Como parte vertebral del proyecto de creación de un nuevo epicentro mundial del arte, en noviembre del 2017 el emirato de Abu Dhabi inauguró el Museo Louvre Abu Dhabi, edificado por el Premio Pritzker 2008, Jean Nouvel, en el distrito cultural de la isla de Saadiyat.
Fue pensado como un museo universal, para arrojar voz a la humanidad compartida a través de la exhibición de piezas de arte e históricas en sus salas de exhibición permanente, mientras que ofrecería, a esta región del mundo, escaparates del arte y la creación humana con exhibiciones temporales de piezas traídas de todas las latitudes.
La experiencia de visitar del Louvre Abu Dhabi es total, desde su arquitectura construida sobre el mar hasta el domo flotante que filtra la luz solar como una apología de las palmeras datileras, emblemáticas de los Emiratos Árabes Unidos, por sobre los 24,000 metros cuadrados que ocupa el recinto, 6,000 de los cuales están destinados a la exhibición permanente.
Distribuidas a lo largo de 12 capítulos, las salas de exhibición permanente relatan 10,000 años de historia de la humanidad con la exhibición de piezas de las primeras civilizaciones sedentarias, de la Antigua Grecia, el Imperio Romano, reliquias faraónicas, cerámica y esculturas de los grandes imperios chinos y del Japón antiguo, arte moderno y contemporáneo, así como piezas de las grandes civilizaciones mesoamericanas.
Distribuidas en temáticas como “Las primeras villas”, “Civilizaciones e imperios”, “Religiones universales”, “Del Mediterráneo al Atlántico” o “Globalización moderna temprana”, las piezas de origen mexicano, pertenecientes, en su mayoría, a colecciones francesas, como la del Museo d’Orsay, cohabitan con obras de distintas civilizaciones con las que se proponen equiparaciones sobre las representaciones mitológicas, políticas, históricas e incluso artísticas de las diferentes culturas
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