Por: Roberto A. Valenciano Capín
Victoria de Durango.- A pesar de ser una propuesta muy divergente a lo acostumbrado a escuchar de la voz de Café Tacuva Rúben Albarrán, quien llegó a estas tierras durangueses para ofrecer esta propuesta creativa en conjunción con sus compañeros musicales y converger en Hoppo, como parte de las actividades del Festival Revueltas 2011.
Con la replicación en la búsqueda de compartir sonoridades, sensaciones, emociones y así como una concordancia temática de letras conscientes, sentido ecologista y humanista, fue lo propuesto y conectarse de ipso facto con un público mayoritariamente joven que se dio cita en la plancha de la Plaza IV Centenario.
Bajo la injerencia de los diferentes timbres musicales que recrearon estas atmósferas bajo el tiento musical de Rodrigo Aros en el Sitar y las flauta andinas, Juan Pablo Villanueva en la guitarra y jarana jarocha y , Alejandra Flores en las percusiones.
Una travesía musical inicia a partir del acervo de la música sudamericana, bajo los ritmos pulsados y sentidos de la ponzoña, bombo y la guitarra, para conjugarse en la zamba, la cueca, carnavalitos y otras fusiones, así como gestarse una interesante conversación entre el sitar, las percusiones y la voz de un Rúben Albarrán más reflexivo, más espiritual, aunque en momentos no perdía su sentido del humor al bromear con un público muy emocionado e involucrado en esta transitar.
En momentos Alabarrán abogó por la fraternidad, el respeto hacia Pachamama- madre tierra- naturaleza-, así como su sentido de activista al apoyar por la no desaparición del gran centro ritual de la cultura Wirrarikas- huichola-como es Wirikuta que se encuentra en el Cerro del Quemado en Real de Catorce.
Una forma muy particular de interpretar y expotenciarlo en su expresión corporal, compartió con puntuales canciones versionadas y trazan el devenir de este acervo musical que nos atañe a todos, como lo son: ¨dale la mano al indio¨, ¨te recuerdo amanda¨, ¨samba Valderrama¨, ¨canción para todos¨, la imprescindible e icónica en el devenir de la música latinoamericana ¨gracias a la vida¨, ¨ hermano dame tu mano¨, ¨canción para mi América¨, ¨que vivan los estudiantes¨en son de broma abogar por ser estudiantes de la vida, ¨Alfonsina y el Mar¨así como canciones de su propia autoría.
Con una vestimenta más invocando a la cultura huichola en donde expone en su playera al venado y acompañado por dos hikury-peyote, alimento sagrado-, acompañados por unas borlas que refrendaban ese pantalón verde.
Para despedirse en esta noche un tanto fresca y muy singular, al ser trazado a través de este sendero más espiritual y bajo el aliento de una mantra que en muchos causó extrañeza, para otros se involucraron ipso facto y contribuyeron a que este espacio se volviera parte de este ritual.
Un Albarrán emocionado, sencillo y sorprendido por la aceptación de su propuesta musical y vivencial, agradeció varias veces por recibir su música y su incomparable cariño, una gran empatía que seguían en esta plancha, que no se fueron y nuevamente agradeció este detalle, claro, no faltó el imprescindible otra.
En una reunión con sus compañeros musicales en pleno escenario, ante un entusiasmado Rúben volvieron para regalarle a los duranguenses que todavía estaban prendidos, una canción más y ahora si despedirse ante el extendido aplauso entorno a esta propuesta musical.
No hay comentarios:
Publicar un comentario