Recibe la coreógrafa Nellie Happee el ‘Premio Coatlicue’

 

 

De muy buen humor la coreógrafa Nellie Happee recibió anoche el Premio Coatlicue,en el homenaje que se le rindió en el XIX Encuentro Internacional–XV Iberoamericano de Mujeres en el Arte México–España, que se realiza en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque (CCB).

 En el homenaje, que se llevó a cabo en el marco del Día Internacional de la Mujer, la Compañía Nacional de Danza (CND) le dedicó a Happee el pax de deux del Cisne Blanco y los alumnos de la Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello, el cuadro Fragmentos.

 

Asimismo, Eterno Caracol presentó Trébol, y la Compañía de Danza Murmullo de Sirenas le rindió tributo con una pieza llamada Wornos.

 

De acuerdo con el Consejo Nacional para la Cultual y las Artes (Conaculta), la coreógrafa recordó que estrenó ese teatro con la Escuela Nacional de Danza Clásica, por lo que le guarda especial cariño a ese foro y al CCB.

 

Además, Happee, quien padece artritis reumatoide, compartió que en el tiempo que ha reposado por su enfermedad ha podido meditar sobre su pasado.

 

“Saqué la conclusión de que me siento afortunada por la época en la que me tocó vivir: la disfruté, la gocé, la sufrí, pero la viví al máximo, sin escatimar esfuerzos”, expresó.

 

Además, mencionó que le encantó ver a los chicos que bailaron durante el homenaje, porque rememoró la época en la que trabajó como profesora.

 

“Me encantan los jóvenes y los niños, porque te comparten su vitalidad, y en ese sentido fui dichosa, pues en mi época no había apoyos para la danza y uno tenía que trabajar. Tuve la fortuna de dar clases: trabajaba en lo que me gustaba para poder hacer lo que me gustaba, lo cual fue una gran suerte”, añadió.

 

 

Luego de rememorar que su estatura fue la que en su momento le impidió bailar determinados roles, la artista dijo que su experiencia dentro del mundo de la danza ha sido privilegiada.

 

Finalmente, la homenajeada apuntó que en 2015 cumplirá 85 años y que le gustaría compartir sus vivencias a través de un libro.

 

“El mensaje que quiero transmitir a los jóvenes bailarines es que no solo se enfoquen en la danza, sino a las artes en general; que vayan a conciertos y viajen, si es posible, porque el artista expresa lo que es como persona, por eso hay que enriquecer a la persona, para que el producto de eso sea algo valioso”, concluyó.