Por: Roberto A. Valenciano Capín
Una interesante propuesta dancística intimista es lo que propuso la compañía española Marábula “Cenital” en el Coloso de Villerías.
Una interesante propuesta dancística intimista es lo que propuso la compañía española Marábula “Cenital” en el Coloso de Villerías.
Una obra de sumo interés por la contundencia lograda en la expresión de asuntos esenciales sobre el mundo a través de este caleidoscopio en donde queda este reconocer que como seres humanos hacemos nuestra propia historia en circunstancias que hemos escogido y a la vez implica asumir el desafío de construir y darle potencia a voces que procuren intervenir en lo que será nuestro futuro.
Lo que podría ser lívidas fronteras: En el fondo izquierdo, una mesa acompañada de una lámpara con dos sillas, en contraparte, una computadora. Al frente, una silla acompañada por dos guitarras; una acústica y una eléctrica, en contraposición de una pantalla.
Al frente, una pantalla que se despliega de casi forma perfecta sobre el foro.
Lo que podría ser lívidas fronteras: En el fondo izquierdo, una mesa acompañada de una lámpara con dos sillas, en contraparte, una computadora. Al frente, una silla acompañada por dos guitarras; una acústica y una eléctrica, en contraposición de una pantalla.
Al frente, una pantalla que se despliega de casi forma perfecta sobre el foro.
De esta manera Marábula intervienen tanto el espacio físico como el íntimo, comprometiendo al espectador no solo con el discurso de su obra, sino con el plus de ser traspoladas a una narrativa de movimientos y los estados de ánimos través de la visión cenital.
En donde el resquebrajamiento emocional, es justamente, el sentido de identidad que los creadores han designado al mundo que co-habitamos hoy como seres humanos.
Uno de sus integrantes -Hansel Nezza- de este colectivo barcelones se acerca al centro para ir desplegando una serie de sensaciones, emociones a través del movimiento para quedar en el suelo y después asistirle Ángeles Ciscar
y ponerle una capa encima.
Quien a la vez va apuntalando estas tiras negras que darán forma a este caleidoscopio.
Y de ahí pasar por este cuerpo que a través de una interesante investigación del movimiento genera este universo de situaciones en donde ríe, llora, explota en segundos ante momentos de una impresionante pasividad.
Una obra que tiene la virtud de explorar desde esta plataforma de la fusión de las nuevas tecnologías con el hecho dancístico para generar una propuesta escénica poderosa no solo de imágenes sino solamente del poder de reflexionar y converger en el transito que se hace desde la mirada por estos matices de la actual condición humana en que vivimos y como lo vivimos.
Y de ahí pasar por este cuerpo que a través de una interesante investigación del movimiento genera este universo de situaciones en donde ríe, llora, explota en segundos ante momentos de una impresionante pasividad.
Una obra que tiene la virtud de explorar desde esta plataforma de la fusión de las nuevas tecnologías con el hecho dancístico para generar una propuesta escénica poderosa no solo de imágenes sino solamente del poder de reflexionar y converger en el transito que se hace desde la mirada por estos matices de la actual condición humana en que vivimos y como lo vivimos.
Para volverse en palabras de Inés Forn también en una obra contemplativa," ahora miras aquí, ahora miras allá, miras la pantalla, de ahí que tiene esta sensación de paisaje, va atardeciendo, ahora una nube, van sucediendo cosas".
A pesar de la claridad de la premisa: "El caleidoscopio esta en todos nosotros, nada esta definido y cada día se ve diferente" .
Es sin lugar a duda, un caleidoscopio que parte irremisiblemente hacia este pertinaz desmenuzamiento de los implícitos yos plasmados en el escenario por este personaje que cunde en desplegar a las otredades.
A pesar de la claridad de
Aun así, toca con acierto los límites entre el performance y la instalación para lograr atrincherarse con talante en su naturaleza misma de dialogar a través de este mundo interior frente a los inevitables embates del mundo.
Una creación del riesgo, con el apoyo de una nueva dramaturgia, que refleja la situación social que nos rodea y de los pequeños mundos que conviven, sobreviven, chocan.
Un lenguaje artístico participativo e incluyente, un nuevo enfoque de las relaciones personales, la relación con el entorno, y el espíritu lúdico y expresivo del acto creativo.
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