jueves, 14 de enero de 2021

La legendaria vecindad que vio morir al poeta Ramón López Velarde


Corrían los primeros años del siglo XX cuando el porfiriato empezó a abrir puertas a la clase social en crecimiento, la clase media que se beneficiaba del progreso citadino, mismo que empezó a convertir pueblos en parte de la gran urbe, uno de ellos, La Romita.

Estas rancherías que se encontraban a la orilla de la ciudad fueron tomadas como el nuevo proyecto inmobiliario muy al estilo francés, razón por la que aún encontramos casonas de este estilo y una inquebrantable avenida Álvaro Obregón con sus faroles, fuentes y bancas.

Es en esta avenida que se erigió una vecindad en el número 73, a donde llegaría a vivir el padre de la poesía contemporánea mexicana. Era 1919 cuando el abogado, profesor de literatura y cronista en varios periódicos, llegó a vivir a uno de los departamentos.

Las vecindades de esta famosa colonia eran muy elegantes, pero en su diseño estructural no cambiaban del todo a las viejas vecindades de la clase baja. Había una zona de lavaderos, pero eso sí, ya con luz eléctrica. y al parecer, ya con baño para cada departamento. Esta fue incluso una de las primeras en ser construida en el periodo porfiriano.

En la que fue Av. Jalisco, se construyeron varios edificios que se conservan casi intactos, no así esta vecindad que tuvo que ser restaurada. Tras el sismo de 1985 el inmueble fue abandonado. Sus tapices fueron rasgados, y sus pasillos habitados por personas que acabaron por deteriorar aún más un espacio que si bien, nunca fue de gran elegancia, si ofreció hermosos techos rasos.

Fue hasta 1989 que, a petición de un grupo de escritores e intelectuales de la época solicitaron al entonces Departamento del Distrito Federal (DDF), el rescate del inmueble. Fue así como se tomó el edificio como un proyecto de restauración que daría hogar eterno a Ramón López Velarde.

La reconstrucción el inmueble incorporó materiales, practicidad y diseños de nuestros días, pero sin perder la sencillez de la que otrora tuviera baños comunes. La palidez de las paredes, las inmensas puertas, los postigos que resguardan las ventanas y la duela hacen de este lugar un oasis atemporal.

En 1992, la Casa del poeta, comenzó a funcionar como un museo de sitio que transporta vívidamente el estilo de vida porfiriano, resguarda las bibliotecas personales de Salvador Novo y Efraín Huerta. El espacio frece visitas guiadas, consulta de libros (en los cuales puedes encontrar notas de los escritores) y cuento con una galería y unidad de seminarios.

Dentro de las instalaciones se ubica el café-bar Las hormigas, nombrado así por un poema del jerezano, donde se hacen tertulias literarias, presentaciones de libros, y donde puedes encontrarte a la crema y nata de la literatura contemporánea.

Una de las habitaciones de la vecindad despidió en 1921 al autor de la Suave Patria. Hoy a casi 100 años del acontecimiento (19 de junio), la Fundación de la Casa del Poeta, continúa sus esfuerzos por mantener viva la memoria del poeta y del edificio, no te pierdas sus actividades en línea.

Casa del Poeta Ramón López Velarde

Dónde: Av. Álvaro Obregón 73, La Roma

Cuando: martes a viernes de 10:00 a 18:00 horas., sábados de 10:00 a 15:00 horas.

Aportación voluntaria.


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