lunes, 6 de mayo de 2024

A la espera de su traslado, mural de Eppens sigue su deterioro en deportivo abandonado

El mural visible antes de la colocación del velado. Será transportado a Puebla.

 FB/Francisco Eppens


Por: Reyna Paz Avendaño

Desde el 2013, el mural “Protección de la nación al obrero ferrocarrilero”, del artista mexicano Francisco Eppens Helguera, ubicado en el Deportivo Ferrocarrilero Pantaco (Avenida Ceylán, alcaldía Azcapotzalco, CDMX), presenta grietas de 2 centímetros de grosor y la pérdida de mosaicos en un 30 por ciento de su superficie. Así lo externan diversos dictámenes hechos por el Centro Nacional Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam).

Las afectaciones del mural se deben al abandono del deportivo, ya que en recorridos hechos por “Crónica” en el pasado mes de marzo se pudo constatar que, la obra de 30 metros cuadrados hecha con mosaicos está en un inmueble a punto del colapso, vandalizado y afectado por los sismos de 2017.

Este diario informó hace mes y medio que el mural de Eppens será desmontado del deportivo para ser trasladado a Puebla, al Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos (MNFM), proyecto que existe, al menos, desde el año 2016, según se observa en el oficio OF.D/SUC/CENCROPAM/685/2016.

La obra “Protección de la nación al obrero ferrocarrilero” fue encomendada al artista mexicano cuando se realizó la construcción del deportivo en 1950, el encargo fue realizar un mural en la entrada del vestíbulo principal con un tema relacionado con los trabajadores ferrocarrileros. El mural se desarrolló en una superficie de 30 metros cuadrados aproximadamente, empleando la técnica de mosaico vitreo tipo veneciano.

El mural cubierto y cómo estaba en Francisco Eppens Helguera (San Luis Potosí, 1913- Ciudad de México,1990) además de crear este mural, diseñó el Escudo Nacional Mexicano durante el mandato presidencial de Gustavo Diaz Ordaz, también creó el mural “La vida, la muerte, el mestizaje y los cuatro elementos” en la fachada principal de la Facultad de Medicina, campus Ciudad Universitaria, y los murales en el conjunto habitacional Unidad Independencia del IMSS.


CRONOLOGÍA DEL ABANDONO

El Deportivo Ferrocarrilero Pantaco es propiedad de la empresa Ferrocarril y Terminal Valle de México S.A. de C.V. (Ferrovalle) y en octubre de 2013 se comentó la necesidad de demoler dicho espacio, por lo que autoridades del Cencropam realizaron una visita y propusieron la instalación de un velado para proteger la obra y poderla trasladar.

Desde ese momento, las observaciones del centro de conservación fueron de presencia de polvo y salpicaduras de pintura sobre el mural, fisuras entre el punto de unión de la obra y el muro que la sostiene, además de mosaicos faltantes.

En los documentos en poder de “Crónica” se lee que, en agosto de 2013, el Cencropam concluye que el mural está en “un estado de conservación malo” y hasta ese año, la pérdida de mosaicos era entre el 20 y 25 por ciento.

Después de tres años, el Cenropam colocó el velado propuesto y fue cuando detalló la dimensión de los daños.

“Se registró daño ocasionado por vandalismo, dado que fueron desprendidas de su sitio teselas vítreas en la parte baja de la obra, en una superficie de 4.00 metros de largo y 1.47 metros de altura. Si bien ya se habían denotado pérdidas parciales de mosaico, la situación actual equivale a la pérdida total de aproximadamente el 20% de la superficie ornamentada”, señaló el Cencropam.

El centro añadió que en toda el área del mural se encontró una capa gruesa de polvo adherido y hollín, escurrimiento de pintura vinílica blanca, “así como manchas producto de las filtraciones de humedad provenientes de la cubierta y grietas que corresponden a la separación entre columna y muro en ambos extremos del mural, así como otras fisuras ramificadas”.

Con el anterior diagnóstico, el Cencropam realizó una estabilización para colocar el velado, no obstante, especificaron que la restauración total del mural se hará cuando la obra llegue a su nuevo hogar.


La obra presenta grietas y pérdida de mosaicos.


