Por: Fabiola Palapas Quijas
El artista Eniac Martínez Ulloa (Ciudad de México, 1959), quien en su obra fotográfica ha inmortalizado los distintos rostros de México, murió este jueves las 12:20 del mediodía en un hospital de la colonia Roma.
La noticia fue confirmada por uno de sus entrañables amigos, el fotógrafo Francisco Mata Rosas, quien difundió en Twitter: "Por mi conducto la familia de Eniac comparte el fallecimiento del "tigre", ocurrido hoy 26 de julio a las 12:20 horas, agradecen la preocupación y apoyo de todos, más tarde precisaremos la hora y lugar del servicio fúnebre".
Para Martínez la vida fue un viaje y una manera de vivir, en sus ensayos fotográficos describió innumerables comunidades de la República y de otros países. Documentó en un libro la situación de los ríos Bravo, el Suchiate y el Lerma, en el que trabajó bajo los ejes: La vida del río, la vida del hombre en el río, la muerte del río y la muerte que causa el río.
El artista, que se inició como fotoperiodista en La Jornada, en su obra Ríos muestra cómo un río genera vida, pero también como se han descuidado en el país y algunos terminan como un basurero. Martínez consideraba como nociva la relación del hombre con el río, debido a que muchas fábricas se instalaron cerca de un cauce de agua para tirar sus desechos.
Eniac Martínez se entregó por completo a la fotografía. En una entrevista comentó que su primer libro Mixtecos requirió de cuatro años de investigación en el que reveló el fenómeno migratorio en la mixteca Alta y la Baja de Oaxaca. “Fue un proyecto que realmente me enamoró de la fotografía documental, que estar en la calle aprendiendo de los temas con los que se trabaja. Así que lo que más me gusta de los fotógrafos es cuando el tema está arriba del fotógrafo, no cuando el fotógrafo está arriba del tema”.
El encuadre panorámico fue un sello distintivo de su trabajo, pues estaba convencido de que la imagen debía ser evocativa y dar cabida al mayor número de lecturas de parte de quien la aprecie.
El autor de los ensayos fotográficos Mixtecos, Litorales, Camino Real Tierra Adentro y Ríos fue distinguido en 2017 con la Medalla al Mérito Fotográfico que otorga el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La semana pasada el fotógrafo participó en la presentación de su más reciente libro Basura, que reúne 108 imágenes sobre este tema que se relaciona con la sociedad. Para la realización de este trabajo el fotógrafo visitó algunos de los estados de la República, así como la Ciudad de México.
En la presentación del libro, el fotógrafo Antonio Turok comentó: “Eniac tuvo la sensiblidad de retratar lo que se le apareciera, nos reta y nos confronta, nos obliga a voltear a ver, nos presenta su profundo compromiso con la profesión. Las tomas están perfectamente realizadas y si le agregamos el contenido, estamos ante una obra de arte”.
Eniac Martínez estudió en el Instituto Superior de Arte de la Habana, Cuba, en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, posteriormente asistió a los talleres de Pedro Meyer donde cambió la pintura por la fotografía y así poco a poco se fue adentrando en ese arte que le permitió descubrir mundos diferentes.
El primer proyecto en el que trabajó fue Camino largo a Tijuana, filme de Luis Estrada, al que se sumaron otras películas como Vivir mata, Before night falls, Babel y Arráncame la vida, aunque lo suyo siempre fue la fotografía de calle y el desarrollo de proyectos personales.
En una ocasión recordó que en la cinta Babel fue donde comenzó a “vivir la calle” cargando una cámara todos los días y asi desarrolló el ojo fotográfico para descubrir las formas en que funcionaban los planos . Martínez formó parte de proyectos con personalidades como Diego Luna, Alejandro González Inárritu, Emmanuel Lubexki y Alfonso Cuaron.
El fotógrafo Eniac Martínez Ulloa plasmó sus sentimientos en imágenes, contaba sus propias historias y creaba discursos sobre diversos temas y lugares.
A Eniac Martínez le gustaba hablar en términos geométricos. Al iniciar cualquiera de sus fotoensayos, él se observaba dentro de una esfera, su proyecto, y una vez dentro se movía lo más cómodamente posible para escoger e ir acomodando los elementos del discurso.
“Creo que tan malo es quedarte en el limbo de los proyectos, es decir, flotando a ver qué sucede, como partir de una idea tan determinada que no te permita ver las variables que existen. Se trata de preguntarte qué es lo que necesitas del proyecto y qué es lo que el proyecto necesita de ti, por eso es importante estar atento a todas las señales que se van dando”, aseguraba el fotógrafo.
Una de sus últimas exposiciones fue Caminos recorridos. Cuatro proyectos, en el Museo Archivo de la Fotografía, en donde juntó por primera vez 107 imágenes capturadas a lo largo de 30 años de trabajo, en las figuraban rutas antiguas, litorales, ríos y basureros donde el protagonista era el hombre como viajero y la vida como camino.
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