Por: Pablo Espinosa
Recomendamos la escucha de tres de los álbumes que contienen la música que escribió Alma Schindler (1879-1964), conocida como Alma Mahler, a pesar de que contrajo nupcias en tres ocasiones luego de la muerte de su esposo, el compositor Gustav Mahler (1860-1911); es decir, tuvo otros apellidos legales.
El nombre con el que eligió ser identificada durante la última etapa de su vida fue Alma Mahler-Werfel, por el segundo de esos tres matrimonios, con el poeta y novelista Frank Werfel.
Al morir el compositor Gustav Mahler, su viuda desposó con el arquitecto Walter Gropius, luego con Werfel y al final con el pintor Oscar Kokoschka.
Pero no eligió ser llamada Alma Gropius ni Alma Werfel ni Alma Kokoschka. Y es por eso que en el Disquero elegimos nombrarla Alma Schindler, porque aquí llamamos Clara Wieck a quienes todos conocen como Clara Schumann y enarbolamos la hipótesis, confirmada ya por musicólogos, que Anna Magdalena Bach no fue solamente la copista (quien elabora las partichelas de las obras de los compositores) de su marido, Johann Sebastian Bach, sino que además de ser el amor de su vida, fue coautora a cuatro manos de varias de las obras más importantes del gran Bach, entre ellas una de las suites para Violonchelo solo y partes importantes de, nada menos, El clave bien temperado.
También en el Disquero hemos hecho notar el talento, tan grande o semejante al de su hermano, de Nannerl Mozart, hermana de quien sí pasó a la historia, Volfi Mozart, porque a ella, al cumplir “la edad casadera”, le fue prohibido seguir practicando y componiendo música.
Cosas del patriarcado.
Y así los casos en la historia se repiten y es por eso que Alma Schindler es una de nuestras heroínas.
El motivo por el que hoy recomendamos la música de Alma Schindler es múltiple: en primer lugar, porque se trata de música de gran belleza pero que ha sido menospreciada porque ella ha sido maltratada por historiadores, críticos de música, musicólogos y, como dicen en mi pueblo, “el peladaje”. (Risas.)
Otro motivo es porque la tarde de este sábado 5 de noviembre, a las 18 horas en la sala Ponce del Palacio de Bellas Artes, será presentado el magnífico libro titulado Enrique Arturo Diemecke: Biografía con música de Mahler, de José Ángel Leyva, publicado por Siglo XXI editores.
En la presentación de este notable trabajo participarán el director de orquesta Enrique Diemecke; la compositora Ana Lara; el autor del libro, José Ángel Leyva; el editor, Tomás Granados y un servidor, el autor del Disquero.
Recomendamos hoy aquí escuchar la música de Alma Schindler porque en la página 119 del libro escrito a cuatro manos por José Ángel Leyva y Enrique Diemecke, comienza el capítulo 10, mi favorito de esa obra, donde Enrique Diemecke sueña con Sigmund Freud, quien lo confunde, a Diemecke, con Gustav Mahler, y el juego literario incursiona de manera apasionante en la vida íntima de Mahler y a su vez en la vida íntima de su esposa, Alma Schindler.
Recomiendo ampliamente la lectura del libro Enrique Arturo Diemecke: Biografía con música de Mahler, en cuyas 277 páginas asistimos al relato de una vida en la música, la de Diemecke, y también somos testigos de la vida del compositor preferido de Diemecke, Gustav Mahler.
El capítulo 11 es todo un tratado de música: “Once pasos para interpretar a Mahler”, toda una clase magistral de Diemecke, quien ha interpretado dos veces en México el ciclo completo de las once sinfonías de Mahler y quien en días recientes en Guanajuato volvió a demostrar su supremacía en el podio al interpretar de manera portentosa la Quinta sinfonía de Mahler.
En el capítulo 10, titulado “Una pregunta, señor Mahler”, con el subtítulo “Sueño de una coversación privada”, Leyva y Diemecke recrean los pasajes de la historia donde Gustav Mahler, atribulado, ruega a Sigmund Freud lo reciba como paciente porque quiere resolver el conflicto con su esposa, Alma, luego de descubrir una de sus infidelidades, al recibir una carta dirigida a él en un acto fallido de Walter Gropius, quien en realidad escribió la carta para la esposa del destinatario.
El libro que aquí recomendamos por segunda ocasión en tres semanas, aborda de manera elegante, cuidadosa y respetuosa un tema que podría ser de telenovela o de chisme de vecindad, cuando en realidad se trata de un tema donde la música está por encima de todo.
No en balde escuchamos la voz contundente de Enrique Diemecke en el libro, donde hay un juego de confusiones, durante el sueño, entre las personas de Sigmund Freud, Gustav Mahler y Enrique Diemecke: “usted no se preocupe, su música es más grande que la noche, vive en el ocaso de un mundo y en el amanecer de otros tiempos”. Y más adelante: “Todo lo que sabemos sobre Mahler está en su música”.
Los dos últimos capítulos, advierte José Ángel Leyva en la página 273, “son una libre recreación basada en las conversaciones con Enrique Arturo Diemecke sobre su interpretación de las sinfonías de Mahler y en la información vertida en los siguientes libros:”
Comparto aquí el listado:
Friédrich, Stéphane, Gustav Mahler, Actes Sud, Francia, 2004
Mahler, Alma, Journal intime, suites (1898-1902). Éditions Payot & Rivages, Petit Bibliotheque, Francia, 2012.
Mahler, Alma, Ma vie, Hachette, Francia, 1985.
Adorno, Theodor W., Mahler. Une physonomie musicale, Les editions de Minuit, Francia, 1976.
Ross, Álex, El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música, Seix Barral, España, 2016.
Mann, Thomas, Relato de mi vida, seguido de El último año de mi padre, de Erika Mann, Alianza Editorial.
Hasta aquí el listado de José Ángel Leyva.
Me permito añadir un par de títulos: Alma Mahler: Un carácter apasionado, de Cate Haste, publicado en México en 2020 por la editorial Turner. Y la Biografía definitiva de Mahler, escrita en 3 mil 600 páginas por la máxima autoridad en Mahler: Henry-Luis de LaGrange (1924-2017), obra monumental en cuatro tomos, en su versión en inglés y tres tomos en francés.
La aportación de Cate Haste, por ejemplo, en torno a la vida de Alma Mahler es definitiva, porque añade datos, episodios y claves que nadie más había publicado, entre ellas que la iniciación sexual de Alma Schindler ocurrió con quien intuíamos: Gustav Klimt, su igual, en lo que en el libro de Leyva, Gustav Mahler define como “su erotización desbocada antes de llegar yo a su vida”.
Los testimonios de Henry-Luis de LaGrange, en tanto, son también definitivos. Un ejemplo: “Alma reclama libertad para ser la autora venerada por la sociedad vienesa y al mismo tiempo se siente abandonada”. Y es que, confirma José Ángel Leyva en su libro, Gustav Mahler obligó a Alma Schindler a firmar un contrato, a la hora de contraer nupcias, mediante el cual ella abandona todo intento de seguir siendo compositora, para dedicarse por entero al cuidado de su marido.
Leyva/Diemecke hacen referencia al filme alemán Mahler auf der Couch, de 2010, filmado por Percy Adlon y Felix Adlon, donde se demuestra el maltrato que padeció Alma Schindler de su marido, Gustav Mahler, pero todo eso, como ya lo dijo Enrique Diemecke en las páginas del libro que hoy recomendamos nuevamente, es insignificante frente a la música poderosísima de Gustav Mahler.
Y es por eso que hoy el Disquero recomienda la escucha de la música de Alma Schindler, con la afirmación contundente que es también poderosísima, aunque muchos críticos “serios” lo admitan a regañadientes y con una sonrisa de sorna.
Recomiendo los siguiente discos: Clytus Gottwald. Alma und Gustav Mahler, donde escuchamos en 12 tracks transcripciones realizadas por Clytus Gottwald a canciones de Mahler, incluyendo una versión para coro a 16 voces a cappella del adagieto de la Quinta sinfonía y, cosa curiosa, de los 12 cortes, solamente tres están dedicados a la música de Alma Schindler. Cosas del patriarcado.
En otro disco que hoy recomendamos está, en cambio, toda la música que se ha podido rescatar de Alma Schindler: Mahler. Complete Songs, con la mezzosoprano Lilli Paasikivi y orquestaciones del gran Jorma Panula a partir de los originales para piano y voz, que se pueden disfrutar en el disco titulado Mahler, A.: 5 Lieder/ 5 Gesange/ 4 Lieder, con la cantante Isabel Lippitz y la pianista Barbara Heller-Reichenbach.
Espero que después de escuchar estos tres discos estén de acuerdo conmigo: la música de Alma Schindler es hermosa, sencillamente hermosa.
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