape Wychwood Barns, de Toronto, por noveno año consecutivo el festival de Día de Muertos que organiza un grupo de artistas latinoamericanos, la mayoría mexicanos y al que acuden cientos de canadienses.
La organización No One is Illegal (Nadie es ilegal), defensora de los derechos de migrantes, dedicó su altar de muertos a los migrantes que fallecieron en 2017, quienes “no son un número, sino personas, padres e hijos, en busca de un futuro mejor y seguro”.
Su ofrenda, decorada con flores de cempasúchil, veladoras y calaveras, destacó una serie de fotografías de familias de inmigrantes, ya sea caminando en su entrada por Quebec, o en un barco que se está hundiendo, mientras que otros más están flotando en el mar. Las fotografías están puestas en medio de una especie de red.
Otra de las ofrendas que se montaron en este festival de cultura y tradición fue la dedicada al cantante Pedro Infante.
La asociación MexProCan dedicó una ofrenda al centenario del natalicio del cantante Pedro Infante, nacido el 18 de noviembre de 1917 en Mazatlán, Sinaloa, y muerto en un accidente aéreo 39 años después en Mérida, Yucatán.
Esta misma asociación realizará el 18 de noviembre un concierto con tenores y mariachi para recordar al ídolo de la canción ranchera y de la época de oro del cine mexicano.
Este festival de Día de Muertos atrae cada año a más latinoamericanos y canadienses, quienes se muestran interesados en la forma en que los mexicanos recuerdan y honran a sus muertos, con música, ofrendas, comida tradicional, pan de muerto y atole.
La actividad artística, organizada por el Colectivo Día de los Muertos y Casa Maíz, ofreció talleres para niños canadienses y latinos en donde a través de las manualidades y la serigrafía estas nuevas generaciones aprendieron a hacer calaveras, mientras los adultos se pintaban el rostro de blanco con lentejuelas alrededor de los ojos.
De entre los diferentes festivales de Día de Muertos que se realizan en Canadá, éste se caracteriza por reservar un espacio al Mictlán, un limbo donde se recuerda a las víctimas de violaciones a los derechos humanos.
Este año las mariposas monarca fueron el símbolo de los miles de desaparecidos por el crimen organizado y la violencia.
Los organizadores explicaron que Amnistía Internacional está recolectando mensajes de solidaridad escritos en estas mariposas, que serán entregados tanto a los familiares de los desaparecidos como autoridades en México y Canadá, con el fin de “ayudar a crear presión para la acción”.
También se recordó a los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en 2014.
El fotógrafo ítalo-canadiense Vincenzo Pietropaolo expuso en la galería Wychwood Barns su colección de foto sobre la tradición de Día de Muertos en México.
Con danza azteca, mariachis, mojigangas, una representación de una procesión fúnebre y muchos tamales, quesadillas, tostadas, tacos, churros, café de olla y pan de muerto, los mexicano-canadienses revivieron una vez más la tradición ancestral del Día de Muertos, reconocida en 2003 como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
En Canadá, de costa a costa, se seguirán realizando festividades en torno a esta colorida tradición. El consulado de México en Montreal informó que montará del 2 al 4 de noviembre su “altar binacional” -por quinto año- en donde tanto la comunidad mexicana como la canadiense dedican un altar a dos figuras importantes.
Este año los altares que se montarán en el Instituto Cultural de México estarán dedicados a Juan Gabriel y a Leonard Cohen, y desde México vendrán los artesanos y cartoneros Óscar Becerra y Bruno Sierra a ayudar a su decoración.
Óscar ha trabajado durante 17 años el arte popular de la cartonería y Bruno durante siete. Uno de los proyectos importantes realizados por ambos es Xólotl (Dios perro) que se ha exhibido en diferentes partes de Estados Unidos, informó el consulado.
Agregó que Óscar colabora con el Museo de Arte Popular, por medio de talleres, exhibiciones y proyectos especiales. Bruno realiza estudios de diseño y comunicación visual, aplicando su creatividad a las artes populares. Ambos prepararon para este altar, entre otras piezas, dos calacas marionetas iluminadas de 10 pies (tres metros) de altura.
“El sincretismo mexicano, que fusiona los ritos prehispánicos con las liturgias católicas, une dos mundos. Este encuentro entre los vivos y los muertos es una afirmación del papel del individuo en la sociedad y, finalmente, una celebración del placer de vivir frente a la inminencia de la muerte”, indicó la representación diplomática.
El consulado de México en Vancouver realizará su segundo concurso de altares de Día de Muertos, para promover entre mexicanos y canadienses de la costa del Pacífico esta tradición.
NTX/I/II/AES/MUERTOS17
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