Por: Roberto A. Valenciano Capín
Como parte de las actividades del seminario de Arte y Educación 2019, dedicado a la Mtra. Patricia Aulestia. Al presentarse el work in progress- Despedido (The Fired)" de Aquodanza.
Una pieza del coreógrafo bailarin y maestro, Juan Bernardo Torres Segura, quien regresa después de varios años de ausencia a esta capital potosina, para ofrecernos este proceso creativo.
Un escenario, el teatro del Centro de Difusión Cultural -Raúl Gamboa- del Instituto Potosino de Bellas Artes.
A pesar del argumento del work in progress, este dueto de bailarines: Juan Bernardo Torres Segura y Elid Suårez Nieto logran a través de este trabajo escénico no solo logran de una forma parcial articular esta dualidad: al converger en la vulnerabilidad; lo terreno y lo espiritual.
Dos ancianos que de mediato nos remiten a estos viejitos del folclor michoacano, quienes recorren con cierta dificultad uno de los pasillos laterales de este teatro para hasta llegar al procenio y con esfuerzos suben al escenario.
Un oscuro, para después darse esta escena a manera de flash back que sin mas decanta la obra. Uno de ellos, enlazado a la cintura sometida, en busca de desamarrarse, mientras su contraparte ostenta este dominio pleno y cierto gozo.
La siguiente escena, uno de los más logrados momentos, con una poética a partir de este desdoblamiento de un efectivo lenguaje corporal a pesar de esta riqueza musical en la música de Mertens/ Beethoven, en donde el anhelo y esta búsqueda de encuentro/desencuentro con su destino manifiesto, aun así generaron no solo este sutil dialogar sino a su vez confrontación, al quedar refleja en una profunda comprensión de las desgracias humanas y quedar expuesto a través de estos dos intermitentes luces rojas.
Una pieza en proceso que radica en mostrarse y a su vez exponerse ante la mirada de sus propias acciones en este ir y venir de sus propios imaginarios a pesar de la suma linealidad de su dramaturgia, desafortunadamente se vuelve previsible o a conveniencia este proceso visto ahora, aun así se agradece el ver bailar, al no perderse este estado emotivo y logran asentarlo en la capacidad de los intérpretes al trasmitir emociones.
Una pieza en proceso que radica en mostrarse y a su vez exponerse ante la mirada de sus propias acciones en este ir y venir de sus propios imaginarios a pesar de la suma linealidad de su dramaturgia, desafortunadamente se vuelve previsible o a conveniencia este proceso visto ahora, aun así se agradece el ver bailar, al no perderse este estado emotivo y logran asentarlo en la capacidad de los intérpretes al trasmitir emociones.
Esperemos que se vuelva en una propuesta escénica desafiante de resonancias en la otredad, el público.
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