jueves, 22 de julio de 2010

Cautivó el danzar yucateco de Alsurdanza en tierras potosinas




Fotos:Fernando López / SCSLP

Por: Roberto A. Valenciano Capín.

Y sin embargo se mueve...

Después de un parcial oscuro en la sala del Coloso de Villerías, detona una expansiva y significativa explosión que causa el asombro y desaliento, el cual da pie para ser parte de esta re-creación de este universo hecho bajo el fundamento netamente escénico.

Un” Antípodas Virtu@les 0:00 “ ( del origen al infinito) “ gestado por la coreógrafa Cynthia París a cargo de la Compañía de Danza de Yucatán Alsurdanza, bajo la dirección de Milton Acereto, dentro de las actividades de la XXX edición del Festival de danza Contemporánea Lila López.

Un universo construido bajo el rigor de la danza misma, al ser extrapolado de inmediato en cuanto al movimiento mismo bajo de los trazos primigenios que dan un origen a un gradual equilibrio entre espacio-tiempo a cargo de este sexteto de bailarines yucatecos,

Un vertiginoso y ameno transitar cronológico, que van desde aquellas partículas gestoras de formas irregulares hacia las pertinentes y significativas interconexiones de vida; gestor de los cuatro fundamentales elementos; fuego, agua, aire y la tierra, sin hacer dejo de esta inevitable dependencia de la tecnología y enriquecida por los conocimientos de la legendaria y atractiva civilización maya.

Para algunos, será una forma acertada en cuanto en el abordar ese legado de forma sintetizada o, simplemente, la búsqueda de una interlocución en base de la interconexión de las especies como punto de reflexión que se suma por su misma inercia hacia esas aristas de las dualidades, como pueden ser el equilibrio y su contraparte, sombra-luz...

Al gestar una delectiva y atractiva trazo coreográfico, al abordar desde una atractiva dramaturgia del movimiento, siendo enriquecida y soportada por el trazo lumínico y escénico de la Mtra. Graciella Torres.

Por lo tanto, el espectador fue testigo de la gestación de situaciones, ambientes que se despliegan gran encanto y profundidad que sin más nos remontan por sí mismo a esos estadios; implosión dentro de una misma implosión, aunado con esas sensaciones gestadas por la fuerza y calidad interpretativa de los bailarines, así como el enriquecimiento con la inclusión de elementos de nuestra contemporaneidad.

De esta manera, se genera por lo tanto un discurso coherente bajo la premisa de esa inherente preconcepción a estas antípodas, ya que no hay que olvidar que el mundo disfruta de una buena narración, aunque en momentos se despliega tanto en forma lúcidas como dejarse entrever como testigo de los arbitrarias cataclismos en este devenir coreográfico.

Sin lugar a dudas, podemos referirnos a una obra que podría transitar como de gran aliento, a pesar de su duración y consistencia. Siendo por lo tanto, una travesía que conjuga y vincula con lo que se ve y se vive, a pesar del despliegue de la imperante nada menospreciada virtualidad.

Al retomar con gran respeto todo ese bagaje expuesto, siendo agradecido por el respetable espectador, quienes agradecieron con un extenso y cálido aplauso que llenaron cada espacio del Coloso de Villerías, como parte de las actividades de esta singular edición de la Fiesta de la danza.

Es también de destacarse, una de las partes que sobresale por su belleza, su sutileza y dinámica, fue sin lugar a dudas, esa escena de las princesas del fuego, donde el elemento fuego nos traza los dibujos de ese instante luminoso y, el dúo de hombres.

Es importante referir, Cynthia París refrenda con este trabajo coreográfico, el retomar con ahínco y seriedad esta obra, como parte de una interesante revisión entorno a esa vapuleada y desmitificada esencia de la danza; la cual por si mismo, tiene un gran valor por sí mismo. Claro, sin hacer dejo del uso de la imperante tecnología.

Para finalizar de una forma muy peculiar y quizás un poco forzado, aun así provocar la risa hilarante, cuando los hombres robotizados se entrelazan a su matriz, sin más se desvanece ipso facto ante ese gran fulgor tecnológico.

Alsurdanza que se gesta por iniciativa de la Mtra. Graciella Torres en 1987, en el cual se busca la calidad artística, su lenguaje y estilo, al consolidarse profesionalmente con el tiempo gracias a la participación en diversos festivales nacionales e internacionales, que le han dado un lugar importante en el escaparate de la danza contemporánea nacional.

Esta integrado por: Verónica Castillo, Rosalía Loeza, Fanny Ortiz, Erika García, Abril Trujillo, Adán Argáez y Milton Acereto.

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