Por: Elida Piñon.
El Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac) fue anunciado informalmente por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en abril de 2010 como el primer gran esfuerzo dedicado a esa disciplina. En el proceso de creación de este proyecto, calificado por algunos como “único en México”, han existido retrasos, hermetismo de las autoridades, dudas de parte del gremio dancístico e incluso indiferencia. Hoy será cuando se designe de manera oficial al coreógrafo y bailarín Raúl Parrao como el encargado de darle vida a la iniciativa que nació tras el escándalo de la desaparición del Ballet Teatro del Espacio.
De acuerdo con fuentes cercanas, el arribo del actual director de la compañía UX-Onodanza, la cual se ha caracterizado por la innovación y las propuestas artísticas de Parrao, se dará en los próximos días, con miras a que el Ceprodac comience a operar en el segundo semestre de 2011 y dé los primeros resultados este mismo año. Ante ello, miembros del gremio miran con entusiasmo la designación, a otros les genera dudas no sólo la capacidad administrativa del artista sino también el concepto en su totalidad; algunos más prefieren guardar silencio.
En septiembre de 2009, el Ballet Teatro del Espacio, fundado y dirigido por la maestra Gladiola Orozco, anunció su fin debido a que el INBA no entregaba puntualmente el subisidio federal para su manutención. Ante la crisis, optaron por la muerte. Tan sólo dos meses después, Teresa Vicencio, directora del instituto, anunció la creación de una compañía de danza contemporánea de carácter nacional.
La comunidad dancística se opuso enérgicamente pues si no se había podido garantizar la continuidad de una las agrupaciones más importantes del país con más de 30 años de trayectoria, la institución tampoco podía asegurar que una compañía podría funcionar con el modelo que posee la Nacional de Danza o la Nacional de Teatro. Dan forma a nueva institución
Así, la comunidad lanzó una contrapropuesta que derivó en el Ceprodac y se creó un Consejo Asesor Artístico conformado por los coreógrafos Gabriela Medina, Eleno Guzmán, Claudia Lavista, Rosana Filomarino, Jessica Sandoval y el crítico de danza Alberto Dallal, quienes delinearon las bases del centro y el perfil del director, cuya gestión sería de cuatro años.
Tras meses de discusiones, se determinó que el Ceprodac tendrá tres objetivos: fungir como una suerte de compañía con director y un cuerpo de baile, operar un laboratorio de experimentación e investigación de la disciplina, e impulsar coproducciones con compañías ya establecidas en el país, cuyo criterio de selección será analizado y aprobado por un comité. Además, todos los proyectos serán por convocatoria.
En su momento, Gabriela Medina, una de las principales detractoras de la creación de una compañía, declaró que se habían escuchado la voz del gremio hasta llegar a la conformación de un proyecto “único en México”, que si bien no resolvía todas las necesidades de los artistas, buscaba “acabar modestamente con la descentralización”.
Además, dijo, el centro no operaría con “grandes cantidades de dinero”. Situación que fue confirmada por Sergio Ramírez, subdirector del INBA, quien llegó a manejar un presupuesto de 3 millones de pesos para el arranque del Centro que tendrá su sede en el tercer piso de la Ex Esmeralda.
Una vez establecido el esquema del centro, sólo faltaba quién lo dirigiera y se lanzó una convocatoria. Se buscaba, entre otras cosas, profesionales con conocimientos de las tendencias artísticas de la danza contemporánea, manejo de grupos y resolución de conflictos y habilidad en el manejo de recursos y en la administración.
La indiferencia del gremio, la escasa difusión del proyecto y la rigidez de las bases provocó que dicha convocatoria fuera un fracaso, pues sólo tres personas se postularon. Ante ello, el Consejo Asesor propuso a Vicencio cinco artistas: Mauricio Nava, Enrique Tovar “Dieck”, Marcela Aguilar, Raúl Parrao y Judith Téllez.
Por distintas situaciones se fueron descartando hasta quedar sólo entre Parrao y Aguilar. Distintas visiones
Para la coreógrafa y bailarina Aura López, el proyecto se ha dado a conocer de manera poco clara y sostiene que aunque el INBA niegue que se trata de una compañía, todo parece indicar que funcionará como tal. "El Ceprodac no resuelve las carencias que tiene la comunidad, para mí lo que harán es una compañía y me parece que podrían reducirse los pocos apoyos que se dan a los grupos independientes. Algunos de nosotros ensayamos en el edificio donde será la sede y las condiciones son malas, se va la luz, el piso está mal, pero sabemos que el tercer piso sí está siendo remodelado”, comentó.
Y agregó: “En otras partes del mundo como Inglaterra o Nueva York existen centros de producción, pero se basan en que toda la comunidad tenga acceso, se ofrecen los espacios y las herramientas, se dan clases a muy bajo costo o gratuitas, hay programas de residencia, en fin, el apoyo es muy importante. Aquí todo será por convocatoria”.
Sobre Raúl Parrao la coreógrafa explicó: "Creo que no es confiable. Después de trabajar en el Teatro Legaria (en comodato a UX-Onodanza) pedí mi historial en el Fonca y aparece que recibí 16 mil pesos de parte de Teatros para la Comunidad Teatral; si él permitió que eso pasara, ¿qué podemos esperar de su dirección? No sé si él tiene la capacidad administrativa. Ojalá que tenga la apertura y el juicio de abrirnos la puerta a todos y que cuide que no se comentan ilegalidades en su gestión”.
Para Alejandra Ramírez, el coreógrafo es una persona capaz y responsable de su creación, por lo que le auguró el mejor de los éxitos. Sin embargo, sostuvo que espera que no se deje de apoyar a los grupos independientes.
De acuerdo con el crítico de danza César Delgado, el INBA tiene ánimo de tapar hoyos. “¿Por qué no se apoya al Colegio Nacional de Danza Contemporánea de Querétaro. No han resuelto algo muy importante y ya se echaron encima otro proyecto. Me parece que no tienen idea de la parte fundamental de los problemas de esta disciplina. Además, es importante seguir apoyando a los grupos autogestionables”.
Sobre Raúl Parrao, César Delgado aseguró que se trata de uno de los coreógrafos más importantes de nuestro país; y con ello coincidió Filomarino. Se pidió la opinión de otros miembros de la comunidad y manifestaron tener sus reservas tanto del nuevo director como del Ceprodac.
De esta forma, entre dudas y reservas y sin el apoyo contundente de parte del gremio, nacerá el proyecto largamente acariciado por el Instituto Nacional de Bellas Artes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario