Un altar evoca “el abismo del dolor” que queda tras este tipo de pérdidas; e invita a pedir ayuda
Por: Jesús Monje
En vísperas del Día de Muertos, el Museo Memoria y Tolerancia mantiene viva la tradición mexicana de colocar altares, como una forma de recordar y honrar a aquellas personas que, por distintas circunstancias, perdieron la vida. Este año presenta Suicidio, el abismo del dolor y hace un reconocimiento a los sobrevivientes que intentaron quitarse la vida y no lo lograron; también a sus familiares, en quienes han dejado una carga de conciencia por su pérdida.
El suicidio de una persona afecta a padres, hijos, hermanos, vecinos, amigos y familiares. De acuerdo con un estudio de 2019, un suicidio puede llegar a impactar a 135 personas, de las cuales entre 15 y 30 quedan en un duelo muy difícil y complicado, sobre todo por el estigma y el tabú que envuelve a este tipo de duelos”, comentó Marilú Ancona, directora del Ancla de la Esperanza, de Yucatán.
Al morir mi hijo Jorge, comencé a buscar ayuda, porque entras en shock y sientes que el mundo se te viene encima. Nunca esperas la noticia de la muerte de un familiar y menos por suicidio.
"Me doy cuenta que la posvención es un área de la suicidología, en la que queda mucho por hacer. Y, para entender la conducta suicida, se debe hacer de una forma integrada, no sólo la prevención, sino también la posvención, el área que ayuda a las personas que quedan después de una muerte por suicidio”, agregó.
"El suicidio no es responsabilidad de la familia, ni de los amigos, sino el desenlace de los problemas emocionales no resueltos; una ruptura amorosa, un momento de crisis, un despido o un problema financiero pueden desencadenarlo. Cada año, alrededor de 703 mil personas se quitan la vida en todo el mundo; esto equivale a un suicidio cada 40 segundos”, añadió durante la inauguración Linda Atach, directora de Exposiciones Temporales.
Dedicamos esta ofrenda a las personas que no encontraron otro camino para aliviar el sufrimiento que quitarse la vida; pero también a quienes encaran el dolor de la pérdida de un ser querido en estas circunstancias.
"En muchos casos, ellos son asaltados por el cuestionamiento de lo que pudo ser y no fue; pero también por un genuino deseo de transformarse, construir su esperanza a diario y luchar para evitar que más familias transiten por el drama que marcó la suya”, indicó.
El acceso para visitar el altar al Suicidio, el abismo del dolor, a las víctimas de suicidio, es gratuito hasta el 12 de noviembre, en el Museo Memoria y Tolerancia.
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