Por: Aarón Delgadillo Jiménez
EL SON nació en la región oriental de Cuba, entre las verdes montañas y los bellos paisajes de Santiago, Guantánamo y Mayarí. La fusión de la cultura española con la africana y una pizca de la nativa cultura taína, dio por resultado el esplendoroso y alegre mosaico sonoro que conforma la gran familia del Son cubano.
Changüí, Guajira, Bolero, Punto cubano, Son Montuno, Guaracha, Pregón y muchas vertientes más se desarrollaron con gran rapidez desde finales del siglo 19 en la bella isla antillana. Grandes compositores como Sindo Garay, Manuel Corona o Miguel Matamoros sentaron las bases musicales con sus bellas canciones y poco a poco el Son se convirtió en el género preferido por el público cubano de todas las razas. Blancos, negros, mulatos y criollos, todos comenzaron a bailar el sabroso Son cubano.
Los instrumentos musicales también son muestra del mestizaje cultural que hizo posible el desarrollo del Son en Cuba: el elemento español está presente en el idioma y en el tres cubano, esa variante de la guitarra española que el guajiro cubano adaptó para tener mayor sonoridad en sus guateques y festividades. La herencia africana está presente con la tumba y bongó, descendientes de los tambores africanos que los negros y mulatos usaban en sus festejos de rumba y sus rituales abakuá. Por último, el indio Siboney aportó la semilla y la maraca para darle un color original al contagioso Son Cubano.
A partir de 1920, cuando se funda el gran Sexteto Habanero, el Son cubano se expande por toda la isla y empieza a popularizarse en el resto del mundo: Puerto Rico, Santo Domingo, Panamá, Nueva York y México, fueron los primeros territorios que adoptaron con toda naturaleza el alegre Son cubano y propiciaron su internacionalización.
Llegaría entonces el esplendor del Son cubano, con el Sexteto Habanero, Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro, Sexteto Boloña, Trio Matamoros, La Gloria Matancera y el Sexteto Típico Criollo, legendarios pilares del exitoso género que había surgido en la montaña oriental de Cuba, inundó La Habana y de ahí salió en barco a conquistar el mundo entero.
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