Por: Roberto A. Valenciano Capín
Como bien comentaba la Mtra. Lila López, " hay que ofrecer danza de calidad".
En esta 44 edición del Festival Lila López convergen esta diversidad de danzares programados en diferentes foros en esta capital potosina.
Es así, como me propongo de compartir mis experiencia de lo visto desde un tanto esta conversación entre lo periodístico y como un gustoso de la danza, espero contribuya en ser un acercamiento o convergan en esta visión de quienes también han sido cómplices de estos danzares desde estas tierras del Tunal Grande.
Estas pequeñas crónicas o textos darán inicio con lo propuesto por una de las compañías consentidas del público potosino, Barro Rojo, Arte Escénica bajo la dirección de Laura Rocha, al hacer vibrar el escenario con - Los vientos de Lorca- , coreografía de la Mtra. Laura Rocha.
Una de las compañías dancística que se ha ganado el respeto y cariño de los potosinos regresan de nueva cuenta al escenario del Teatro de la Paz, para ofrecer una obra bien pensada, episodios” bien forjados y realizados sólidamente montada sobre este "escritor que tuvo el coraje de regresar a su tierra y ser congruente con lo que pensaba, aunque eso le costara la vida", refiere Laura Rocha
A partir de su obra poética como de su dramaturgía, es a través del dialogar del lenguaje tanto de la danza contemporánea como del flamenco, hacen que lo sucedido en escena se experimente no solo sensaciones que van desde la nostalgia, el horror de esta guerra civil española, para accionarse no solo como una percepción, sino también se advierte como un ofrecimiento entorno a esta estética del poeta andaluz, reflejo en este gran aplauso del público que se extendió por varios minutos.
Y no hay que .olvidar que "la danza es una construcción de la personalidad. Un modo de interpretación de las emociones que se traduce en movimientos expresivos socializados" S.Vignoli.
No hay mejor que celebrar su 40 aniversario Núcleo danza Escénica, al ofrecer el estreno de la obra- Despedidas-, una creación compartida por los creadores; Rosane Campello, Tonio Torres y Francisco Torres.
Un trabajo que habla sobre las emociones que como ser humano se experimentan a lo largo de su vida sobre la muerte, el dolor y hacer énfasis en en estas despedidas- perdidas. Una propuesta que bajo estas narrativas corporales irrumpen y a su vez vehículan las necesidades de estas historias de vida.
"Me despido de mi misma, de ese ser que todos vieron y creyeron, una apariencia que mi sensación lastima. Me entregue sin saber jamás que era prohibido sentir lo que sentía y vivir lo que vivía y nuestro amor no sabe a dónde ir, contigo o sin ti, se escapa el sentimiento aun no vemos la verdad"
Una obra que a manera de viñetas bajo estas corporalidades en el escenario invita a que el espectador se sienta identificado ante la exposición de situaciones complejas y habituales.
Y voy a cerrar esta entrega con lo propuesto por César Brodermann + performançe, al presentar - Ningún lugar a donde ir-
Capitulaciones y recapitulaciones de estas memorias a través de esta fisicalidad llevadas al límite, como de estas búsquedas de estas nuevas formas de moverse muy profundamente como de estas exploraciones en el escenario del Teatro de la Paz, que a pesar de no llenarse físicamente, si lo fue de esta emoción propuesto a través de este segundo trabajo creativo que ofrecen en sus intervenciones en esta fiesta de la danza.
"Vino de un lugar justamente de estar perdidos, de no saber a donde pertenecemos, no saber en donde aterrizar, pero justamente con la misma pieza hemos ido creando esta contención, este apoyo que me lleva a esa más certidumbre y que hemos entendido que solitos no podremos sobrevivir, tal vez todos estemos pasando lo mismo y porque no mejor apoyarnos, buscar en los caminos que ya están hechos y de siempre querer algo opuesto e indiferente" , me comenta Cesar Brodermann en entrevista.
Como también transitar desde. esta uniformidad de movimientos fuertes y sostenidos- para pasar a estos -muy abstractos e interesantes movimientos - como me comenta la Mtra. Andreas Chirinos.
"Una voz hecha cuerpos que se deslindan entre si para volverse a este sentido de comunidad, pero justamente con la misma pieza hemos logrado esta contención, apoyo que me lleva más a esta certidumbre, que hemos entendido que solitos no podremos sobrevivir, que tal vez que todos estamos pasando por lo mismo, entonces porque no mejor apoyarnos y porque no buscar en los caminos que ya están hechos, en vez de querer algo opuesto o diferente".
Sin embargo, es tal su virtud de esta obra de reprocidades y complicidades de invitar a subir al escenario, así como pedirles que escriban cosas o que sean parte de esta experiencia de estas líneas de recuerdos para sanar ante estos tiempos de in- certidumbre.
Es así como se ha transitado por estos danzares propuestos y compartidos en este 44 Festival Lila López.
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