jueves, 2 de enero de 2020

Un canon literario de oro



Por: Virginia Bautista

Hace medio siglo, en 1970, salieron a la luz diversos poemarios, novelas, ensayos, crónicas y obras de teatro, de hoy reconocidos escritores mexicanos, que marcaron el canon literario del país en la segunda mitad del siglo XX.

Gracias a sellos visionarios como Siglo XXI Editores, Era, Joaquín Mortiz y el Fondo de Cultura Económica, llegaron a los lectores nacionales obras como El tigre en la casa, del poeta Eduardo Lizalde; El libro de la imaginación, del cuentista Edmundo Valadés; el ensayo Posdata, de Octavio Paz, único Nobel de Literatura mexicano; las obras de teatro Todos los gatos son pardos y El tuerto es rey, del novelista Carlos Fuentes; la novela Nostalgia de Troya, de Luisa Josefina Hernández; y la crónica Días de guardar, de Carlos Monsiváis, entre otros.

Estos títulos han demostrado su vigencia a lo largo de cinco décadas y sus numerosas reediciones constatan que siguen en el gusto y el interés de las nuevas generaciones.

El poeta Eduardo Lizalde, quien el pasado 14 de julio cumplió 90 años, admite que El tigre en la casa (Premio Xavier Villaurrutia) ha sido el más famoso y reconocido de sus trabajos.

Es un libro pesimista que escribí como un conjunto de textos amargos. Cuidé que no hubiera un solo poema celebratorio. Se apoya en la experiencia de la propia tradición literaria y del mundo mexicano”, explicó en entrevista con Excélsior (26/06/2019).

El tigre es fascinante como fenómeno y como criatura, porque es la imagen, primero, de la belleza insuperable y, después, del crimen y la barbarie. El reto fue decir algo nuevo sobre un tema tan agotado”, agregó.
Por su parte, Posdata fue concebido por el poeta Octavio Paz (1914-1998) como la prolongación de la crítica a la identidad del mexicano que realizó 20 años antes en El laberinto de la soledad (1950). Dividido en tres partes, este ensayo analiza los sucesos de octubre de 1968 en Tlatelolco, recorre la historia de México desde la destrucción de la dictadura de Porfirio Díaz y establece la imagen de la pirámide como metáfora de una estructura que depende de las jerarquías sociales.


La antología El libro de la imaginación, de Edmundo Valadés (1915-1994), integrada por 400 relatos de autores de todos los tiempos, propone al lector un viaje portentoso al mundo de la imaginación. Por sus páginas transcurren historias de mujeres, amor, enigmas, sueños, espejos, milagros, fantasmas, utopías, magias, el cielo, el infierno, que tratan de explicar lo que está mas allá de lo visible o comprobable.



En 1970, el narrador Carlos Fuentes (1928-2012) sorprende con la publicación de sus dos primeras obras de teatro: Todos los gatos son pardos y El tuerto es rey. En opinión del crítico literario Vicente Quirarte, la primera, que en palabras de su autor “muestra a Moctezuma o el poder de la fatalidad y a Cortés o el poder de la voluntad”, es “un experimento que fue más allá de un simple capricho. Él quiso buscar siempre la esencia mexicana en cada una de sus obras”. El investigador Jovany Hurtado considera que se debe revalorar el aporte de este escritor a la dramaturgia mexicana, pues las cuatro obras que hizo en este género son poco conocidas.



Nostalgia de Troya (Premio Magda Donato), de Luisa Josefina Hernández (1928), está dividida cronológicamente en seis capítulos y narrada por cinco voces. Cuenta la vida de René, fotógrafo, novelista y escritor de guiones de televisión, desde su niñez hasta los 35 años. Debido a que el protagonista es un viajero constante, los sucesos narrados tienen lugar en diferentes ciudades: París, Roma, Ottawa, La Habana, Ixtapan de la Sal y el Valle de México, las cuales están apoyadas con mapas insertados al inicio de cada capítulo. La crítica define a esta novela como intimista y realista.



Días de guardar es el primer libro de crónicas de Carlos Monsiváis (1938-2010). Consta de 33 textos cuya orientación es principalmente la Ciudad de México. Versando sobre la realidad cotidiana o el descubrimiento de lo inadvertido, donde un evento de masas se convierte en el pretexto ideal para la reflexión crítica, el libro consigue una suerte de radiografía de la identidad mexicana; entrevé las motivaciones de una sociedad en proceso de cambio y su inserción en los caóticos escenarios de la vida posmoderna.

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