En la tertulia titulada Sergio Pitol y Juan Manuel Torres: La ficción como homenaje se abordará la amistad entre estos dos escritores, y, en concreto, el modo en que esta se plasma en su literatura. Para hablar de ellos participarán Noé Cárdenas, José Luis Nogales Baena y Antonio Saborit, el próximo miércoles 17 de mayo a las 19:00 en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, ubicado en Nuevo León 91, colonia Condesa. Entrada libre.
La relación de amistad que hubo entre Pitol y Torres fue fructífera, basada sobre todo en torno a Polonia y la literatura. “Esa es al menos la impresión que uno tiene tras leer sus libros”, comentó en entrevista José Luis Nogales Baena. Estos dos intelectuales vivieron en Polonia entre 1963 y 1966 y todo indica que se conocieron desde antes, sin embargo, se hicieron muy amigos durante los años que coincidieron allí, mientras uno vivía en Varsovia y el otro en Lodz.
Era tan estrecha la relación entre ellos que en su literatura se pueden encontrar huellas del otro. Por ejemplo, Juan Manuel Torres aparece en varios momentos de la obra de Pitol, aunque el mayor protagonismo lo obtiene en los relatos Nocturno de Bujara y Vals de Mefisto.
“Según parece, cuando Juan Manuel llegó a Polonia para estudiar en la escuela de Lodz, se enamoró del país y su cultura. Poco después Pitol fue a visitarlo desde China, donde trabajó durante un año como traductor, y fue Torres quien le transmitió su pasión por todo lo polaco. Así es, al menos, como lo cuenta Pitol, quien unos meses más tarde regresó al país eslavo para quedarse a vivir en él. Pitol ha escrito en varios lugares páginas fascinantes sobre Polonia y su cultura, uno de ellos es el prólogo a la Antología del cuento polaco que preparó en 1967. No por casualidad, pienso, este volumen está dedicado principalmente a Elena Poniatowska y Juan Manuel. Creo que Pitol siempre le estuvo muy agradecido por haberle descubierto una cultura tan extraordinaria y diferente”.
Pitol y Torres tienen en común, además de muchas otras cosas, haber escrito un libro con el mismo título: El viaje. El libro de Juan Manuel es de 1969 y el de Sergio del año 2000. Para José Luis Nogales Baena más que una coincidencia esto es otro gesto de su entrañable amistad. “Habían pasado más de treinta años, y Torres había fallecido en 1980, pero Pitol nunca se olvidó de él. De Torres habla, por ejemplo, en El arte de la fuga; también, de hecho, en alguna de las páginas de El viaje. La obra de Pitol de los años noventa en adelante se forja, precisamente, en torno a dos ejes temáticos fundamentales: sus recuerdos y sus lecturas, por eso me parece imposible que sea casualidad. Todo lo contrario, creo que es un homenaje más a su amigo, como el que le dedicó en los dos cuentos que mencionamos antes”.
Uno de los propósitos con esta tertulia es hablar del legado de la obra de Juan Manuel Torres, pues por ahora es un escritor poco recordado, sin embargo, Nogales Baena aseguró que él fue uno de los pioneros en México de lo que luego se ha llamado “autoficción”. Además, como Pitol, fue uno de los primeros en México que prestó atención a la literatura polaca.
“Torres es importante para comprender algunos aspectos de la narrativa de Pitol. Ese es, en mi opinión, el mayor homenaje que le rindió Pitol a su amigo: el de hacer de la narrativa de Torres un elemento imprescindible para comprender o vislumbrar desde otro ángulo su propia literatura. Es uno de los puntos que me gustaría tratar en la tertulia, la forma en que Pitol convierte algo que pudo haber sido mera práctica lúdica en monumento a la vida y la amistad”, finalizó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario