Por: Roberto A. Valenciano Capín
Sin lugar a dudas la magia de seis cuerdas pulsadas fue el punto de partida para ser testigos de esta polifonía sonora a cargo de las orquestas de guitarras tanto de la Escuela Estatal de Iniciación Musical Julián Carrillo ( OGEEEDIMJC) como de la Escuela Nacional de Música de la UNAM (OGEMMUNAM), al ofrecerse un singular concierto titulado -30 guitarras- que tuvo como escenario el Paraninfo Universitario Rafael Nieto.
Un temporal musical demasiado ecléctico, al ir sorteado los tientos del barroco de Vivaldi, sin dejar pasar por el temple latinoamericano hasta transitar por lo mas contemporáneo del compositor japonés, Shingo Fuji.
Por cierto, un recital guitarrístico que causo gran expectación al ofrecer una variada oferta musical, al ser los anfitriones la Escuela Estatal de Iniciación Musical Julián Carrillo ( OGEEEDIMJC) bajo la dirección del Mtro. Emmanuel Mendoza Lara quienes dieron la bienvenida al ofrecer un repertorio integrado por piezas como: -Margarideta-, una canción Catalana, -camino de Felanitx- de Eythor Thorlksson, - cueca- de Agustín B. Mangore y concluir su intervención musical con la potente- Tierra mestiza- de Gerardo Tamez.
Para proseguir con el fusionar de las dos orquestas para ofrecer dos piezas, una canción chilena titulada- Mantelito blanco- bajo la dirección del Mtro. Emmanuel Mendoza Lara y -Air- de Shingo Fuji bajo la batuta del Mtro. Rodrigo Enrique Lara Alonso.
Por cierto, un recital guitarrístico que causo gran expectación al ofrecer una variada oferta musical, al ser los anfitriones la Escuela Estatal de Iniciación Musical Julián Carrillo ( OGEEEDIMJC) bajo la dirección del Mtro. Emmanuel Mendoza Lara quienes dieron la bienvenida al ofrecer un repertorio integrado por piezas como: -Margarideta-, una canción Catalana, -camino de Felanitx- de Eythor Thorlksson, - cueca- de Agustín B. Mangore y concluir su intervención musical con la potente- Tierra mestiza- de Gerardo Tamez.
Para proseguir con el fusionar de las dos orquestas para ofrecer dos piezas, una canción chilena titulada- Mantelito blanco- bajo la dirección del Mtro. Emmanuel Mendoza Lara y -Air- de Shingo Fuji bajo la batuta del Mtro. Rodrigo Enrique Lara Alonso.
Como un interesante intermezzo musical mientras los integrantes de la OGEMMUNAM afinaban sus guitarras, se tuvo la intervención de los músicos en la Viola de Gamba, el Mtro. Mario Salinas Vela y José María Espinoza en el piano/clavecín para degustar con una adaptación para viola de gamba del concierto para la Sonata en La menor del compositor francés, Jean - Marie Leclair.
En donde se agradece y a la vez dejar constancia, un auténtico placer escucharlos, sobre todo en una versión tan cuidada como nos la tocaron: de la finura y constante diálogo musical a pesar del poco tiempo de ensamble de esta obra considerada de suma dificultad técnica, al quedar de manifiesto el talento y gran disposición de dialogar de estos excelentes jóvenes músicos mexicanos y siendo transferida a un publico que lo agradeció con un cálido aplauso del respetable y ser uno de los grandes momentos de este concierto.
Le corresponde ofrecer un programa interesantísimo a la OGEMMUNAM tanto por el formato como por la obra ofrecida. Un vendaval que inicio con el Concierto RV 425 de Antonio Vivaldi, en donde se tuvo como solista al joven y talentoso guitarrista Miguel Ángel Velasco y concluir con la cordialidad sonora de la Suite Mexicana de Eduardo Angulo.
A petición de su director Rodrigo Enrique Lara Alonso le pidió al joven guitarrista y solista con la OGENM, Miguel Ángel Velasco, quien ha sido elegido por la Fundación Turquois para realizar una estancia de estudios en el Principado de Mónaco, tocara uno o dos piezas antes de partir a Europa, quien interpreto y a la vez dio ese interés por ofrecer dos canciones de corte urbano al contexto de concierto, bajo el plus de su propios arreglos:- el paso del gigante- del grupo Cañaveral y volver ante el aplauso para decantar con - tiene una espina el rosal- de grupo Soñador.
Al ser tocadas con una espontaneidad admirable, así como lograr impregnar el ánimo, se puede vivir momentos de profunda emoción y sin mas cunde el entusiasmo de ser parte de la mismas, al bailar desde sus butacas en cualquier oyente.
Solamente resta decir de haber sido testigos de no solo un maravilloso repertorio e interpretación y lectura de compositores afines del repertorio guitarrístico sino también resumir toda una velada que convergió en la combinación de sensibilidad y sencillez tanto creativa como interpretativa suele dar como resultado momentos inolvidables.
Así como la capacidad de envolver al público asistente, incidir en que se relaje y deja que esta música impregne el ánimo, se puede vivir momentos de profunda emoción y salir airoso de esta sala universitaria. No es para menos pues con el programa presentado para este concierto.
En donde se agradece y a la vez dejar constancia, un auténtico placer escucharlos, sobre todo en una versión tan cuidada como nos la tocaron: de la finura y constante diálogo musical a pesar del poco tiempo de ensamble de esta obra considerada de suma dificultad técnica, al quedar de manifiesto el talento y gran disposición de dialogar de estos excelentes jóvenes músicos mexicanos y siendo transferida a un publico que lo agradeció con un cálido aplauso del respetable y ser uno de los grandes momentos de este concierto.
Le corresponde ofrecer un programa interesantísimo a la OGEMMUNAM tanto por el formato como por la obra ofrecida. Un vendaval que inicio con el Concierto RV 425 de Antonio Vivaldi, en donde se tuvo como solista al joven y talentoso guitarrista Miguel Ángel Velasco y concluir con la cordialidad sonora de la Suite Mexicana de Eduardo Angulo.
A petición de su director Rodrigo Enrique Lara Alonso le pidió al joven guitarrista y solista con la OGENM, Miguel Ángel Velasco, quien ha sido elegido por la Fundación Turquois para realizar una estancia de estudios en el Principado de Mónaco, tocara uno o dos piezas antes de partir a Europa, quien interpreto y a la vez dio ese interés por ofrecer dos canciones de corte urbano al contexto de concierto, bajo el plus de su propios arreglos:- el paso del gigante- del grupo Cañaveral y volver ante el aplauso para decantar con - tiene una espina el rosal- de grupo Soñador.
Al ser tocadas con una espontaneidad admirable, así como lograr impregnar el ánimo, se puede vivir momentos de profunda emoción y sin mas cunde el entusiasmo de ser parte de la mismas, al bailar desde sus butacas en cualquier oyente.
Solamente resta decir de haber sido testigos de no solo un maravilloso repertorio e interpretación y lectura de compositores afines del repertorio guitarrístico sino también resumir toda una velada que convergió en la combinación de sensibilidad y sencillez tanto creativa como interpretativa suele dar como resultado momentos inolvidables.
Así como la capacidad de envolver al público asistente, incidir en que se relaje y deja que esta música impregne el ánimo, se puede vivir momentos de profunda emoción y salir airoso de esta sala universitaria. No es para menos pues con el programa presentado para este concierto.
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