El informe detalla que retiraron el polvo, sellaron grietas y fisuras con inyección de moteros cementantes y cubrieron toda la superficie con una tela de algodón por medio de resina acrílica para proteger temporalmente los mosaicos y mantenerlos en su sitio durante el traslado de la obra a su destino final.

“Adicionalmente le informo que se realizó una cala en el piso del que fuera el espejo del agua, encontrando que el muro decorado baja aproximadamente 10 centímetros del piso actual, lo que deberá ser considerado en el proyecto estructural para el traslado”, apunta el documento (OF.D/SUB/CENCROPAM/1063/2016).

En ese oficio, el Cencropam, que desde entonces dirigía Ernesto Martínez Bermúdez, advierte que el velado colocado sobre el mural “sólo tiene el objetivo de proteger la superficie del polvo y otros agentes medioambientales menores, y no cuenta con resistencia ante fuentes de humedad constantes o eventuales acciones vandálicas”.

A las advertencias hechas al entonces director de operaciones del Ferrovalle, Salvador Alzúa Rivas, se suman los comentarios de que la integridad de “Protección de la nación al obrero ferrocarrilero” dependía de que la zona (el deportivo) se mantuviera limpia, con alumbrado suficiente y vigilancia permanente.

“Siendo muy recomendable la construcción de un tapial de protección completo frente al muro, evitando siempre perforar o golpear la superficie”, señaló Martínez Bermúdez.



De acuerdo al Cencropam el mural está en “un estado de conservación malo”.



EN ESPERA DEL TRASLADO

En 2019, en un oficio dirigido a Teresa Márquez Martínez, directora del Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero, el Cencropam le informa del estado de conservación del mural de Eppens.

Sin embargo, hay algunas imprecisiones, por ejemplo, refieren que el velado se colocó en 2015 cuando los documentos en poder de “Crónica” están fechados en 2016, también hay cambios en los porcentajes de daños, se menciona que hay “una considerable pérdida de teselas vítreas en el área baja del mural, equivalente al 30 % de su superficie” (ya no del 20%) y por primera vez se afirma que las grietas son de 2 centímetros de grosor en forma vertical en el costado izquierdo y derecho de la obra.

Otro dato diferente es sobre la sección oculta del mural, en el documento de 2019 (OF.D/SUB/CENCROPAM/1840/2019) indican que es de aproximadamente 15 centímetros de profundidad y no los 10 centímetros referidos en 2016.

El dictamen de 2019 señala lo que Martínez Bermúdez advirtió tres años antes: el velado de protección fue dañado mediante pintas y le fue arrancada una sección en la parte inferior derecha, dejando expuesta la zona con pérdida de teselas vítreas; asimismo, se localizaron manchas por escurrimientos de humedad a consecuencia del abandono.

“El mural se encuentra expuesto actualmente a condiciones adversas debido principalmente al abandono del lugar donde se ubica, además de presentar afectaciones de índole estructural por el hundimiento o desplazamiento del terreno donde se desplanta el inmueble que lo alberga, así como derivadas por los sismos del año 2017”, indica el documento.

La solución a estos daños es la reubicación de la obra “para lo cual se requieren efectuar trabajos previos de consolidación y conservación preventiva por parte del CENCROPAM-INBAL (1a. Etapa), fabricación de una estructura metálica de carga, maniobras de traslado y reinstalación sobre una nueva cimentación a través de una empresa contratista especializada, y finalmente la restauración integral de la obra por parte de este Centro Nacional en la nueva ubicación (2ª. Etapa)”.

La primera etapa que se indica en el dictamen inició en enero de este año con la colocación de un nuevo velado. Aun queda pendiente “que una empresa especializada realice el retiro de los aplanados del reverso del muro donde se ubica el mural”, para identificar el patrón de fisuras y grietas y éstas se puedan consolidar.

El siguiente paso es la restitución del aplanado del reverso del muro para su posterior traslado a Puebla. Todos estos trabajos costarán 115 mil 811 pesos.

Ya en su nuevo sitio, se deberá recuperar el diseño original de las teselas perdidas y para ello se realizará un acopio, revisión y análisis de imágenes fotográficas históricas del mural. Estas obras tendrían un costo de 846 mil 403 pesos.

“Durante los trabajos de esta segunda etapa, se efectuarán dos visitas de supervisión, de dos días cada una, por parte de un restaurador perito del CENCROPAM (servidor público de base del INBAL)”, detalla el dictamen.

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